La escritura cursiva impulsa el desarrollo del cerebro y nos hace más inteligentes

A pesar del vertiginoso avance de la era digital, aún es prematuro relegar al papel y al bolígrafo. De hecho, es probable que la escritura a mano nunca deba ser completamente abandonada si se busca potenciar el desarrollo cerebral.

En la era de los teclados y las pantallas táctiles, algunos argumentan que la enseñanza de la escritura cursiva es una sutileza obsoleta en las aulas actuales. Incluso la escritura a mano, y más aún la cursiva, ha sido descuidada en las directrices curriculares nacionales respaldadas por 45 estados a finales de 2012.

Sin embargo, esta tendencia encuentra oposición entre muchos educadores y científicos. Karin James, profesora de psicología en la Universidad de Indiana, señala la falta de certeza respecto a los efectos de no enseñar escritura a mano en la escuela: “Podría estar bien, pero no lo sabemos.

Y la investigación apunta a que podría no estar bien; es posible que estés configurando el cerebro de un niño para que interprete letras y palabras de una manera muy diferente”.

Lo que dice la investigación sobre la escritura a mano

James realizó un experimento en 2011, escaneando los cerebros de niños de cuatro y cinco años antes y después de enseñar a la mitad de ellos a reconocer visualmente letras y a la otra mitad a escribirlas. Los resultados mostraron picos significativos de actividad cerebral en la red de lectura del segundo grupo.

“Escribir a máquina parece ser diferente a escribir a mano. Estás creando esas formas con tus manos. Eso parece estar marcando la diferencia”, afirma James.

Kathleen Wright, editora de libros de texto, plantea la preocupación de perder la conexión con el pasado y destaca el aspecto científico: “No sabemos qué pasará más adelante si no se enseña a los niños a escribir en papel o a escribir en cursiva”.

Resultados similares se obtuvieron en un estudio japonés de la Universidad de Chiba, donde se encontró que los niños japoneses aprendían mejor escribiendo que solo mirando.

¿Por qué escribir es tan diferente de escribir a máquina?

La respuesta es simple: implica una mayor capacidad cerebral. La escritura combina tres procesos cerebrales y ejercita el cerebro de manera más intensa: visual (ver la escritura), motor (usar habilidades motoras finas para producir letras) y cognitivo/perceptivo (recurrir a la memoria para reproducir letras y formar nuevas).

La escritura cursiva destaca por su singular contribución al desarrollo cerebral. Actividades físicas específicas activan diversas áreas cerebrales, y la escritura manual va más allá de las habilidades de mecanografía.

La investigación de Virginia Berninger, profesora de psicología educativa en la Universidad de Washington, destaca que la escritura manual activa regiones masivas en el cerebro, incluyendo áreas relacionadas con el pensamiento, el lenguaje y el almacenamiento de información temporal.

En sus estudios, Berninger demostró que los niños de segundo, cuarto y sexto grado escribían más rápido y expresaban más ideas al escribir ensayos a mano en comparación con el teclado.

Además, la escritura en general contribuye a construir importantes vías neuronales en el cerebro, mejorando la retención de información. Este beneficio no se encuentra al escribir a máquina.

El Dr. Norman Doidge, psiquiatra y experto en neuroplasticidad, destaca la singularidad de la escritura cursiva, donde cada letra se conecta de manera única con la siguiente. Este aspecto es más exigente para la parte del cerebro que convierte secuencias de símbolos en movimientos motores de la mano.

En conclusión, hay razones fundamentadas para enseñar cursiva en el aula antes de la escritura a mano, ya que puede actuar como un componente básico, especialmente para los niños más pequeños.

Enfocarse en tácticas de enseñanza que no generen estrés es crucial para evitar la baja autoestima y fomentar un crecimiento emocional y académico saludable.