Tiene 110 años, vive solo, sigue conduciendo y comparte sus secretos para una larga vida

Con más de un siglo de experiencias y sabiduría, Vincent Dransfield de Little Falls, Nueva Jersey, celebra sus 110 años con una vitalidad envidiable. Este exjefe de bomberos voluntarios no solo ha alcanzado el impresionante hito de unirse al exclusivo grupo de supercentenarios, sino que también sigue disfrutando de una independencia asombrosa, conduciendo su automóvil diariamente y manejando las tareas de su hogar sin asistencia.

Nacido en 1914, Vincent ha presenciado incontables eventos históricos, pero atribuye su longevidad a la combinación de suerte, hábitos sencillos y pasión por la vida. A pesar de haber fumado durante dos décadas y de disfrutar de comidas que muchos considerarían poco saludables, como hamburguesas y chocolate,

Vincent mantiene una actitud relajada hacia la vida. Su dieta variada y su gusto ocasional por la cerveza parecen no haber impedido su salud excepcional, que se ha mantenido firme con solo menores molestias de rodilla a lo largo de los años.

La vida de Dransfield ha sido rica no solo en años, sino también en contribuciones significativas y relaciones duraderas. Desde los 15 años, cuando comenzó a trabajar en una granja lechera para ayudar a mantener a su familia, hasta su extensa carrera en el cuerpo de bomberos voluntarios, su vida ha estado marcada por la dedicación al servicio y la comunidad.

Durante esos años en la granja, tuvo acceso ilimitado a leche fresca, un recurso que considera vital para su salud inicial y la fortaleza de sus huesos.

Más allá de su alimentación, Vincent señala que el tiempo dedicado a hacer lo que amaba, particularmente su carrera en el cuerpo de bomberos, ha sido crucial para su bienestar.

Trabajar como voluntario no solo lo mantuvo físicamente activo, sino que también fortaleció su red social y emocional, especialmente después de la muerte de su esposa en 1992. La estación de bomberos se convirtió en su segundo hogar, un lugar donde la camaradería y el apoyo mutuo eran constantes.

Además, Dransfield enfatiza la importancia de mantener una actitud positiva y un corazón abierto hacia los demás, convencido de que conocer y amar a la gente ha sido esencial para su longevidad. Su vida es un testimonio de cómo el equilibrio entre el cuidado personal, la pasión por el trabajo y las relaciones saludables puede contribuir a una vida larga y plena.

Este notable centenario sigue compartiendo su historia y su sabiduría, ofreciendo un ejemplo viviente de cómo los pequeños placeres y las grandes pasiones pueden tejer juntos una vida larga y satisfactoria. Vincent Dransfield no solo ha vivido un siglo, sino que ha sabido vivir bien cada uno de esos años.