Cómo ayudar a tu pareja si sufre depresión

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Cuando una persona padece depresión necesita el apoyo de los seres más cercanos, como la pareja, los hijos o familiares, pero en especial el apoyo de la pareja es fundamental cuando se sufre de depresión. Por ello te mostraremos algunas maneras en que puedes ayudarle en su proceso.

A pesar del estigma social que cae sobre ella, la depresión es una enfermedad como cualquier otra, se caracteriza por un cambio en el estado de ánimo, en el comportamiento o en la forma de pensar. La depresión puede llegar a perjudicar las funciones mentales y físicas de quien la padece.

Igual que ocurre con otras patologías de carácter duradero en el tiempo, la convivencia con una persona que padece depresión puede resultar difícil si el entorno no posee ciertas pautas sobre cómo comportarse o contribuir en su mejoría.

Cómo ayudar a tu pareja si sufre depresión

El primer paso para empezar a sentirte útil es aceptar la ambivalencia que probablemente sientes. Sabes que quieres colaborar, pero, a la vez, en ocasiones te sientes molesto por su comportamiento: su apatía, su tristeza, su falta de racionalidad y su constante visión catastrofista del mundo.

Es normal que tengas sentimientos contradictorios, y no tienes que culpabilizarte por ello. Es difícil ayudar a alguien que tiene poca predisposición a dejarse ayudar, y que ni siquiera se ayuda a sí mismo. Pero esto forma parte de la enfermedad de la depresión.

Por tanto, el primer cambio que debes hacer está en ti, en tu perspectiva. Puedes hacer un profundo ejercicio de reflexión hasta llegar a comprender, de forma empática, que tu pareja está pasando por una enfermedad: no se comporta así porque quiere, ni está exagerando, ni desea llamar la atención.

Eso son prejuicios que, quienes no estamos enfermos, creamos sin darnos cuenta simplemente por una razón: no estamos en los zapatos de la persona deprimida. No te será nada fácil ver el mundo desde sus ojos, porque tú no estás enfermo.

Pero, cuando por fin hayas podido aceptar esa diferencia, habrás dado el paso más importante.

Aun así, por supuesto, no quieres quedarte de brazos cruzados viendo cómo tu pareja sufre, aunque seas capaz de comprenderla. Seguro que quieres hacer algo para ayudarle a estar mejor y poder deshacerte de ese sentimiento de impotencia.

Pues bien: no hay una clave mágica para luchar contra el fantasma de la depresión, pero uno de sus mayores enemigos es el llamado “apoyo social”. Familia, amigos, pareja, mostrar amor y el apoyo de las personas cercanas.

5 formas de ayudar a tu pareja cuando tiene depresión

Así que, aunque no todo depende de ti, tú puedes ser un elemento de gran importancia en su progreso hacia el bienestar.

1. No culpes

No la culpes de su estado ni le exijas que mejore más rápido.

2. Hazla sentir más que pensar

No intentes animarle mediante argumentos lógicos. Es mucho más efectivo abordarle por la vía emocional que por la racional ya que en esos momentos no podrá tomar en cuenta estos argumentos y puede que le hagan sentirse impotente al no poder reaccionar a ellos.

Simplemente, cuando desee contarte cómo se siente, escucha, comprende lo más posible y, sobre todo, muestra cariño física y verbalmente. Un abrazo, una caricia, un beso o una sonrisa en el momento oportuno son terapéuticos para la persona deprimida.

3. Muéstrale que estás junto a ella

Muestra confianza en su recuperación, ayúdale a cumplir el tratamiento que esté siguiendo. O bien, si aún no lo has hecho, consulta tú mismo con un profesional.

No tienes por qué hacerlo a escondidas, pero tampoco necesitas su consentimiento para pedir ayuda si sabes que la está necesitando.

4. No le restes importancia a la depresión

Evita quitarle importancia a los síntomas de la depresión. Escucha cómo se siente. Sin embargo, es preferible que pongas límites. No es positivo para ninguno de los dos caer en un bucle de quejas repetitivas.

Por eso, si tu pareja entra en él, avísale de que vas a cortarlo por el bien de ambos y cambia a un tema diferente. Repítelo tantas veces como haga falta, siempre y cuando antes le hayas dejado expresarse, por lo menos, una vez.

5. Evita enojarte

Evita al máximo los enfados, las discusiones y los gritos: sólo alimentan la enfermedad. Procura hablarle siempre con calma: que en tus palabras, tu tono de voz y tu comportamiento se perciba ese trasfondo de positividad y confianza en el futuro, que es lo que a tu pareja le falta.

Cuando no estés de humor, mejor distánciate. Cambia de aires, sal a dar un paseo, o mejor: salid a darlo juntos.