El Telescopio Espacial Hubble de la NASA/ESA ha vuelto a sorprendernos con una impresionante captura, esta vez revelando la majestuosidad del cúmulo globular NGC 1651, ubicado a unos asombrosos 162,000 años luz de distancia en la Gran Nube de Magallanes, la galaxia satélite más prominente de nuestra Vía Láctea.
NGC 1651, con un diámetro aproximado de 120 años luz, domina prácticamente todo el campo visual del Hubble en esta imagen, destacando por su densidad y brillo en comparación con otros objetos celestes que suelen ser el foco de las observaciones del telescopio.
A diferencia de las imágenes de galaxias enteras que suelen abarcar vastas distancias, este cúmulo globular se presenta como un espectáculo concentrado de estrellas, cada una de ellas brillando con intensidad propia en el vasto cosmos.
Es importante comprender que los telescopios como el Hubble no funcionan como las cámaras convencionales, no “acercan” su visión de manera directa a los objetos celestes. Más bien, su capacidad de observación está determinada por sus instrumentos y su campo de visión fijo.
En el caso específico de esta imagen, el canal de luz ultravioleta/visible de la Cámara de Campo Amplio 3 (WFC3) del Hubble cubre un área del cielo equivalente a aproximadamente un doceavo del diámetro de la Luna tal como se ve desde la Tierra.
Sin embargo, la versatilidad del Hubble para observar objetos de diversos tamaños y distancias es impresionante.
Esto se logra mediante la combinación de la distancia a la que se encuentran los objetos celestes y la capacidad del telescopio para unir múltiples imágenes en un mosaico que revela detalles que de otra manera serían difíciles de apreciar.
Así, en esta imagen, además del cúmulo globular NGC 1651, también se puede distinguir la presencia de una galaxia espiral distante, apenas visible a la izquierda del cúmulo, agregando una capa adicional de complejidad y belleza al vasto universo capturado por el Hubble.
En resumen, esta imagen no solo nos brinda una visión deslumbrante de un cúmulo estelar único, sino que también nos recuerda la infinita diversidad y belleza del cosmos, desafiando nuestra comprensión y alimentando nuestra curiosidad sobre los misterios que aún esperan ser descubiertos en los confines del espacio.
