3 de cada 4 personas con COVID leve desarrollan insomnio, revela estudio

Un estudio reciente realizado por la Dra. Huong T. X. Hoang de la Universidad Phenikaa y su equipo arroja luz sobre el profundo impacto del COVID-19 en la calidad del sueño.

Contrariamente a investigaciones anteriores que se centraron en pacientes hospitalizados, este estudio examina los efectos de las infecciones leves por COVID-19 en los patrones de sueño.

Lo que revelan los estudios

La encuesta, realizada entre 1,056 adultos diagnosticados con COVID-19, pero no hospitalizados, revela hallazgos alarmantes: el 76.1 por ciento de los participantes reportaron experimentar insomnio, y el 22.8 por ciento describieron su insomnio como grave.

Interesantemente, la gravedad de la infección inicial por COVID-19 no se correlacionó significativamente con la gravedad del insomnio experimentado después. Esto sugiere que incluso las personas con infecciones asintomáticas son susceptibles de desarrollar trastornos del sueño.

Es importante destacar que dos grupos mostraron tasas significativamente más altas de insomnio: aquellos con enfermedades crónicas preexistentes e individuos que presentaban altos niveles de síntomas depresivos o de ansiedad.

Además, los participantes que informaron insomnio tendían a tener puntuaciones más altas de depresión y ansiedad que la muestra en general, resaltando la interconexión de estas condiciones. Si bien el insomnio puede exacerbar los problemas de salud mental y física, también puede ser una consecuencia de trastornos de salud mental subyacentes.

La Dra. Hoang enfatiza la importancia de abordar el insomnio de manera oportuna y ofrece consejos prácticos para manejar los trastornos del sueño. Medidas simples como establecer una rutina para dormir, limitar el tiempo frente a las pantallas antes de acostarse, hacer ejercicio regularmente y evitar el consumo de cafeína tarde en el día pueden ayudar a aliviar los síntomas del insomnio.

Para aquellos que experimentan insomnio persistente, se recomienda buscar ayuda profesional de un terapeuta del sueño.

Sin embargo, es crucial reconocer las limitaciones del estudio, incluidos los posibles sesgos asociados con la recolección de datos en línea y el muestreo por conveniencia. A pesar de estos desafíos, los hallazgos subrayan la necesidad urgente de realizar más investigaciones para comprender mejor la compleja relación entre el COVID-19, la salud mental y el insomnio.

Un enfoque holístico es esencial para abordar los factores multifacéticos que contribuyen a la alta prevalencia de insomnio entre los sobrevivientes de COVID-19.

El estudio fue publicado en Frontiers in Public Health.