Por qué las hijas que no se sintieron amadas se enamoran de narcisistas y que hacer al respecto

Muchas mujeres que han crecido sin el amor y la atención de sus padres, especialmente de sus madres, tienden a buscar inconscientemente parejas que les hagan sentir lo que les faltó en su infancia.

Sin embargo, este patrón puede conducirlas a relaciones tóxicas y abusivas con personas narcisistas, que solo se preocupan por sí mismas y que las manipulan y desvalorizan constantemente.

En este artículo, vamos a explorar las razones psicológicas de esta atracción fatal y las posibles soluciones para romper el ciclo y recuperar la autoestima y el bienestar.

La herida de la falta de amor materno

La relación entre una madre y una hija es una de las más importantes y determinantes en la vida de una mujer.

La madre es el primer modelo de referencia, el primer vínculo afectivo y el primer espejo en el que se refleja la hija. De esta forma, la madre influye en la forma en que la hija se ve a sí misma, se relaciona con los demás y afronta los desafíos de la vida.

Cuando una madre no es capaz de darle a su hija el amor, el apoyo, la validación y la seguridad que necesita, se crea una herida emocional profunda que afecta al desarrollo de la personalidad y la autoestima de la hija.

Esta herida puede tener diferentes causas, como una madre ausente, negligente, crítica, sobreprotectora, depresiva o narcisista.

Las consecuencias de esta herida

Las consecuencias de esta herida pueden ser variadas, pero algunas de las más comunes son:

  • Baja autoestima: la hija no se siente digna de amor ni de respeto, se culpa por todo lo que le pasa y se siente inferior a los demás.
  • Dependencia emocional: la hija busca desesperadamente el amor y la aprobación de los demás, especialmente de sus parejas, y teme el abandono y el rechazo.
  • Falta de límites: la hija no sabe decir que no ni defender sus derechos e intereses, se deja llevar por lo que los demás quieren o esperan de ella y se sacrifica por complacerlos.
  • Ansiedad y depresión: la hija vive con angustia, tristeza, culpa y vacío existencial, no encuentra sentido ni satisfacción en su vida y tiene dificultades para disfrutar del presente.

La atracción por los narcisistas

Los narcisistas son personas que tienen un sentido exagerado de su propia importancia, que necesitan admiración constante y que carecen de empatía y sensibilidad hacia los sentimientos y necesidades de los demás.

Los narcisistas suelen ser encantadores, seductores, inteligentes y carismáticos al principio de una relación, pero luego muestran su verdadera cara: egoísta, arrogante, manipuladora, despectiva y cruel.

Las hijas que no se sintieron amadas por sus madres pueden sentirse atraídas por los narcisistas por varias razones:

Repetición del patrón familiar

Las hijas buscan inconscientemente recrear la dinámica que vivieron con sus madres, esperando obtener el amor que les faltó o reparar el daño que les hicieron. Sin embargo, esto solo las lleva a sufrir más decepciones y frustraciones.

Identificación con el rol de víctima

Las hijas se acostumbran a ser maltratadas y humilladas por sus madres, y creen que ese es el único tipo de relación posible. Se sienten cómodas en el papel de víctimas y no se atreven a cambiarlo por miedo a lo desconocido o a perder lo poco que tienen.

Falta de autoconocimiento

Las hijas no saben quiénes son ni qué quieren realmente en la vida. Se dejan influir por los narcisistas, que les hacen creer que son lo mejor que les ha pasado o que son lo peor del mundo. No tienen criterio propio ni confianza en sí mismas.

Ilusión de cambio

Las hijas creen que pueden cambiar a los narcisistas con su amor, su paciencia, su comprensión o su sacrificio. Piensan que si hacen todo lo que ellos quieren o les piden, algún día les devolverán el amor que les dan.

Sin embargo, esto es una fantasía que nunca se cumple, ya que los narcisistas no cambian ni se preocupan por nadie más que por ellos mismos.

Qué hacer al respecto

Salir de una relación con un narcisista no es fácil, pero tampoco es imposible. Lo primero que hay que hacer es tomar conciencia de la situación y de las consecuencias que tiene para la salud física, mental y emocional.

Lo segundo es buscar ayuda profesional y apoyo social, ya que se trata de un proceso complejo y doloroso que requiere de orientación y acompañamiento. Lo tercero es trabajar en la sanación de la herida de la falta de amor materno y en el fortalecimiento de la autoestima y la autonomía.

Algunas de las acciones que pueden ayudar a lograr estos objetivos son:

  • Romper el contacto con el narcisista: cortar toda comunicación y vínculo con el narcisista, bloquearlo en las redes sociales, eliminar sus fotos y recuerdos, evitar los lugares donde pueda encontrarse con él o ella. Esto es necesario para evitar caer en la tentación de volver o de seguir siendo manipulada o maltratada.
  • Buscar terapia psicológica: acudir a un profesional especializado en el tema, que pueda ofrecer un espacio seguro y confidencial para expresar los sentimientos, entender las causas y las consecuencias de la relación, y aprender estrategias para superar el trauma y recuperar el equilibrio emocional.
  • Apoyarse en la familia y los amigos: contar con el respaldo y el cariño de las personas que nos quieren y nos valoran, que nos escuchen sin juzgarnos ni criticarnos, que nos animen y nos motiven a seguir adelante. También se puede recurrir a grupos de apoyo o a asociaciones de víctimas de violencia de género, donde se puede compartir experiencias y recibir consejos.
  • Cuidarse a sí misma: dedicar tiempo y atención a las propias necesidades y deseos, hacer actividades que nos gusten y nos hagan sentir bien, como leer, pintar, bailar, meditar, hacer deporte, viajar, etc. También cuidar la alimentación, el sueño, la higiene y la salud en general.
  • Sanar la relación con la madre: tratar de comprender por qué la madre no pudo dar el amor que se necesitaba, perdonarla si es posible o al menos aceptar lo que pasó sin rencor ni resentimiento. También establecer límites claros y saludables con ella, si sigue formando parte de nuestra vida, o alejarnos si es necesario para protegernos.
  • Reconstruir la autoestima: trabajar en el autoconocimiento, el autorespeto, el autovaloración y el autoamor. Reconocer las propias cualidades, capacidades, logros y potencialidades. Afirmar los propios derechos e intereses. Aprender a decir que no y a poner límites. Celebrar los pequeños avances y los grandes triunfos.
  • Abrirse al amor sano: no cerrarse a la posibilidad de volver a enamorarse, pero tampoco precipitarse ni idealizar a nadie. Ser selectiva y prudente a la hora de elegir una pareja. Buscar una relación basada en el respeto mutuo, la confianza, la comunicación, la comprensión y el apoyo.

Resumiendo, las hijas que no se sintieron amadas por sus madres pueden enamorarse de narcisistas por una serie de razones psicológicas que tienen su origen en la infancia. Sin embargo, esto no significa que estén condenadas a repetir este patrón toda su vida.

Con ayuda profesional y personal, es posible salir de esta situación y sanar las heridas del pasado. Así podrán recuperar su dignidad, su felicidad y su libertad.