4 hábitos para ser organizado y tener una mañana más productiva

¿Te encuentras muy seguido que tus mañanas son muy lentas? ¿Te cuesta mucho trabajo empezar el día con energías? ¿Tienes problemas completando tareas y trabajos después de haberte levantado? Si te identificas con estas preguntas, entonces te conviene descubrir estos hábitos para ser organizado y tener días más productivos.

4 hábitos para ser más organizado

Ser productivos por la mañana muchas veces no es tan sencillo. Las condiciones deben ser correctas, debes ser consciente de lo que haces y tomar decisiones rápido. ¿Pero cómo puedes lograrlo? Sigue leyendo para hacerte una idea:

1. Planifica tu día de forma inteligente

La mayoría de las personas menciona la importancia de tener un horario. Pero no tiene punto diseñar un programa que no vaya a funcionar para ti. El objetivo de planificar tus actividades no es solamente hacer una bonita lista de trabajo, sino encaminarte de manera razonable pero firme. A continuación, enlistamos algunos consejos para planificar tu día de manera inteligente:

Haz una lista de tareas pendientes

Claro, es fácil pensar que podrás recordar todas tus tareas pendientes sin la necesidad de una lista. Aún así, escribir una lista de tareas pendientes se considera uno de los mejores hábitos para ser organizado y productivo

Enumera tus tareas pendientes del día, la semana e incluso del mes si te gusta planificar tu horario con mucha anticipación. De esta manera no te sentirás presionado a recordar todo, y te sentirás realizado cuando empieces a tachar elementos de la lista uno por uno mientras avanza el día.

Toma en cuenta tus niveles de energía

No bases tu propia planificación en otras personas. Tú te conoces mejor y sabes cómo son tus niveles de energía. Si al despertarte ya estás muy alerta, entonces podrás programar tus tareas más temprano en el día. 

Si eres una persona nocturna, es posible que seas más indulgente con tus límites de tiempo para las actividades. Toma todo esto en consideración. Recuerda, tu horario es solamente para ti, ¡no para nadie más!

Establece un horario

Ahora que tienes esa lista de cosas por hacer, intenta establecer un horario con dichas actividades. Cuando todas tus tareas pendientes tienen un horario establecido que es fácil de seguir y una fecha límite exacta, te resultará más fácil estar encaminado. 

Asigna tiempos razonables, realiza un seguimiento de tu progreso y no pierdas tu pensamiento positivo. Las personas altamente organizadas recomiendan mucho este hábito para ser organizado como una forma fantástica de aumentar tu productividad, ya que te mantiene concentrado desde el comienzo de cada día.

No dejes pasar detalles importantes

Cuando tu día es agitado, es fácil olvidar algunas citas o tareas. Haz todo lo posible para tener cada una en mente. Es por eso que necesitas una lista de tareas pendientes. Para que todo lo que tengas que hacer esté bien organizado y sea muy difícil de olvidar. Si no tienes más remedio que dejar tareas sin completar debido a limitaciones de tiempo, aprende de ese error y planifica las cosas de manera más realista en el futuro.

Sigue una rutina

No hay nada de malo en querer un poco de variedad en tu vida. Pero si realmente deseas tener una mañana productiva y ser organizado, convierte tu horario en una rutina. Haz las tareas del hogar en el mismo orden y las tareas básicas siguiendo el mismo cronograma todos los días. 

Las rutinas son muy cruciales para la productividad y la eficiencia, e incluso pueden ayudar a mejorar la capacidad cognitiva. Todo esto hace que tener una rutina asegure una mañana sumamente productiva.

2. Desayuna bien todas las mañanas

El desayuno es la primera y la más importante comida que tendrás durante todo el día. Por eso es tan esencial que empieces tu mañana productiva teniendo un desayuno bien planificado. Estas son algunas formas de hacer que tu primera comida sea más completa y satisfactoria:

Consume abundantes proteínas

Lo que tengas para desayunar hará una gran diferencia en lo productivo que será tu mañana. Velo de esta manera: tu cuerpo no ha comido durante un período prolongado de tiempo mientras dormías, por lo que necesita algo que pueda poner el motor en marcha lo más pronto posible. 

Mucha gente habla de los carbohidratos como alimento para el desayuno, pero muy pocos realmente toman en cuenta lo que la proteína puede hacer por el cuerpo. La proteína es un nutriente esencial que, según estudios, tiene efectos positivos sobre la función cerebral. Considera comer alimentos para el desayuno como los huevos, el yogur griego, las almendras o el requesón.

Prepara tus comidas con anticipación

Preparar tu desayuno la noche anterior es una manera fantástica de ahorrar una buena cantidad de tiempo cada mañana. Tu desayuno será nutritivo y no requerirá que esfuerces tu cerebro que aún está atontado y cansado para prepararlo. También puedes optar por hacer lotes grandes de desayuno durante el fin de semana, para que las comidas matutinas de toda la semana estén listas para ser consumidas.

Haz algo productivo durante tu desayuno

El desayuno es el mejor momento para activarse y despertarse y es una excelente manera de empezar a adelantar las tareas del día. Cuando termines de comer, ¡ya estarás por la delantera! 

Sin embargo, toma en cuenta que esta sugerencia podría no funcionar para todos. Si tiendes a comer en exceso, a distraerte o estresarte cuando haces otras actividades durante el desayuno, lo mejor sería que no implementes este consejo.

3. Aprende a ser ordenado

Claro, la idea no es que todo esté en perfecto orden en todo momento. Pero asegurarte de mantener tu desorden bajo control puede ser muy importante para la productividad de tu día a día. Además, ¡difícilmente puedes considerarte organizado si toda tu casa y tu espacio de trabajo son un desastre! A continuación te presentamos algunos consejos para mantener tu espacio en orden:

Limpia tu espacio de trabajo

¿Quieres empezar cada día lleno de energía y pensamientos positivos? Entonces asegúrate de que tu espacio de trabajo o escritorio esté limpio y despejado antes de comenzar. El desorden casi podría resultar cómodo algunas veces, pero finalmente lo único que hace es hacerte tropezar. 

Cuando hay desorden las cosas se volverán más difíciles de encontrar, será más probable que te estreses y también será más difícil hacer las cosas sin retrasos. Por supuesto, todo el mundo tiene límites diferentes en cuanto a lo desordenado que puede llegar a ser un espacio antes de que les afecte, pero según la ciencia, la limpieza y el orden son fundamentales para la productividad.

Resuelve los inconvenientes con tiempo

Si quieres que tus días transcurran sin problemas, intenta mantener el hábito de solucionar los cabos sueltos que quedan de días anteriores. Es fácil ignorar un solo papelito que cayó al suelo, pero con el tiempo ese papelito serán dos, y tres, y después estarán por todos lados, lo cual afectará tu productividad. 

También puede que para ti tener una llamada perdida no signifique gran cosa, sin embargo, cuando se acumulan veinte, estarás demasiado abrumado para lidiar con todas. Aprender a ordenar y solucionar rápidamente estos pequeños detalles cuando los notes es clave para ser organizado.

Ordena áreas importantes antes de retirarte

Antes de salir de casa todas las mañanas, echa un vistazo rápido a los espacios más importantes de tu hogar. Estos podrían ser la mesa en donde comes, la encimera de la cocina donde necesitas cocinar o el zapatero junto a la puerta principal donde arrojas todos tus pares de zapatos. 

Dales a todos un vistazo rápido por última vez antes de irte y limpia u ordena lo que puedas antes de salir. Esto tranquilizará tu mente a medida que avanza la mañana y también te brindará una pequeña sensación de logro desde el comienzo del día.

Vale la pena señalar que esto no quiere decir que necesites tener un entorno perfecto para ser productivo. La lección en este caso es aprender a convertirse en una persona más organizada, por lo que necesitarás saber dónde se encuentran ciertos objetos y sentirte relajado en tus espacios de vida y trabajo. A menudo, es necesario tener al menos cierto grado de orden para lograr esto.

4. Aprende a priorizar

Las personas altamente organizadas no confunden la productividad con el simple hecho de hacer todo lo que se pueda en el menor tiempo posible. El problema con esta descripción es que elimina la calidad de la ecuación.

Cuando uno es productivo, se desempeña con alta calidad y ofrece resultados sobresalientes, pero a un ritmo constante y, si es posible, rápido. Esto significa que, a veces, hay tareas que debes dejar atrás en favor de lo que realmente importa. A continuación, te mostramos cómo priorizar mejor las cosas que necesitas hacer para tener una mañana más productiva:

Decide qué cosas quieres lograr

¿Cuáles son las tres cosas que definitivamente quieres lograr hoy? ¿Qué tareas debes completar para sentirte productivo? Una vez que hayas seleccionado tus tres tareas más importantes, programa tu día en torno a ellas. Puedes completarlas en cualquier momento, pero tienes que hacerlo. 

Cuando tengas que elegir entre estas tareas y otras menos importantes, ¡elige siempre las prioritarias! Te sentirás mucho mejor contigo mismo y más satisfecho. Además aprenderás a no preocuparte por las cosas pequeñas.

Responde los correos y mensajes importantes lo más pronto posible

Una vez que ingreses a tu correo electrónico concéntrate en empezar contestando los correos más importantes primero, y resiste la tentación de comenzar desde la parte superior de tu bandeja de manera cronológica. 

Cuando hayas respondido los correos electrónicos más importantes, te sentirás más relajado y tendrás más pensamientos positivos a lo largo del día. Además, ¡existirá un riesgo mucho menor de que te olvides de esas tareas esenciales a medida que avanza el día! Las personas altamente organizadas no pierden demasiado tiempo en correos electrónicos no deseados y sin sentido.

Haz las actividades más difíciles primero

Piensa en las tres «peores» cosas que tienes que hacer hoy y hazlas primero. Depende de ti definir qué implica lo «peor». ¿Son las tareas que te resultan más problemáticas? ¿Las que te parecen más aburridas? ¿Las tareas que ocupan más tiempo? ¿Una variedad de todas las anteriores? 

Pasa la mañana resolviendo estas “peores” tareas y te sentirás mucho más realizado después y, por lo tanto, ¡más motivado para hacer los trabajos más sencillos durante el resto del día!