El primer paso para conseguir lo que quieres es saber lo que quieres

Para conseguir todo aquello que deseamos, es muy importante tener en claro que es lo que queremos realmente, porque si eso no está claro, difícilmente podremos sentirnos satisfechos con lo que consigamos en la vida.

Mujer que tiene la luna en sus manos
Cada año tratamos de establecernos metas pequeñas, que, por regla general, no son muy motivadoras. Por ejemplo: hacer deportes, empezar a comer bien, pagar todos los préstamos… ¿Y qué tal si nos fijamos una meta verdaderamente global, que nos motive al 100%? En este artículo hablaremos sobre cómo establecer objetivos que nos inviten a cumplirlos, previamente sabiendo que es lo que queremos realmente.

Identifica el objetivo global

Para la determinación de tu meta global, es necesario considerar tres puntos clave.

  • En primer lugar, es necesario que el objetivo se adapte a tus habilidades naturales. Si piensas que no tienes las habilidades, entonces es el momento de hacer todo lo necesario para reconocerlas. La mitad del éxito para lograr el objetivo es hacer lo más fácil, pero debes hacerlo con todas tus fuerzas.
  • En segundo lugar, debes ser decidido. Con el fin de alcanzar una meta verdaderamente grande, es necesario entrenar todos los días. Prepárate porque el éxito no es una carrera corta, sino una gran maratón. Tendrás que motivarte durante muchos años. Cada día.
  • Tercero, ser humilde. No dejes que el ego malsano sobrepase tus valores. Mahatma Gandhi, la Madre Teresa y miles de otras personas que serán recordados por el mundo como los más grandes humanistas, no pensaron en la recompensa, sino que simplemente hicieron su trabajo.

Recordatorio delante los ojos

Toda buena meta debe contar con tres cualidades:

  • En primer lugar, debe ser ambiciosa.
  • En segundo lugar, alcanzable.
  • En tercer lugar, siempre debes tenerla delante de tus ojos.

Algunas personas suelen llevar un pedazo de papel con una descripción del propósito en la cartera. Otras personas escriben y cuelgan sus metas frente al escritorio. Hace poco probé colocar el objetivo como protector de pantalla de mi Smartphone y la verdad que no pude ignorarlo. Pero una de mis formas favoritas para recordar metas es la siguiente:

Deja que todos sepan sobre tu meta. Al final, cuando la gente sepa más acerca de tus metas, menos oportunidades tendrás para salirte del camino.

encontrando la alegria en todo

Dale un toque de extravagancia

Si queremos lograr objetivos verdaderamente sobresalientes, entonces debemos dar lo mejor de nosotros mismos. Aquí debemos introducir el término de sobrecompensación. En los atletas, el momento de la «sobrecompensación» viene precisamente durante los últimos acercamientos, cuando el organismo entrega un máximo de lo que puede, y aún más. Este es el llamado «acercamiento infernal», cuando se produce una rotura de micro-fibras, y entonces la naturaleza comienza el proceso de «sobrecompensación» y el músculo se hace más fuerte.

Con las metas debemos trabajar de la misma manera, podemos lograr objetivos sobresalientes sólo mediante la aplicación del 100% de esfuerzo y al máximo.

Marcadores y afirmaciones de refuerzo

¿Sabes quién es el desmotivador más importante en el camino hacia la meta? Sí, eso es correcto, somos nosotros mismos. Además, sobre todo nos desmotivamos con un diálogo interno negativo. Por ejemplo, constantemente nos decimos: «No puedo hacerlo», «No puedo», «Siempre llego tarde o me excedí en el tiempo».

Todas estas cosas necesitan ser reemplazadas por declaraciones que nos den aliento. Por ejemplo, «Yo tendré éxito», «¡Yo soy soltero!», «¡Soy fuerte!». Estas declaraciones nos alejarán de la autocompasión y nos acercarán a lograr nuestro objetivo.

También es aconsejable hacer preguntas con marcadores de forma constante: ¿Estoy en el camino correcto? ¿Di el 100% hoy? ¿Cómo puedo ser más efectivo para lograr el objetivo más rápido?

Cómo conseguir lo que quieres

Soluciones cotidianas

Ten la valentía de reducir tu lista de tareas si consideras que así debe ser. Nada terrible ocurrirá si hoy no tienes tiempo, por ejemplo, de ir a la tienda y comprar comida. Todavía hay que recordar constantemente aquellas palabras tan llenas de sabiduría en las instrucciones de seguridad del avión. Esa voz que nos indica: «Primero coloca la mascarilla en ti mismo, y luego en el niño”.

Esto es algo que también debemos practicar en nuestra vida. Si no tenemos tiempo para hacer lo que es realmente importante para nosotros, entonces nos sentimos infelices. En primer lugar, cuando llegues a casa del trabajo, cuida de tus propios asuntos, y luego todo el resto.