Este es el objeto más extraño del sistema solar y deberíamos prestar mucha más atención

Junto a la Tierra, Marte es uno de los mundos más estudiados en nuestro sistema solar. Actualmente, es el hogar de una flota de orbitadores, módulos de aterrizaje y rovers que exploran su superficie. Sin embargo, por encima de las arenas rojas en las que se mueven estos vehículos, una luna extraña y enigmática, Phobos, sale dos veces al día. A pesar de todo el escrutinio que recibe Marte, Phobos y su compañera más pequeña, Deimos, descubiertas en 1877, permanecen envueltas en misterio.

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Phobos y Deimos son dos de los objetos más desconcertantes del sistema solar. “Son los únicos cuerpos en esta etapa del sistema solar para los cuales no tenemos una idea clara de lo que son”, dice Lee Pascal del Instituto SETI en California. “Sabemos lo que son otras lunas. Conocemos asteroides y cometas. Pero Phobos y Deimos… no tengo idea”.

Teorías sobre su origen

Las lunas marcianas podrían ser asteroides capturados por la gravedad de Marte, o podrían haberse formado a partir del mismo disco de material planetario primordial que dio origen al planeta rojo.

Otra teoría sugiere que fueron forjadas a partir de un cataclismo ardiente, similar a la colisión que creó la Luna de la Tierra. Sin embargo, su verdadero origen sigue siendo un enigma. “¿Qué diablos son?”, se pregunta Abigail Fraeman del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en California. “Creo que este es uno de los grandes misterios de la ciencia planetaria”.

La importancia de resolver el misterio

Resolver el enigma de Phobos y Deimos no solo satisfaría la curiosidad científica, sino que también abriría una nueva ventana a la historia del sistema solar interior.

Estas lunas podrían contener pistas sobre los procesos que dieron forma a los planetas rocosos, incluida la Tierra. Además, podrían arrojar luz sobre la fuente de los bloques de construcción de la vida, ya que algunos científicos creen que los materiales orgánicos podrían haber llegado a la Tierra a través de objetos como estos.

Una nueva misión a Phobos

Ahora, hay esperanza de que finalmente podamos desentrañar este misterio gracias a una nueva misión a Phobos que está en proceso. Esta misión, que podría incluir el aterrizaje en la superficie de la luna marciana, tiene como objetivo estudiar su composición, estructura y origen. Los datos recopilados podrían confirmar si Phobos es un asteroide capturado, un remanente de un impacto gigante o algo completamente diferente.

Además, Phobos es de particular interés porque su órbita está decayendo lentamente, lo que significa que en unos 50 millones de años, podría colisionar con Marte o desintegrarse en un anillo de escombros alrededor del planeta. Estudiar esta luna no solo nos ayudaría a entender su pasado, sino también a predecir el futuro de Marte y sus lunas.

Implicaciones más allá de Marte

El estudio de Phobos y Deimos también podría tener implicaciones más amplias para la exploración espacial y la astrobiología. Si se confirma que estas lunas contienen materiales orgánicos o agua, podrían servir como puntos de apoyo para futuras misiones humanas a Marte, proporcionando recursos esenciales para los astronautas.

Además, entender su formación podría ayudarnos a comprender mejor cómo se forman y evolucionan los sistemas lunares en otros planetas.

En resumen, Phobos y Deimos no son solo dos lunas marcianas; son ventanas a los secretos del sistema solar. Con una nueva misión en camino, estamos más cerca que nunca de resolver uno de los mayores enigmas de la ciencia planetaria y de descubrir cómo estas lunas pueden conectarnos con los orígenes de la vida en la Tierra.