La educación sexual evita muchos peligros en el futuro

Beneficios de la educación sexual

La salud física y mental están indisolublemente ligadas a la actividad sexual, que es una de las necesidades humanas básicas. Sin embargo, la información esencial sobre el sexo aún no es una práctica establecida. Al contrario, parece que incluso hoy en día se trata como un tabú.

¿Qué es la educación sexual?

La educación sexual es el proceso de informar sobre el coito y la reproducción, las relaciones sexuales y los comportamientos sexuales. Esencialmente, la educación sexual tiene como objetivo dar a conocer las reglas sociales que se aplican a cada expresión de la sexualidad.

¿Qué beneficios aporta?

Brevemente, se mencionan puntos importantes del desarrollo psicosexual, a los que la educación sexual contribuye positivamente:

  • Ayuda en la capacidad de los adultos para entablar relaciones sociales y sexuales saludables, y libres de roles estereotipados.
  • Contribuye en destruir mitos y tabúes en torno al sexo.
  • En recompensar, aceptar y expresar fantasías sexuales.
  • Alivia los sentimientos de vergüenza y culpa.
  • En la prevención de la adicción a la pornografía (así como fenómenos relacionados como la adicción al alcohol y la depresión).
  • En la prevención del abuso.
  • En la prevención de enfermedades de transmisión sexual.

Ayuda a pensar la sexualidad de forma saludable

La educación sexual no solo nos muestra formas de expresar razonablemente la sexualidad, sino que también señala los peligros del comportamiento sexual inmaduro, como la exposición descuidada de nuestra salud física y mental a enfermedades o afecciones potenciales.

Por tanto, si estamos de acuerdo en que la sexualidad no es solo un instinto biológico, cuya expresión en el contexto de una sociedad civilizada requiere la mediación de comportamientos racionales, entonces nos daremos cuenta de la necesidad de la educación sexual. Asimismo, si reconocemos el valor de conceptos como el derecho a la autodeterminación y el respeto a la alteridad, pero también las necesidades de autoprotección y autocuidado.

Todas las personas necesitan expresar su sexualidad. Y lo hacen a través de las reglas de una sociedad civilizada. Los jóvenes tienen derecho a entrar en el ámbito de los placeres adultos debidamente informados y plenamente recompensados.

La educación sexual brinda, a través de la información, la demarcación necesaria y al mismo tiempo la codiciada libertad de expresión sexual. Porque solo cuando adquirimos el conocimiento de la fina línea entre lo permitido y lo prohibido, lo seguro y lo peligroso, podremos actuar con libertad, obteniendo con seguridad el máximo placer de las relaciones humanas.