En la era actual, donde la inteligencia artificial (IA) avanza a un ritmo vertiginoso, muchos se preguntan si eventualmente estas tecnologías podrían dominar al mundo. Aunque para algunos, esto podría parecer una trama sacada de una película de ciencia ficción, figuras destacadas como el fallecido Stephen Hawking han advertido sobre la seriedad de este tema.
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Hawking, reconocido por sus contribuciones en física y cosmología, también expresó preocupaciones significativas sobre la IA, advirtiendo que podría ser “nuestro peor error” no tomar en cuenta sus riesgos.
Hawking, que padeció Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) durante más de cinco décadas, dejó un legado de pensamientos provocativos sobre diversos temas, incluida la IA.
En su último libro, “Respuestas breves a las grandes preguntas”, Hawking tocó temas variados, incluyendo la inteligencia artificial, donde expresó temores de que la IA pudiera eventualmente superar la inteligencia humana y presentar riesgos inimaginables para la humanidad.
El astrofísico propuso que las computadoras deberían ser diseñadas para alinearse con objetivos humanos, advirtiendo que una inteligencia artificial sin restricciones podría resultar catastrófica. Su visión era que, aunque la idea de máquinas superinteligentes pueda parecer ficticia, ignorar sus posibles impactos sería un grave error.
Con la introducción de plataformas como ChatGPT y otras tecnologías de IA, la discusión sobre el impacto de la IA se ha reavivado, especialmente en cuanto a cómo estas tecnologías podrían afectar el mercado laboral.
Mientras que algunas empresas tecnológicas han adoptado estas herramientas, sustituyendo ciertos puestos de trabajo, la comunidad global todavía está evaluando cómo adaptarse a esta nueva era, similar a la revolución que supuso la llegada de los ordenadores personales e internet.
La preocupación de Hawking y la actualidad tecnológica nos recuerdan la importancia de proceder con cautela, fomentando un desarrollo de IA que beneficie a la sociedad sin comprometer la seguridad o la ética. Solo el tiempo dirá cómo se integrará completamente la IA en nuestro tejido social y laboral.