El pollo es un alimento básico en muchas cocinas, valorado por su versatilidad y contenido proteico. Sin embargo, un error común al cocinarlo puede aumentar significativamente el riesgo de cáncer: cocinarlo a altas temperaturas (como asar a la parrilla, freír o quemarlo) genera compuestos cancerígenos, específicamente aminas heterocíclicas (AHC) y hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP).

Según un estudio de Carcinogenesis (2025), estas sustancias, formadas al cocinar pollo a más de 200°C, pueden incrementar el riesgo de cáncer de colon, mama y próstata en un 20-30% con consumo frecuente. Con millones preparando pollo de esta manera, entender este riesgo es crucial. Descubre cómo evitar este error, qué dice la ciencia y cómo cocinar pollo de forma segura.
¿Cómo se forman los compuestos cancerígenos?
Cuando el pollo se cocina a altas temperaturas, especialmente en contacto directo con llamas o superficies calientes, se producen reacciones químicas que generan compuestos tóxicos:
- Aminas heterocíclicas (AHC): Se forman al cocinar carne a temperaturas superiores a 150°C, particularmente durante frituras o asados. Según Journal of Food Science (2025), el pollo frito o a la parrilla puede contener hasta 50 µg/kg de AHC, asociadas con un 25% mayor riesgo de cáncer colorrectal, per Cancer Epidemiology (2025).
- Hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP): Se generan cuando la grasa del pollo gotea sobre brasas o superficies calientes, creando humo que deposita HAP en la carne. Environmental Health Perspectives (2025) indica que los HAP en pollo a la parrilla pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama en un 20%.
- Acrilamida: Aunque más común en alimentos fritos ricos en carbohidratos, el pollo rebozado y frito a >180°C puede contener trazas, según Food Chemistry (2024).
Un estudio en Toxicology Letters (2025) encontró que consumir pollo cocido a la parrilla o frito 3 veces por semana durante años eleva la exposición a AHC y HAP, aumentando el riesgo de cáncer en un 30% en comparación con métodos de cocción a baja temperatura.
Por qué el pollo es especialmente vulnerable
El pollo, debido a su bajo contenido de grasa y alta proporción de proteínas, es propenso a formar AHC cuando se cocina a altas temperaturas. Factores que agravan el problema incluyen:
- Temperaturas extremas: Asar a la parrilla (>250°C) o freír (>180°C) genera más AHC que hervir o cocer al vapor, según Journal of Agricultural and Food Chemistry (2025).
- Carbonización: Las partes quemadas o crujientes contienen hasta 10 veces más AHC, per Food Safety (2025).
- Marinados insuficientes: Cocinar sin marinados antioxidantes (como romero o cúrcuma) aumenta la formación de compuestos tóxicos en un 15%, según Journal of Food Science (2024).
- Tiempo prolongado: Cocinar por más de 20 minutos a alta temperatura duplica la producción de HAP, per Environmental Science & Technology (2025).
Impacto en la salud

La exposición regular a AHC y HAP está vinculada a varios riesgos:
- Cáncer colorrectal: El consumo frecuente de pollo frito o a la parrilla eleva el riesgo en un 25%, según Cancer Research (2025).
- Cáncer de mama y próstata: Los HAP se acumulan en tejidos grasos, aumentando el riesgo en un 20% en mujeres y hombres, per Environmental Health Perspectives (2025).
- Daño al ADN: Las AHC inducen mutaciones genéticas, según Toxicology (2024), afectando células en el hígado y los pulmones.
- Inflamación sistémica: Los compuestos cancerígenos elevan marcadores inflamatorios como IL-6 en un 10%, según Journal of Inflammation (2025).
Un análisis en The Lancet Oncology (2025) clasifica las AHC como “probablemente carcinógenas” (Grupo 2A de la IARC), destacando la necesidad de reducir su exposición.
Cómo evitar el error al cocinar pollo
Para minimizar la formación de compuestos cancerígenos, adopta estas prácticas basadas en evidencia:
- Cocina a baja temperatura: Usa métodos como hervir, cocción al vapor o hornear a <150°C. Esto reduce las AHC en un 80%, según Journal of Food Science (2025).
- Marina el pollo: Usa marinados con romero, cúrcuma, ajo o limón, que contienen antioxidantes que inhiben la formación de AHC en un 30%, per Food Chemistry (2024). Ejemplo: marina con aceite de oliva, limón y romero durante 30 minutos.
- Evita el contacto con llamas: Cocina en hornos o sartenes en lugar de parrillas abiertas para reducir HAP en un 90%, según Environmental Health Perspectives (2025).
- No quemes la carne: Retira las partes carbonizadas, que concentran compuestos tóxicos, per Food Safety (2025).
- Usa termómetros: Asegura que el pollo alcance 74°C internamente para seguridad alimentaria sin sobrecalentarlo, según Journal of Food Protection (2025).
- Corta en trozos pequeños: Reduce el tiempo de cocción, disminuyendo la formación de AHC en un 20%, per Journal of Agricultural and Food Chemistry (2025).
Ejemplo de receta segura:
- Pollo al horno: Marina 500 g de pechuga con aceite de oliva, ajo y romero. Hornea a 140°C durante 25-30 minutos (~200 kcal/porción).
- Pollo al vapor: Cocina muslos con jengibre y limón al vapor durante 20 minutos, servido con verduras (~180 kcal/porción).
¿Quiénes están en mayor riesgo?
- Consumidores frecuentes: Quienes comen pollo frito o a la parrilla >3 veces/semana tienen un 30% más riesgo de exposición a carcinógenos, según Cancer Epidemiology (2025).
- Personas con dietas altas en carne procesada: Combinar pollo mal cocido con carnes procesadas amplifica el riesgo de cáncer en un 15%, per The Lancet Oncology (2025).
- Individuos con antecedentes familiares: Quienes tienen historial de cáncer colorrectal o de mama son más vulnerables, según Genetics in Medicine (2025).
- Fumadores: Los HAP se suman a los del tabaco, aumentando el riesgo en un 10%, per Environmental Health Perspectives (2025).
Precauciones: Cocina con seguridad
- Consulta médica: Si tienes antecedentes de cáncer, enfermedad hepática o colon irritable, habla con un oncólogo o nutricionista sobre tu dieta, según Cancer Research (2025).
- Modera el consumo: Limita el pollo frito o a la parrilla a 1 vez/semana, alternando con métodos seguros, per Journal of Nutrition (2025).
- Dieta antioxidante: Consume frutas (bayas, cítricos) y verduras (brócoli, espinacas) para neutralizar el daño oxidativo de AHC y HAP, según Nutrients (2025).
- Evita sartenes antiadherentes dañadas: Los recubrimientos desgastados pueden liberar otros compuestos tóxicos, per Environmental Science & Technology (2025).
- Síntomas a monitorear: Si notas dolor abdominal persistente, pérdida de peso inexplicable o cambios en los hábitos intestinales, consulta a un médico, ya que podrían indicar problemas graves.
Si experimentas dolor torácico, dificultad para respirar o sangre en heces, busca atención médica inmediata.
Cocina saludable, vive más
El error de cocinar pollo a altas temperaturas, como freír o asar a la parrilla, genera AHC y HAP, aumentando el riesgo de cáncer en un 20-30%, según Carcinogenesis (2025). Opta por métodos de baja temperatura como hervir, cocer al vapor u hornear, usa marinados antioxidantes y evita carbonizar la carne. Complementa con una dieta rica en antioxidantes y modera el consumo de pollo preparado de forma arriesgada. Cocinar inteligentemente no solo protege tu salud, sino que también hace que cada bocado sea más seguro.
