Zinna, el perro de Gene Hackman que murió en una jaula: Así pasó sus últimas horas

Cuando el 26 de febrero de 2025 se descubrieron los cuerpos de Gene Hackman, Betsy Arakawa y su perro Zinna en su casa de Santa Fe, Nuevo México, la noticia conmocionó al mundo. Mientras Hackman falleció de un fallo cardíaco con Alzheimer avanzado el 18 de febrero, y Betsy de hantavirus el 11 de febrero, el destino de Zinna —una mezcla de Kelpie australiano de 12 años encontrada muerta en una jaula— añadió una capa de tristeza y misterio al caso.

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¿Qué llevó a esta perra, inseparable de Betsy, a morir encerrada mientras los otros dos perros de la pareja sobrevivieron? Este artículo detalla lo que se sabe sobre los antecedentes veterinarios de Zinna, su ubicación al morir, las hipótesis sobre su fallecimiento y el contraste con Bear y Nikita, los perros que escaparon a la tragedia.

Los antecedentes veterinarios de Zinna: Una cirugía clave

Zinna no era un perro cualquiera para los Hackman; era, según Joey Padilla de Santa Fe Tails (The New York Times), una compañera inseparable de Betsy, rescatada de un refugio y transformada en un “compañero increíble” bajo su cuidado. Días antes de la muerte de Betsy, Zinna pasó por un procedimiento médico en Gruda Veterinary Hospital.

El sheriff Adan Mendoza (People, 7 de marzo) confirmó que Betsy recogió a Zinna del veterinario el 9 de febrero de 2025, tras una cirugía no especificada. Este dato, revelado en una conferencia de prensa, explica por qué Zinna estaba en una jaula al momento de su muerte: probablemente fue confinada para limitar su movilidad durante la recuperación, una práctica común según la American Kennel Association.

Sin embargo, los detalles del procedimiento siguen sin aclararse. ¿Fue una operación menor, como una esterilización tardía, o algo más serio, como la extracción de un tumor? La falta de información oficial —ni el hospital ni las autoridades han divulgado más— deja abierta la especulación. Lo cierto es que Betsy, vista en una tienda de mascotas el 11 de febrero (El Observador), estaba activa y cuidando de Zinna hasta su último día, lo que sugiere que la cirugía no era inmediatamente mortal. La jaula, entonces, no era un encierro habitual, sino una medida temporal que se volvió fatal tras la muerte de sus dueños.

Dónde estaba Zinna y cómo murió: Las pistas del hallazgo

El 26 de febrero, cuando un trabajador de mantenimiento encontró los cuerpos, Zinna yacía muerta en una jaula dentro del baño donde Betsy fue hallada, a solo 3-4 metros de distancia (Daily Mail). El baño, con un calentador encendido y pastillas esparcidas en el mostrador, era un espacio pequeño y cerrado, lo que intensifica la imagen de Zinna atrapada.

Según la veterinaria estatal Erin Phipps (E! Online), no había comida en su estómago, y la necropsia —cuyos resultados aún están pendientes al 10 de marzo— apunta a deshidratación o inanición como causas probables. Veterinarios citados por The New York Times indican que un perro no sobrevive más de 3 días sin agua ni 5 sin comida, lo que sugiere que Zinna murió entre el 12 y el 16 de febrero, antes que Hackman.

Las hipótesis sobre su muerte son claras pero desgarradoras. La principal, respaldada por Phipps (Bored Panda), es que Betsy, al morir repentinamente de hantavirus el 11 de febrero, dejó a Zinna encerrada sin que nadie la liberara. Hackman, con Alzheimer avanzado, no pudo cuidarla ni a sí mismo, según la forense Heather Jarrell (Infobae), quien afirmó que “es bastante posible que no supiera que Betsy había fallecido”.

Otra teoría, menos probable, es que Zinna ingiriera accidentalmente las pastillas de tiroides de Betsy esparcidas cerca, pero Phipps descartó el hantavirus como causa, ya que “los perros no se enferman de hantavirus” (CNN). La ausencia de traumatismos y la jaula cerrada refuerzan la idea de una muerte por abandono involuntario.

¿Qué pasó con los otros perros? El contraste con Bear y Nikita

Mientras Zinna enfrentó un destino trágico, los otros dos perros de la pareja —Bear, un pastor alemán, y Nikita, una mezcla de pastor— sobrevivieron. Encontrados vivos el 26 de febrero, Bear estaba cerca del cuerpo de Betsy y Nikita afuera, gracias a una puerta para perros que les dio acceso a comida y agua en la propiedad de 12 acres (ABC News). Padilla, quien los acogió en Santa Fe Tails, confirmó que están “sanos y ajustándose” (NY Times), aunque expertos en comportamiento canino citados por Express.co.uk advierten que pudieron sufrir estrés severo tras días solos con sus dueños fallecidos.

La diferencia clave fue la libertad de movimiento. Bear y Nikita no estaban restringidos, lo que les permitió buscar recursos, mientras Zinna, postrada por su cirugía, quedó atrapada. Esto plantea una pregunta: ¿por qué Betsy no dejó a Zinna en un espacio más accesible o con provisiones? La respuesta probable es que su muerte fue tan súbita que no tuvo tiempo de ajustar el cuidado de sus perros, confiando en que Hackman, su compañero de 30 años, tomaría el relevo —algo que su enfermedad impidió.

Hipótesis y preguntas sin respuesta

Las hipótesis sobre Zinna giran en torno a la secuencia de eventos: Betsy murió primero, dejando a Hackman y Zinna sin su pilar. La cirugía de Zinna, aunque no letal en sí misma, la confinó a una jaula que se convirtió en su prisión tras el colapso de la pareja. Algunos, como la quiropráctica animal Sherry Gaber (Daily Mail, 7 de marzo), especulan que Zinna pudo agitarse al ver a Hackman caer el 18 de febrero, pero esto no explica su muerte días antes. La necropsia podría revelar si factores como el estrés o una complicación posquirúrgica aceleraron su fin, pero hasta ahora, la inanición parece el desenlace más lógico.

Quedan incógnitas: ¿Qué tan grave fue la cirugía de Zinna? ¿Por qué la jaula estaba en el baño y no en un lugar más ventilado? ¿Pudo Hackman, en un momento de lucidez, intentar ayudarla? La investigación del sheriff Mendoza, que aún espera registros telefónicos y resultados finales (NY Times), podría arrojar luz, pero el aislamiento de la pareja —sin contacto externo por al menos dos semanas— dificulta reconstruir el cuadro completo.

El eco de una lealtad rota

Zinna, el perro de Gene Hackman que murió en una jaula, encarna la tragedia de una familia deshecha por la enfermedad y el azar. Su cirugía la dejó vulnerable, el hantavirus arrebató a Betsy, y el Alzheimer de Hackman selló un abandono que ninguno deseó. Mientras Bear y Nikita sobreviven como testigos de esos días oscuros, la muerte de Zinna —a metros de su amada Betsy— refleja una lealtad que no pudo salvarla.

Este caso, más allá de la pérdida de un ícono, nos recuerda la fragilidad de los lazos que nos sostienen, humanos y caninos por igual. Cuando la necropsia hable, quizá sepamos más; por ahora, Zinna descansa como un enigma silencioso en una historia que no olvidaremos.