Las etapas del desamor y sus repercusiones

Las causas del desamor son muy diversas e innumerables factores pueden incidir de forma negativa para que se produzca. El desamor se caracteriza por la disminución de los sentimientos de afecto hacia una persona en especial.

Cómo son las etapas del desamor y cómo podemos reconocer en qué etapa nos encontramos

Las etapas del desamor

Un aspecto característico de este es que se produce de manera progresiva, no es algo que suceda de repente. Las etapas del desamor pueden clasificarse en 4 estadios, por así decirlo:

1. Darse cuenta o tomar consciencia de que el amor se extinguió:

     Las rupturas son altamente dolorosas y pueden motivar en las personas sentimientos de desesperanza, decepción o frustración. Estas sensaciones son tan intensas porque vienen precedidas del estado de euforia que se vivió antes debido al enamoramiento.

     Aunado a las repercusiones de tipo psicológico, experimentamos a nivel de nuestras funciones químicas una disminución en la segregación de hormonas como la dopamina, que nos mantiene en conexión con la felicidad.

Por ello, muchos llegan a experimentar una sensación de vacío y desolación en las primeras etapas. Si a esto le sumamos factores como el apego, la costumbre y las expectativas sobre las cuales la persona haya sentado sus bases, los efectos se pueden sentir en principio como devastadores.

La negación actúa como mecanismo de defensa para no hacer contacto con todos los miedos que genera el reconocer que el amor se transformó en desamor.

     Muchas personas tienden a pasar por alto, por el tiempo que sea necesario, ésta dura realidad y es probable que de golpe, cualquier evento, discusión, desacuerdo o el descubrimiento de una infidelidad, traiga a la superficie la verdad y es allí cuando se dan cuenta de lo que ya es inevitable porque se instaló en la relación de pareja.

El acto de posponer algo que ya es un hecho produce más dolor porque, a pesar de que no lo quieras ver, sufres a diario las consecuencias de la ausencia de amor. Es la acción de alargar el malestar.

     Cuando las personas finalmente asumen la dura realidad, reaccionan de diversas formas motivadas en primer plano por el modo en que les afecte. No es igual ser abandonado que tomar una decisión de mutuo acuerdo, por ejemplo.

Un aspecto relevante a considerar está relacionado con la postura a nivel psicológico de quien atraviesa ésta primera etapa. Darse cuenta siempre supone un impacto psíquico pero la magnitud dependerá de cada persona.

En condiciones normales, cualquier ruptura genera tristeza y hasta incertidumbre pero si se le suman apegos de tipo patológico, suele resultar devastadora. Incluso muchas personas intentan volver a unir las piezas de algo que ya está roto.

2. Duelo:

Son momentos en los que nos debatimos entre pensamientos agridulces, caracterizados por la tristeza, el enojo, la rabia y la añoranza de lo que fue ése amor. También suelen abordarnos sentimientos de culpa dirigidos hacia nosotros mismos, basados en nuestros errores o hacia el otro con el que integrábamos la pareja.

Son períodos en los que reina la confusión y es bastante probable que la persona experimente una profunda inestabilidad emocional. El sentimiento de frustración proveniente de la dura realidad adquiere gran intensidad y se apodera de todos nuestros pensamientos y acciones. El duelo es un proceso mediante el cual el individuo se adapta a la pérdida.

     La duración de ésta etapa es dependiente de cada individuo y en base a la intensidad y extensión se puede catalogar como normal o patológica.

     Es completamente normal que un individuo tras una ruptura se entristezca e incluso se inmovilice en los primeros estadios. Otros sentimientos como el enojo, la ira, la cólera y la frustración pueden aparecer y se considera una conducta completamente sana y recomendable concederse el permiso para experimentar plenamente estos sentimientos.

El carácter patológico surge cuando se extiende por mucho tiempo y la persona se sumerge en una profunda depresión que le puede llevar a cometer actos que atenten contra su propia vida.

     Una vez que ya aceptaste de forma consciente que existe una sola realidad que no puedes cambiar y que quizás has tocado fondo, no queda otra opción más que movilizar todos tus recursos para salir nuevamente a la superficie.

3. Aceptación:

     Es una etapa del duelo durante la cual la persona, a pesar de los sentimientos que se encuentre experimentando, acepta de manera abierta que la ruptura es inminente y que el amor, al menos por parte de uno de los miembros de la pareja, desapareció.

     Quizás, aún se sientan a flor de piel los embates del impacto psicológico producido por el descubrimiento de aquello que es inevitable pero poseerá el conocimiento y plena consciencia de que ya no hay vuelta atrás.

4. Reconstrucción:

     Sucede cuando tus opciones son seguir adelante, adueñarte de los aprendizajes que las vivencias te hayan dejado y crearte un nuevo camino.

     Lo ideal es que llegues a éste punto como una persona fortalecida, más segura de ti misma y con todas las energías enfocadas en las nuevas oportunidades que la vida te brinda cada día.

Repercusiones negativas del desamor

     Las repercusiones negativas se encuentran asociadas con sentimientos, sensaciones o emociones negativas como la tristeza, ansiedad, desesperanza y la pérdida de autoestima. Éstas pueden ser normales en las primeras etapas y se producen por factores psicológicos, orgánicos y son completamente superables.

     Sin embargo, en algunos casos, los individuos no logran superar los efectos negativos ocasionados por la pérdida y se pueden sumergir en una fuerte depresión o alargar el duelo por gran cantidad de tiempo. En estos casos, se requiere de la atención psicológica o de la medicación que funcione como mecanismo para que la persona se recupere por completo y siga adelante con su vida normal.

Efectos positivos

Si bien es cierto que es una situación bastante difícil para quien la vive, tras la superación de las etapas del desamor puedes sentirte fortalecido, con un incremento exponencial de la seguridad en ti mismo, así como de la autoestima.

Y si le ves el lado bueno, tendrás en tus manos todo un mundo de posibilidades desde una perspectiva más sabia y experimentada.