10 hábitos para ser una persona tranquila

¿Alguna vez te has tomado el tiempo para observar a una persona tranquila? Son un espectáculo para la vista, la forma en que viven el día a día con facilidad, sin prisas y exudando confianza pueden resultar muy motivadores.

persona tranquila

10 hábitos para ser una persona tranquila

Los tipos de personas verdaderamente tranquilas son una «rara y exótica especie» de las que se puede aprender mucho. Aprende sus comportamientos y actitudes comunes, y también puedes convertirte en un experto a la respuesta al estrés diario logrando una actitud más equilibrada que te beneficiará en todos los sentidos.

1. Eligen salir a caminar

Para las reuniones en la ciudad, ir de compras o para sacar a ejercitar a su mascota, la gente tranquila elige los beneficios de caminar todos los días.

Bájate del autobús o del tren en una parada antes de tiempo si es necesario. Esta simple actividad de despejar la cabeza y estirar las piernas, es obligatorio para la serenidad.

2. Renuncian a los apuros

Las personas tranquilas dejan mucho tiempo para llegar a donde van, y no se saturan demasiado. Si sucede un contratiempo, dejan de hacer algo de su lista, reprograman, o llegan ahí cuando tengan que llegar y se disculpan con gracia.

Hacer las cosas corriendo y a toda prisa perturba la paz y no tiene valor. Debes estar decidido a dejar este hábito nocivo y tratar de hacerte más espacio en tu agenda para priorizar las tareas que realmente desea realizar.

3. Priorizan el cuidado personal

Dormir lo suficiente, llevar una buena nutrición y hacer actividad física no son negociables para una persona calmada. Estos elementos esenciales no se sacrifican por quedar bien con alguien o cualquier otra cosa.

Asegúrate de que estas tres cosas sean la columna vertebral de tu día y dale una buena oportunidad en la compostura que imploras.

4. Usan las rutinas

Las personas tranquilas minimizan la tensión en su memoria de trabajo haciendo algunas cosas de la misma manera todos los días. Rituales de la mañana, esquema semanal, planes de comida o lo que sea, gran parte de su día está predeterminado y lejos de ser monotonía, esto significa ordenar sus vidas.

Operando en piloto automático reducirás al mínimo la toma de decisiones y aliviarás la presión del día a día.

5. Las personas tranquilas practican estar en el momento

La mayoría de los aficionados a la calma eligen meditar como práctica, hacen yoga, tai chi u otra práctica meditativa formal que los ayuda a relajar tensiones del cuerpo y mejorar la respiración.

Otros son capaces de prestar atención y estar totalmente presente en su propia actividad consciente elegida sin distraerse en otras. Eso hace que la energía se concentre en un sólo punto sin desperdiciarla en otros que no se tenían contemplados y que no son útiles en ese momento.

Elige el surf, la jardinería o la lectura con tus hijos, pero se diligente y practica con regularidad para obtener el efecto de reducción del estrés.

6. Usan sus teléfonos con criterio

La gente tranquila no está a merced de sus teléfonos. Relegan su uso adecuado como herramienta intermitente para el trabajo y la comunicación, tal vez como una fuente de música o noticias.

No vas a lograr la paz o el equilibrio en tu vida, mientras el teléfono siga dominando tu día.

7. Se auto-regulan y ejercen límites saludables

Ellos son conscientes de sí mismos y responden a su estado mental, físico y emocional. Toman descansos, realizan estiramientos y meriendan saludablemente, o dejan salir su estrés según sea necesario. La autodisciplina y la asertividad les permiten decir no, pedir ayuda y dejar de trabajar a una hora razonable.

Haz de esto una práctica y haz valer tus necesidades dentro de ti mismo y con los demás, y disfruta de sentirte con más control sobre tu vida.

8. Saben que la vida es impredecible y se adaptan a ello

Su naturaleza imperturbable proviene de un profundo saber que la vida es impredecible. Ellos no esperan que las cosas sigan un plan y están dispuestos a adaptarse a lo que suceda en el día.

Planea tu día, pero debes estar dispuesto a cambiarlo en cualquier momento.

9. Se conectan con el mundo auténtica y significativamente

La persona tranquila se compromete en algún momento del día en actividades que no tienen que ver con el éxito o el dinero. Un intercambio con un extraño, una llamada a uno de los padres, en algún lugar, habrá una conexión que valga la pena. En la cocina, la jardinería, cualquier actividad creativa (incluyendo la crianza y el desarrollo de las relaciones), en algún lugar habrá pasión y cuidado.

Recuerda lo que realmente te importa y hónralo a diario.

10. Se abrazan a su pequeño lugar en el mundo

Su mayor satisfacción nace de conocer su pequeño lugar en el universo. Siguen siendo conscientes del mundo más allá de ellos mismos – esto evita un ensimismamiento.

Se toman su trabajo y sus responsabilidades en serio, pero no se lo cargan ellos mismos. No llevan el peso del mundo sobre sus hombros.

Junto con la capacidad de meditar (la capacidad de reflexionar sobre nuestras circunstancias personales y sociales), el servicio a los demás (a través del trabajo, el voluntariado o el cuidado del otro) es una forma común de obtener esta perspectiva saludable. Se produce la auto-compasión, la gratitud y la resiliencia.

Dedica una buena parte de tu día a centrarte en los demás y emular su perspectiva estable.

Todos estos comportamientos y actitudes están a tu alcance a pesar de que puede no ser fácil de hacerlos un hábito de un día para otro. Empieza poco a poco y empieza ahora, y disfruta de toda la tranquilidad que merecidamente alcances.