Sin dudas, tener un recorrido por pueblos mágicos empedrados y con un aire añejo es un paseo inolvidable para cualquier viajero que quiere recorrer Europa, por ello te mostraremos los pueblos mágicos de Europa en donde puedes vivir estos alucinantes recorridos.
Los pueblos mágicos empedrados de Europa
Europa conserva muy bien sus raíces histórico-culturales. El apodo de “el viejo continente” no es en vano. Sin embargo la connotación “viejo” está muy lejos de ser negativa, de hecho es todo lo contrario. Los europeos han mantenido prácticamente intactas en el tiempo las características intrínsecas de sus culturas.
No solo eso, sino que también constituyen la unión de países en materia política, económica y social más significativa del planeta (Unión Europea), mientras que al mismo tiempo son una zona geográfica que destaca por todo menos por su homogeneidad: se hablan varios idiomas, algunos tan dispares como el español y el ruso; también se encuentran diversas etnias, idiosincrasias y raíces que conforman un panorama multicolor, rico en historia y tradición.
Beynac-et-Cazenac monumento histórico de Francia
Tal preservación de las raíces ha traído consigo que algunos asentamientos sigan exhibiendo arquitectura o formas culturales que han dejado de ser una tendencia hace cientos e incluso miles de años. Por ejemplo, Beynac-et-Cazenac es una localidad rural del sur de Francia.
Cuenta con el sello de calidad de la Asociación de Los pueblos más bellos de Francia, debido a su Castillo de Beynac y a la Iglesia Notre Dame que es considerada por el gobierno francés como monumento histórico. Sus calles, al igual que la mayoría de sus edificios, tienen el recubrimiento en piedra característico de la Edad Media, brindando un paisaje de lugares empedrados para explorar.
Óbidos, Portugal, lugar donde el tiempo se detuvo
En la península ibérica, dentro del territorio portugués, se encuentra la localidad de Óbidos. Esta ciudad conserva las murallas que se levantaron para proteger a la ciudad de las invasiones e incursiones piratas, así como el acueducto original, el Castillo de Óbidos (fortificación medieval portuguesa) y la Iglesia de Santa María construida en el siglo XV. El empedrado está presente en todos los edificios antiguos, en las calles y en las torres de la ciudad, por lo que su arquitectura es un verdadero viaje al pasado.
Rothenburg ob der Tauber, Alemania en las raíces de Europa
Los pueblos y ciudades con tanta influencia de su pasado remiten a los principios mismos de la civilización europea actual. Tal es el caso de Rothenburg ob der Tauber, una localidad alemana que destaca por sus construcciones medievales perfectamente conservadas. El casco interno de la ciudad se ha mantenido, en su esencia, intacto por más de 500 años.
Las murallas, así como algunas casas y calles, están fabricadas en piedra grisácea que aún se mantiene en pie como testimonio fiel del pasado. Las edificaciones más destacadas en el distrito histórico son el ayuntamiento, el contorno amurallado y la esquina del Plönlein.
Varenna, Italia, pueblo mágico medieval
Otra excelente demostración de la más pura esencia europea puede ser encontrada en Varenna, Italia. Con menos de mil habitantes, este pueblo situado a las orillas del Lago De Como retiene sus pintorescas casas de pescadores, jardines y villas propias de tiempos medievales.
La arquitectura gótica sumada a los espectaculares países de las montañas lombardas constituye un paisaje inmejorable para retener una visión del continente europeo. Su estilo gótico clásico incorpora la piedra, la arcilla y las tejas como materiales esenciales de construcción, que retratan fielmente el germen de la cultura de Europa.
Imágenes de shutterstock