5 síntomas de que necesitas ver a un psicólogo urgentemente

Si has visto muchas películas, probablemente hayas tenido una idea equivocada sobre los trastornos psicológicos. Quizás creas que solo se refieren a aquellos que obsesivamente verifican 25 veces que han cerrado la puerta antes de acostarse o al soldado traumatizado que confunde los álabes del ventilador de techo con un helicóptero en una zona de combate.

Estos son casos extremos. En una sociedad que nos obliga a trabajar más duro y más rápido, tenemos diferentes problemas con los que lidiamos habitualmente.

Cómo saber cuando necesitas ver a un psicólogo

Las enormes expectativas sobre nuestros hombros, la cantidad de actividades y obligaciones que enfrentamos cada día, las dificultades de la vida y los conflictos interpersonales crean un nivel de estrés y ansiedad que a veces es difícil de mantener y también puede destruir a las personas emocionalmente más fuertes. En estos casos, es mejor ir al psicólogo.

1. Sufriste un trauma o pérdida y no puedes recuperarte

A lo largo de nuestras vidas, tenemos que enfrentar situaciones difíciles, pero a veces no tenemos los recursos psicológicos necesarios. Si has pasado por una situación traumática o has sufrido una pérdida importante y no puedes recuperarte, es esencial que solicites la ayuda de un psicólogo.

Un estudio en la Universidad de Harvard ha encontrado que las experiencias dolorosas se registran como huellas dactilares en el cerebro y se reactivan como si reviviéramos la situación. Para superar el trauma es necesario convertirlo en una experiencia narrativa, esto se logra reprogramando el cerebro emocional.

El período de luto «normal» por una pérdida es de aproximadamente seis meses, pero si después de ese tiempo te sientes mal, si todavía tienes sentimientos muy intensos y no notas ninguna mejoría, no esperes más. Un psicólogo puede ayudarte a manejar la situación dolorosa al hacer que desarrolles la capacidad de recuperación.

2. A menudo sufres de enfermedades, dolores musculares, dolores de cabeza o problemas gastrointestinales sin ninguna causa específica

El estrés crónico, la ansiedad, la depresión y otros estados emocionales afectan el sistema inmunitario, haciéndolo más vulnerable a las infecciones para que el cuerpo se enferme más seguido. Un metaanálisis realizado en la Universidad de Kentucky que analizó más de 300 estudios concluyó que el estrés crónico afecta negativamente la inmunidad celular.

En otros casos, las preocupaciones y emociones reprimidas pueden tener una expresión somática. Por lo general, ocurren a través de problemas de la piel, trastornos gastrointestinales y dolores musculares.

Es importante no descuidar estos síntomas porque pueden empeorar y convertirse en factores de riesgo de enfermedades más graves.

3. Sientes que ya no eres el mismo

La personalidad cambia con el tiempo. Un estudio en la Universidad de Edimburgo reveló que somos una persona completamente diferente a la edad de 14 y 77 años. Áreas tales como la confianza en uno mismo, la perseverancia, la creatividad y la voluntad de superar el sufrimiento están experimentando grandes transformaciones.

Sin embargo, si sientes que ya no eres el mismo y eso sucedió de repente, es probable que haya un problema. Si no te gustan las cosas que primero apreciaste, si casi nada te excita y ves el futuro gris, es importante que pidas ayuda porque podrías haber caído en la depresión, y muchas veces no nos damos cuenta de ello.

Tampoco es una buena señal que experimentes cambios repentinos de humor, sintiéndote eufórico y poco después profundamente triste y melancólico, podría ser el primer síntoma del trastorno bipolar.

También debes pedir ayuda si crees que no puedes manejar tus emociones y éstas se desbordarán si te sientes muy irritable o enojado con frecuencia.

4. Te preocupas demasiado sin razón

Cuando tenemos un problema, es normal preocuparnos, pero las preocupaciones no tienen que convertirse en el compañero de viaje habitual. La preocupación excesiva a menudo conduce a un estado desagradable de aprehensión y se convierte en la base de trastornos psicológicos como la ansiedad y las fobias.

Un estudio en Case Western Reserve University descubrió que demasiada preocupación por la pareja, la familia, los amigos y los colegas de trabajo también nos lleva a asumir estilos de vida relacionales poco asertivos que terminan generando críticas y dañando las relaciones.

Otra investigación realizada en la Universidad de Sussex reveló que la diferencia entre las preocupaciones normales y patológicas es que la primera se centra en un aspecto concreto y específico, mientras que la patológica se extiende. En la práctica, una preocupación lleva a otra a formar una espiral descendente.

Por lo tanto, si estás dispuesto a ser catastrófico, si esperas que suceda lo peor y esto te hace sentir ansiedad, es mejor consultar a un psicólogo.

5. Estás desarrollando una dependencia

En muchos casos, la adicción es un intento de compensar las ausencias y/o fallas en otras esferas de la vida. El comportamiento de los adictos generalmente comienza como resultado de una situación estresante, por lo que buscan refugio en algunas sustancias.

Pero no solo hay dependencia de las drogas, el alcohol y el tabaco, también existe una dependencia alimentaria. De hecho, el hambre emocional es un problema cada vez más común que tiene serias implicaciones para la salud, ya que generalmente implica el consumo de alimentos con alto contenido de azúcar y grasa, que son los más gratificantes para el cerebro.

También se puede desarrollar una adicción al ejercicio físico, llamada Vigorexia, o incluso de tu pareja, en este caso es una adicción emocional.

En cualquier caso, la adicción puede hacer que caigas en una espiral de pérdida de control que puede tener graves consecuencias para tu vida, por lo que es mejor buscar la ayuda de un psicólogo lo antes posible.

¿Cuánto dura la terapia psicológica?

Los psicólogos con mayor experiencia coinciden en que la mayoría de las personas se sienten mejor después de su primera visita y notan una mejoría significativa entre la séptima y la décima sesión.

De hecho, los estudios sobre la efectividad de la psicoterapia han revelado que el 42% de las personas necesitan entre 3 y 10 visitas y solo 1 de cada 9 necesitarán más de 20 sesiones. Por supuesto, los trastornos más complejos o crónicos requerirán una intervención más prolongada, por lo que es importante acudir al psicólogo antes de que el problema empeore.

Un metaanálisis realizado en la Universidad de Vanderbilt ha demostrado que los resultados de la psicoterapia, en comparación con los tratamientos farmacológicos, tienden a ser más duraderos y generalmente no requieren tratamientos adicionales ya que las personas desarrollan una variedad de habilidades que les permiten continuar mejorando incluso cuando el tratamiento se acabó.