Cómo funciona el cerebro de la mujer después de los 40

La manera de cómo funciona el cerebro de la mujer, parte desde el mismo momento de la diferenciación sexual, pero más allá de la biología, quizás la morfología cerebral sea exactamente igual en los hombres que en las mujeres, aunque se dice también que hay diferencias: ser mujer impone retos y responsabilidades sociales que estimularán nuestro cerebro a desarrollarse de manera diferente, las hormonas y sus cambios a lo largo de nuestra vida, también nos proveen de capacidades cerebrales distintivas.

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Cómo funciona el cerebro de la mujer después de los 40

A una mujer de 40 años, la edad mediana las coloca al centro de dos generaciones: una que debe voltear y evaluar el pasado, y otra que debe planificar la mitad del camino que aún les falta. Lejos del rechazo que existe a hacerse mayor y pensar que la juventud es su mejor época de vida, vemos que algunas características que definen a las mujeres de mediana edad (auge cognitivo, mejora del control de emociones, experiencia de vida y así, transmisora de conocimientos y valores), hacen de esta época el mejor periodo de sus vidas.

Sigue leyendo y ve porqué, en este periodo de vida, el cerebro de la mujer funciona de manera diferente, y si ella lleva a cabo una tarea consciente, ese puede ser el tiempo de empezar a cosechar semillas de sabiduría y estabilidad, porque tiene todo para hacerlo.

Equilibrio emocional

A los cuarenta años han pasado por experiencias en todos los ámbitos emocionales: han sido pareja, empleadas, amigas e hijas. Madres y hermanas, un trampolín de emociones, un camino de resolución, cientos de retos y conflictos. Han aprendido una gran cantidad de herramientas, y de todo esto han aprendido a manejarse y controlarse, conocer y potenciar sus respuestas. De esta manera, han desarrollado un equilibrio positivo en las emociones. Las hormonas están menos inestables, por lo que hay más racionalidad y más orientación a enmendar y solucionar relaciones.

Autoconocimiento

Debido a que ya ha cesado entre otras cosas la necesidad de procreación y la necesidad de búsqueda constante, las emociones se ven estabilizadas. La mujer en sus cuarentas será capaz de realizar mejor y mayores introspecciones acerca de si misma, el velo de la angustia y el estrés por la carrera biológica habrá cesado, todo se vuelve más nítido y empieza a ver más allá de la niebla. Se emprenderán metas basadas en el autoconocimiento, en la búsqueda del verdadero sentido de la vida, un mágico y maravilloso estado de lucidez empieza a ser el protagonista en sus decisiones si es capaz de abrir esa puerta de par en par.

Autoestima

Después de todas las dudas en la vida, después de todas las difíciles elecciones, lo más probable es que tenga establecido cierto nivel de estabilidad y autoestima, sabe de qué es capaz y a dónde han llegado sus limites, esto también proviene de la estabilidad de cómo funciona el cerebro, que ya ha madurado, se ha hecho fuerte y con cierto equilibrio, es ahora cuando comienza a poner más energías en las metas laborales y económicas que desea, esta es la época del cerebro emprendedor, y es muy probable que esta característica de su cerebro la acerque con rapidez al éxito.

Asertividad

Entre todas las herramientas que ha desarrollado, es capaz de volverse una de las mejores guerreras, y ser asertiva implica expresar sus pensamientos, sentimientos y creencias de una manera directa, honesta y apropiada a la situación en la que se encuentra, escuchando el otro punto de vista y respetando a los demás. La forma de comunicarse de una mujer madura.

El cerebro de una mujer madura funciona coordinada y pausadamente, como la mejor de las baladas, al arribar a las cuatro décadas en la vida, se encuentra en el centro de las dos generaciones. Al ver hacia atrás, verá lo que ha aprendido, perdido y ganado, y al ver al frente, verá sus nuevos proyectos con ojos limpios y tendrá las fuerzas suficientes para emprender una nueva y lucida forma de vivir. Será más fácil.

cómo funciona el cerebro de la mujer

Una mujer madura, no provoca, ya es provocante.
No es inteligente, es sabia.
No se insinúa, muestra el camino sutilmente.
No se precipita, espera el momento indicado.

No nada, navega.
No vuela, flota.
No piensa en cantidades, prefiere calidad.
No ve, observa.

No anda, camina.
No es pretenciosa, simplemente se gusta.
No juzga, analiza.
No compara, asimila.

No consuela, entibia el corazón.
No busca, despierta los sentidos.
No coloca cadenas, deja libre…
Porque sabe lo que quiere, cómo lo quiere y cuándo lo quiere.” – Anónimo