7 signos de que tus bacterias intestinales están fuera de control

Las bacterias intestinales pueden ser tus mejores aliadas si quieres estar saludable, pero también pueden ser uno de tus peores enemigos. La mayoría de las personas no se dan cuenta, pero lo que comen y cómo viven, cambia constantemente la composición de sus bacterias en el intestino.
Nuevos estudios interesantes están saliendo todos los días explorando la conexión entre las bacterias intestinales y prácticamente todos los demás aspectos de la salud humana. La conclusión es clara: si se puedes cambiar tu intestino, puedes cambiar tu vida, ¿qué podrías hacer al respecto? Continúa leyendo para averiguarlo.

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No todas las bacterias intestinales son iguales

Las bacterias intestinales, que suman más de 100 billones de células, tienen más impacto sobre nuestra salud de la que los médicos expertos se hubieran imaginado previamente. Pero no todas las bacterias intestinales son iguales. Entre otras cosas, las «buenas» bacterias intestinales mejoran la digestión, fortalecen el sistema inmunológico, y la producción de las vitaminas que tu cuerpo necesita.

Por otro lado, las «malas» bacterias intestinales pueden causar pesadillas digestivas, problemas mentales, enfermedades de la piel, y todo tipo de otros problemas de los cuales aprenderás en este artículo.

Un intestino sano no se consigue tratando de liberar tu cuerpo de las bacterias intestinales por completo. Sino que está hecho mediante el equilibrio de las bacterias, limitando las malas y fomentando el crecimiento de las buenas. Así que primero lo primero: ¿cómo puedes averiguar si tus bacterias intestinales están desequilibradas?

7 signos de que tus bacterias intestinales están fuera de control

¿Cómo puedes saber si tus bacterias intestinales están fuera de control? Esto no es tan fácil como saber si tienes fiebre. No puedes simplemente tomar la temperatura de tu flora intestinal con un termómetro que compraste sin receta médica.

Pero hay ciertas señales de advertencia comunes que indican que algo podría estar mal. Presta mucha atención a estas señales, y te pondrás en una mejor posición para recuperar la salud.

Esto es lo que a tener en cuenta:

1. Problemas digestivos

Cuando piensas en las consecuencias potenciales de las malas bacterias intestinales, los problemas digestivos son probablemente las primeras cosas que se te vienen a la mente. Muchos médicos prescriben medicamentos como el Prevacid o antiácidos genéricos para ayudar a las personas que luchan con estas cuestiones, pero esos medicamentos sólo tratan los síntomas a niveles superficiales.

Estos no llegan a la raíz del problema, que son las bacterias intestinales no saludables. Si estás tratando con cualquiera de los siguientes malestares, es posible que tengas un intestino poco saludable:

  • Gases
  • Distensión
  • Ardor de estómago / reflujo ácido
  • Diarrea
  • Estreñimiento
  • Síndrome del intestino irritable
  • Enfermedad del intestino irritable (incluyendo la enfermedad de Crohn y Colitis ulcerosa)

2. Problemas mentales

¿Sabías que la salud de tu intestino podría afectar a la salud de tu cerebro? Esto es cierto. Científicos ya han descubierto que las bacterias intestinales producen neurotransmisores. Y ahora, ya están concentrados en otra tendencia: las personas con ciertos trastornos mentales también tienden a tener alteraciones en sus bacterias intestinales.

Si tienes alguno de estos trastornos mentales, tus bacterias intestinales podrían ser la causa:

• Depresión y ansiedad
• Niebla cerebral
• OCD Desórdenes Obsesivos Compulsivos
• Autismo

3. Deficiencias de vitaminas y minerales

Un intestino sano también juega un papel importante cuando se trata de ayudar al cuerpo a producir y sintetizar las vitaminas y los minerales. Cuando tus bacterias intestinales están fuera de control, a tu cuerpo le puede resultar más difícil obtener suficiente de las siguientes vitaminas y minerales esenciales:

  • Vitamina D
  • Vitamina K
  • Vitamina B12 y B7
  • Magnesio

Si eres deficiente de cualquiera de los anteriores, es posible que tengas un intestino poco saludable.

4. Antibióticos

Si se usan correctamente, los antibióticos son como una de las mayores innovaciones de la medicina moderna, pero su uso incorrecto puede crear problemas intestinales. La industria alimentaria los utiliza de manera indiscriminada en animales criados en granjas industriales. Algunos médicos incluso los utilizan en infecciones virales (que no sirven para nada).

Los antibióticos acaban con las bacterias malas, pero también acaban con muchas de las buenas bacterias en el intestino que son esenciales para tu salud. Investigaciones sugieren que las buenas bacterias aniquiladas por los antibióticos no se reemplazan a sí mismas a menos que tú intervengas.

5. Estrés crónico y no controlado

El estrés puede agotar tu paciencia, causarte ansiedad y aumentar tu presión arterial, y también puede causar estragos en tus intestinos. El estrés es inevitable, no importa cuánto tratemos de evitarlo. Esto no es un problema – hasta que dejas que suceda por mucho tiempo y no lo controlas. El estrés no administrado aumenta los niveles de cortisol, que pueden detener el buen funcionamiento intestino.

Si has estado muy estresado durante los últimos meses (o años, o décadas), y no has tomado las medidas necesarias para controlar el estrés, es muy probable que no tengas un intestino saludable.

6. Enfermedades de la piel

Ha habido una gran confusión acerca de las enfermedades de la piel en los últimos años. Gran parte de ellas proviene de la idea común (pero equivocada) de que los síntomas de una enfermedad deben aparecer en el mismo lugar que la condición en sí. Para muchas enfermedades de la piel, el problema no es con la propia piel. Es con un intestino no saludable. Si tienes cualquiera de estas enfermedades de la piel, que podría ser debido a la bacteria intestinal desequilibrada:

eczema codo bacterias intestinales

  • Acné
  • La rosácea
  • Psoriasis
  • Eczema

7. Enfermedades autoinmunes

Las enfermedades autoinmunes pueden ser difíciles de manejar debido a que el cuerpo se ataca a sí mismo, literalmente. Esto puede hacer aún más difícil de detectar el origen del problema y resolverlo. Sin embargo, más investigaciones están emergiendo que une a las enfermedades autoinmunes con los intestinos no saludables. Si estás tratando con cualquiera de las siguientes condiciones, posiblemente podrías ser capaz de hacer que los síntomas desaparezcan a través del cuidado de tu intestino:

  • Hashimoto
  • Artritis reumatoide
  • La enfermedad inflamatoria intestinal

Cómo balancear las bacterias intestinales en 4 pasos sencillos

Si cualquiera de las señales anteriores te suena, hay buenas noticias. Puedes tomar medidas para mejorar la salud de tu intestino. Si lo haces, puedes prevenir nuevas condiciones médicas que surjan e incluso las condiciones de las que te hayas preocupado desde hace años atrás.
¿Listo para empezar desde hoy? Así es cómo puedes equilibrar tus bacterias intestinales en cuatro pasos sencillos:

Paso 1. Evita las toxinas

Si quisieras apagar un incendio, arrojarle gasolina seguramente sería lo peor que podrías hacer. Por desgracia, esto es exactamente lo que un montón de gente con intestinos poco saludables está haciendo. Ellos siguen comiendo y viviendo de una manera que mata las bacterias buenas, alienta el crecimiento de las bacterias malas, y rompe la integridad del revestimiento de su intestino.

La mayoría de ellos no se dan cuenta de lo que están haciendo. Eso, aunado a lo que la medicia tradicional receta para «solucionar» el problema (que suele ser un remedio superficial, y no una solución de raíz), y que son medicamentos que suelen traer reacciones secundarias, muchas veces afectando aún más el problema a mediano plazo, hacen de este problema un problema interminable y crónico.

Paso 1. Evita los alimentos tóxicos

gluten causa bacterias intestinales

Éstos incluyen:

  • Granos
  • Lácteos
  • Azúcares, incluidos la fructosa
  • Aceites poco saludables

Intenta seguir una dieta centrada en verduras, proteínas de origen animal, y frutas, y que pueda crear un ambiente intestinal que sea amigable para las bacterias buenas, y hostil para las bacterias malas.

También es una buena idea evitar otras toxinas modernas. Cuídate de las siguientes:

  • Antiinflamatorios sin esteroides (AINE) como el Advil y el ibuprofeno
  • Antibióticos (tanto como sea posible)
  • Pesticidas

Paso 2. Come alimentos fermentados

Evitar los alimentos tóxicos y las toxinas del medio ambiente es un gran comienzo, pero no es suficiente para una salud óptima. Es hora de ser proactivo acerca de fomentar las buenas bacterias intestinales que florezcan. Una de las mejores maneras de hacerlo es comiendo más alimentos fermentados. Estos alimentos de uso común en la dieta de nuestros antepasados, están llenos de buenas bacterias intestinales.

Los buenos alimentos fermentados incluyen:

  • Kimchi
  • Chucrut
  • Frutas y verduras lacto-fermentadas
  • Yogur, queso, y kéfir sin pasteurizar

Comer dos o tres tazas al día de chucrut, puede sonar como una buena idea. Pero resista la tentación. La adición de muchos alimentos fermentados demasiado rápido puede crear algunos efectos secundarios desagradables. Empieza poco a poco, con una cucharadita o dos al día e intenta darle tiempo a tu intestino para que pueda acostumbrarse.

Paso 3. Tomar suplementos probióticos

sumplementos probióticos para bacterias intestinales

Además de comer alimentos fermentados (una gran fuente natural de buenas bacterias intestinales), puedes restaurar la salud del intestino más rápido al tomar un suplemento diario de probióticos. Nuestros antepasados eran mucho menos higiénicos que nosotros. En realidad, esto les ayudó a recoger un montón de buenas bacterias intestinales a través del suelo y otras cosas sucias que encontraban. Puedes utilizar suplementos probióticos para «compensar» las buenas bacterias intestinales perdidas.

Paso 4. Controla tu estrés

Una de las cosas más poderosas que puedes hacer para mejorar tu salud intestinal (además de cambiar tu dieta) es hacer del «manejo del estrés» una prioridad. No existe una forma específica para todos de lograr este método. La clave es elegir algo que te gusta y apegarte a eso. Haz tiempo para gestionar tu estrés – aunque te sientas estresado o no – hará que se reduzca la inflamación, tendrás niveles más bajos de cortisol, y mejorará tu salud intestinal.

Y asegúrate de dormir lo suficiente. Un déficit de sueño aumenta los niveles de cortisol (y daña el intestino) al igual que cualquier otro tipo de estrés. Descansa al menos 7 horas por noche.

Cambiar tu intestino, también cambiará tu vida

Más ciencia está surgiendo cada día hablando acerca de la conexión de los problemas del intestino con las cuestiones de todo el cuerpo y la mente. Esas son buenas noticias para ti. Con el conocimiento y acciones inteligentes, puedes literalmente curarte a ti mismo desde dentro hacia fuera. La receta para un intestino sano es simple. Evita los alimentos y sustancias tóxicas, añade algunos alimentos fermentados y probióticos, y haz del manejo del estrés una prioridad. No vas a mejorar de la noche a la mañana, pero vas a mejorar. Cambiar tu intestino podría ser el primer paso para cambiar tu vida.

Redacción de Vida Lúcida
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