Cuando te despiertas, habitualmente lo haces sintiéndote bien y deshinchada, con el estómago vacío. Te pone contenta de nuevo ver un estado normal en tu vientre, pero es cuestión de ir por el desayuno, para de nuevo, volverte a sentir igual. Y por el resto del día, no estarás centrada en las tareas de tu trabajo, más bien estarás centrada en esa panza hinchada y en la cintura de tus pantalones clavándose en tu estómago, maldiciendo el momento en que se te ocurrió comer esa avena que simplemente no toleras. Pero no desesperes, existen maneras para no volver a sentir la hinchazón jamás.
La panza hinchada después de comer es un problema tan común, que es a diario que tenemos que lidiar con ese problema; sino es nosotros mismos, es a través de alguien cercano a nosotros que lo sufre. Muchos terminan aceptando que la sensación de hinchazón todo el tiempo, es una parte normal de la vida.
No es sorprendente, ya que cada vez es mucho más la población sufriendo de hinchazón, y, si tiene un trastorno digestivo, como el SII, la cifra se dispara hasta el 66-90%.
Y si bien, una panza hinchada de manera crónica podría ser un signo de una afección más grave, por lo que deberías consultar con tu médico para descartarlo, la mayor parte de la hinchazón es en realidad un signo de otra cosa: una digestión inadecuada.
5 causas de una panza hinchada después de las comidas
Es necesario comprender las causas subyacentes de un vientre hinchado así puedas mantener tu vientre plano durante todo el día todos los días.
1. Bajo ácido del estómago
El ácido del estómago es crucial para una buena digestión y para nuestro sistema inmunológico. Descompone los alimentos y mata a las bacterias, parásitos y patógenos.
El ácido del estómago puede ser agotado por el consumo de azúcar, alimentos procesados, el consumo de bebidas frías con las comidas, la masticación inadecuada y un alto consumo de proteína animal.
La baja acidez estomacal puede causar estreñimiento, diarrea, reflujo ácido y el acné.
2. Intestino permeable
También conocida como hiperpermeabilidad intestinal, esto es cuando las partículas que normalmente no serían capaces de pasar a través del revestimiento del intestino pequeño, como las proteínas de gluten, productos lácteos, granos, bacterias, y alimentos no digeridos, de repente tienen un pase «VIP», debido a que los poros de tu intestino son más grandes de lo que deberían. Esto puede ocurrir por comer una dieta pobre, por un desequilibrio bacteriano, el estrés crónico o una sobrecarga de toxinas.
3. Sensibilidad alimentaria
Cuando se comen los mismos alimentos todos los días con una variedad limitada, la exposición repetida a estos alimentos puede desencadenar una respuesta inmune, causando que los síntomas (como distensión abdominal) aparezcan.
Algunos alimentos como los lácteos, trigo, patatas, judías, coles de Bruselas, cebollas y carbohidratos FODMAP (carbohidratos de cadena corta poco absorbibles), son simplemente más difícil para el cuerpo para digerir y son más propensos a causar gases.
4. Disbiosis
Una forma elegante de decir que es un crecimiento excesivo de bacterias malas, levadura o parásitos. La disbiosis básicamente significa que tienes más bacterias malas en tu intestino que buenas y teniendo en cuenta que las células bacterianas en tu cuerpo superan en número a las células humanas de tu cuerpo 10 a 1, tiene sentido que desees que la mayoría de tus bacterias intestinales estén de tu lado.
Sobre todo porque las bacterias buenas pueden evitar que tengas intestino permeable, mantengas a tu sistema inmunológico saludable y ayudan a que tu cuerpo sea capaz de ver la diferencia entre tú y las partículas extrañas así no se ataca a sí mismo (autoinmunidad).
La disbiosis intestinal puede ocurrir si tienes un historial de uso de antibióticos, si comes demasiados alimentos procesados, si estás constantemente estresado, o incluso puede ocurrir como un efecto secundario natural de envejecimiento.
5. Estrés
El estrés crónico eleva el cortisol, puede degradar el revestimiento intestinal y causar antojos de azúcar, grasa y sal, mientras que el exceso de estimulación de las glándulas suprarrenales disminuye el flujo de sangre al intestino, impidiendo la digestión y causando una panza hinchada todo el tiempo.
5 maneras para no sentir una panza hinchada jamás
¿Listo para tirar tu refrigerador y probar una mejor dieta? Bueno, buenas noticias, en realidad hay un montón de pasos que podemos tomar para prevenir la indigestión y fortalecer nuestra salud intestinal.
1. Que comer sea un ritual
Comer en un estado de calma y presente es la clave para mejorar su digestión. Conocida como la fase cefálica de la digestión, este es el proceso de la digestión que ocurre incluso antes de comer tu alimento: tu cuerpo utiliza sus sentidos, olfato, vista, tacto y sonido para desencadenar la secreción gástrica (como la saliva y el ácido del estómago) y hormonas.
Pero esto sólo ocurre si estás en modo descansado y de digestión, lo que significa que estás presente y no estresado, así es que aléjate del sofá, coloca los mejores utensilios, y siéntate a la mesa. Tome una respiración profunda y mastica, mastica, mastica tu comida, la digestión empieza literalmente en la boca con la ruptura mecánica de los alimentos.
2. Evitar los alimentos que desencadenan la hinchazón
Elimina el azúcar, alimentos procesados, granos refinados y edulcorantes artificiales de tu dieta, y, si sospechas alergias a los alimentos, trata temporalmente la eliminación de alérgenos comunes: gluten, lácteos, soja, maíz, huevos, solanáceas, etc., para ver si eso hace la diferencia.
Se recomiendo mantener un diario de alimentos, e ir introduciendo lentamente un alimento a la vez, para ayudar a identificar qué sensibilidad a los alimentos pueden estar contribuyendo a tu indigestión.
3. Mantente hidratado
El agua es esencial para prevenir el estreñimiento, que puede conducir a la hinchazón, ya que el agua es necesaria para mantener el colon hidratado. Cuando estás deshidratado, el cuerpo tiene que tirar el agua de las heces, haciéndolas pequeñas y difíciles de pasar. Ve por 2 litros al día.
4. Alimenta tu intestino y tus bacterias intestinales
Asegúrate de comer una dieta rica en alimentos probióticos fermentados como el chucrut crudo, el kimchi, Kombucha, kéfir y prebióticos, éstos últimos, alimentos que alimentan a los probióticos, alimentos como la achicoria, la alcachofa de Jerusalén, hojas de diente de león, cebollas y bananas.
5. Obtener un kit de herramientas de digestión
Mantenga un arsenal de herramientas para garantizar una digestión adecuada:
Enzimas digestivas: Tomar una o dos cápsulas de una fórmula multi-enzima con tu comida.
Probióticos: buscar probióticos de alta calidad que tengan una variedad de bacterias, incluyendo múltiples cepas de Lactobacillus y Bifidobacterium, con al menos 15 mil millones de CFU.
Un estudio en el Journal of Clinical Gastroenterology, encontró que estas dos cepas de bacterias fueron eficaces en el alivio de la hinchazón de sus 60 participantes en un curso de ocho semanas.
Colágeno: Esencial para la salud intestinal, el colágeno aumenta los jugos gástricos, se une al agua para ayudar a que las heces pasen más fácilmente y contiene los aminoácidos prolina y glicina que son necesarios para reparar mucosa intestinal dañada.
Busca colágeno que proviene de vacas alimentadas con pasto, y busca péptidos de colágeno en polvo si quieres algo que puede colarse fácilmente en tu café de la mañana o en un batido, ya que se disuelve en el líquido y no tiene sabor.
Hierbas: Incluye hierbas y especias carminativas, como el jengibre, el hinojo, manzanilla, menta y cardamomo para aliviar la hinchazón. Puedes espolvorear las especias en polvo en tu batido, en tus comidas o bebidas como el té después de las comidas.
Redacción de Vida Lúcida
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