Sigue estos sencillos consejos para conseguir toallas blancas que queden suaves y limpias. Te lo revelamos todo en unas pocas líneas.
Usamos toallas a diario, ya sea en la cocina o en el baño, para secarnos las manos o el cuerpo. Las toallas blancas, en particular, muestran fácilmente la suciedad, lo que las hace ideales para monitorear la limpieza pero desafiantes para mantener impecables.
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Además de la suciedad visible, las toallas blancas pueden acumular hongos, bacterias y desarrollar malos olores. Por eso, es crucial lavarlas adecuadamente para mantener su frescura y suavidad.
Aquí te revelamos cómo utilizar sal en el proceso de lavado para lograr toallas más blancas y suaves que nunca.
Paso a paso para lavar toallas blancas con sal
- Pre-lavado: Antes de meter tus toallas a la lavadora, remójalas en agua tibia con media taza de sal durante unas horas. Esto ayudará a soltar la suciedad y a preparar las fibras para la limpieza.
- Lavado: Lava tus toallas como de costumbre en la lavadora, pero añade una taza de sal junto con tu detergente habitual. La sal actúa como un blanqueador natural y suavizante de telas, lo que ayuda a mantener el blanco radiante sin usar cloro y previene la rigidez que a menudo resulta del secado.
- Enjuague adicional: Asegúrate de configurar tu lavadora para un ciclo de enjuague extra. Esto es crucial para remover cualquier residuo de sal y detergente, dejando las toallas completamente limpias.
- Secado: Si es posible, cuelga las toallas al sol para secarlas. El sol no solo ayuda a blanquear naturalmente el tejido, sino que también desinfecta las toallas. Si usas una secadora, elige un ciclo suave y considera usar bolas de lana para secadoras, las cuales ayudan a mantener las toallas esponjosas.
Beneficios adicionales de usar sal
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- Antibacteriano: La sal tiene propiedades antibacterianas que ayudan a eliminar los gérmenes que pueden acumularse en las toallas, especialmente en ambientes húmedos.
- Económico: Utilizar sal es una solución económica comparada con otros aditivos y suavizantes comerciales.
- Amigable con el ambiente: Al evitar químicos fuertes como el cloro, la sal es una alternativa más amigable con el medio ambiente.
Mantener toallas blancas, limpias y suaves puede ser un desafío, pero con estos consejos simples y el uso de ingredientes caseros como la sal, puedes asegurarte de que tus toallas no solo estén libres de manchas y olores, sino que también sean agradables al tacto y seguras para tu piel.
Consejos para prevenir que las toallas blancas se vuelvan amarillentas o percudidas
Mantener el blanco brillante de tus toallas puede ser un desafío, especialmente con el uso y el paso del tiempo. Aquí te ofrecemos algunas recomendaciones para evitar que tus toallas se vuelvan amarillentas o percudidas:
Evitar el uso excesivo de suavizantes
- Suavizantes de tela: Aunque pueden hacer que tus toallas se sientan más suaves, los suavizantes de tela a menudo dejan un residuo que puede acumularse en las fibras, contribuyendo a que se tornen amarillas con el tiempo. Opta por usar suavizantes naturales como el vinagre blanco, que también ayuda a mantener el equilibrio del pH del tejido y elimina residuos de jabón.
Cuidado con el uso de productos químicos
- Blanqueadores y detergentes con cloro: Estos productos pueden ser efectivos para eliminar manchas, pero su uso frecuente puede debilitar las fibras de la tela y causar un tono amarillento. Prefiere blanqueadores a base de oxígeno y detergentes suaves.
Lavar con agua caliente
- Temperatura del agua: Lavar tus toallas en agua caliente puede ayudar a eliminar los aceites corporales y residuos que contribuyen a la decoloración y el percudido. Sin embargo, asegúrate de seguir las instrucciones de cuidado en la etiqueta de tus toallas para evitar dañar el tejido.
Secado adecuado
- Evita el secado excesivo: Secar demasiado las toallas puede hacer que las fibras se rompan y se vuelvan ásperas y amarillentas. Siempre usa un ciclo de secado suave y retira las toallas tan pronto como estén secas.
Tratamientos periódicos de blanqueamiento natural
- Remedios naturales: Remoja tus toallas en una solución de agua caliente y limón antes de lavarlas, o añade bicarbonato de sodio al ciclo de lavado. Ambos métodos pueden ayudar a mantener tus toallas blancas sin usar químicos agresivos.
Almacenamiento adecuado
- Guarda las toallas en un lugar fresco y seco: Asegúrate de que tus toallas estén completamente secas antes de guardarlas. Guardar toallas húmedas puede promover el crecimiento de moho y hongos, que pueden causar manchas y olores.
Implementando estos consejos, puedes ayudar a mantener tus toallas blancas luciendo frescas, limpias y libres de tonos amarillentos o percudidos. Con un poco de cuidado y mantenimiento, tus toallas pueden durar muchos años en perfecto estado.