Nueva teoría sugiere que la Esfinge de Giza podría no haber sido obra exclusiva de humanos, ¿influencia extraterrestre?

Un reciente estudio plantea una teoría intrigante sobre la creación de la icónica Esfinge de Giza, sugiriendo que su construcción pudo no haber sido completamente obra humana.

Esta antigua estructura de 4.500 años de antigüedad, ubicada frente a la pirámide de Kefrén, podría haber sido esculpida a partir de una formación natural que ya poseía ciertas similitudes con una esfinge. Esta idea ha sido presentada por investigadores de la Universidad de Nueva York en un artículo publicado el 17 de octubre en la revista Physical Review Fluids.

Podrían haber hecho la Esfinge ya sobre una base anterior

El equipo de investigadores especula que la Esfinge pudo haber sido originalmente un “yardang”, una cresta de roca erosionada por el viento que se asemejaba de manera natural a una esfinge. Este tipo de formaciones rocosas son comunes en áreas desérticas y suelen adoptar formas extrañas debido a la erosión prolongada. Aunque esta hipótesis no descarta la participación humana, sugiere que los egipcios trabajaron sobre una base natural que ya ofrecía una forma similar a la que hoy conocemos.

Para investigar esta posibilidad, el equipo replicó el proceso de erosión natural utilizando un modelo experimental. Moldearon un montículo de arcilla blanda con un núcleo más resistente en su interior y lo sometieron a la acción de un flujo rápido de agua, imitando miles de años de desgaste por viento.

Con el tiempo, la erosión dio lugar a una figura que, sorprendentemente, se asemejaba a la forma de un león recostado, con una cabeza elevada, similar a la Esfinge. Según los investigadores, el material más resistente del modelo representaba lo que en la realidad podría haber sido la cabeza y el cuello de la estatua.

El profesor Leif Ristroph, autor principal del estudio y especialista en matemáticas aplicadas de la Universidad de Nueva York, explicó que este proceso podría haber ocurrido de manera natural en la meseta de Giza. No obstante, Ristroph subrayó que aunque esta posibilidad es interesante, no hay evidencia definitiva de que una formación similar haya existido en ese lugar.

A pesar de que la erosión pudo haber jugado un papel en la creación de una base similar a la Esfinge, el estudio enfatiza que el detallado trabajo facial y las características precisas de la figura fueron claramente esculpidas por los egipcios.

La intervención humana habría sido fundamental para otorgarle a la estatua sus rasgos distintivos, consolidando su estatus como uno de los monumentos más enigmáticos y representativos del Antiguo Egipto.

En resumen, esta investigación propone una nueva perspectiva sobre la creación de la Esfinge, sugiriendo que una combinación de procesos naturales y habilidad humana fueron clave en su origen. Sin embargo, la teoría aún necesita más pruebas para ser confirmada, dejando abierta la discusión sobre si esta emblemática figura es más producto de la naturaleza o de la mano del hombre.