Un devastador terremoto sacude Myanmar, Tailandia y el suroeste de China: Se temen cientos de víctimas

Un poderoso terremoto de magnitud 7.7 sacudió el centro de Myanmar el viernes 28 de marzo de 2025, desencadenando una ola de destrucción que se extendió a Tailandia y el suroeste de China. Con epicentro cerca de la ciudad de Mandalay, el sismo ha dejado un rastro de edificios colapsados, puentes derrumbados y un número aún indeterminado de víctimas, mientras las autoridades y equipos de rescate luchan por evaluar el alcance total de la tragedia.

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Colapso y caos en Myanmar

En Myanmar, el terremoto golpeó con fuerza la región central, afectando gravemente a Mandalay, la segunda ciudad más grande del país. Testigos reportaron escenas de pánico cuando un edificio de cinco pisos se derrumbó frente a sus ojos, obligando a los residentes a huir a las calles.

“Todos en mi pueblo están en la carretera; nadie se atreve a volver a los edificios”, relató un habitante de Mandalay a la agencia Reuters. Entre las estructuras históricas afectadas, el puente Ava, de 91 años, que conectaba Mandalay con la región de Sagaing sobre el río Irrawaddy, colapsó durante el temblor, cortando una vía vital.

En la capital, Naypyidaw, uno de los principales hospitales se convirtió en una “zona de víctimas masivas”, según funcionarios locales, con cientos de pacientes llegando en busca de atención médica.

La junta militar que gobierna Myanmar declaró el estado de emergencia en seis regiones, incluyendo Naypyidaw y Mandalay, y emitió una rara solicitud de ayuda internacional para enfrentar la crisis. Aunque aún no hay cifras oficiales de víctimas, las autoridades temen que el saldo pueda ascender a miles, dado el colapso de edificios vulnerables y la densidad poblacional de las áreas afectadas.

Bangkok declarada zona de desastre

En Tailandia, el impacto del terremoto se sintió con intensidad en Bangkok, donde un rascacielos en construcción de 30 pisos se desplomó, dejando al menos tres muertos y atrapando a decenas de trabajadores bajo los escombros. Los equipos de emergencia trabajan contrarreloj para rescatar a más de 40 personas que se cree siguen sepultadas. “Escuché a la gente pidiendo ayuda, diciendo ‘sálvenme’”, informó un testigo a AFP, mientras las imágenes de piscinas infinitas derramando agua desde edificios altos ilustraban la magnitud del movimiento.

La primera ministra tailandesa, Paetongtarn Shinawatra, convocó una reunión urgente y declaró el estado de emergencia en Bangkok, que ahora ha sido designada como “zona de desastre”. El Departamento de Prevención de Desastres de Tailandia confirmó que los temblores se sintieron en casi todas las regiones del país, desde Chiang Mai hasta las zonas fronterizas con Myanmar. La Bolsa de Valores de Tailandia suspendió sus operaciones por el resto del día, reflejando el caos económico y social desatado por el sismo.

Temblores en el suroeste de China y más allá

En el suroeste de China, la provincia de Yunnan, que limita con Myanmar, también experimentó fuertes temblores, registrados como un evento de magnitud 7.9 por la agencia sismológica de Beijing. Aunque no se han reportado víctimas fatales en China hasta el momento, los daños a viviendas e infraestructura en la ciudad fronteriza de Ruili han sido confirmados por medios locales.

Los efectos del terremoto se extendieron incluso a Vietnam, Camboya, Bangladesh y el este de India, donde el primer ministro Narendra Modi expresó su solidaridad y ofreció asistencia a los países afectados.

Una región vulnerable

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) informó que el terremoto tuvo una profundidad de solo 10 kilómetros, lo que amplificó su destructividad. La falla de Sagaing, que atraviesa Myanmar de norte a sur, es conocida por su actividad sísmica, con al menos seis temblores de magnitud 7.0 o superior entre 1930 y 1956. Sin embargo, la vulnerabilidad de las construcciones en Myanmar y Tailandia, combinada con la densidad urbana de ciudades como Bangkok, ha exacerbado las consecuencias de este evento.

Respuesta internacional y perspectivas

Mientras los equipos de rescate trabajan sin descanso, la comunidad internacional comienza a movilizarse. Nueva Zelanda y otros países han expresado su preocupación y están listos para brindar apoyo consular y humanitario. En Myanmar, el líder de la junta, Min Aung Hlaing, fue visto visitando un hospital en Naypyidaw, un gesto que subraya la gravedad de la situación en un país ya golpeado por conflictos internos.

A medida que las horas pasan, el verdadero alcance de esta catástrofe sigue emergiendo. Con cientos de víctimas temidas y miles de vidas alteradas, este terremoto se perfila como uno de los más devastadores en la región en décadas. La prioridad ahora es el rescate, la atención médica y la reconstrucción, pero las cicatrices de este día permanecerán en Myanmar, Tailandia y el suroeste de China por mucho tiempo.