3 razones para renunciar al gluten

Tal vez ya hayas pensado en la idea de renunciar al gluten, o al menos limitarlo un poco, pero no has dado el salto por el momento. Después de todo, aún no has sido diagnosticado como intolerante al gluten o celíaco.

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3 razones para renunciar al gluten que seguro nunca sospechaste

Es probable que no sepas que aproximadamente el 99% de las personas que tienen intolerancia al gluten o enfermedad celíaca no han sido nunca diagnosticados.

1. Más de 55 enfermedades se han vinculado al gluten

Se estima que al menos 1 de cada 30 personas son sensibles al gluten. Si eres una de esas personas, tu sistema inmune envía anticuerpos para atacar las partículas inflamatorias del gluten. Desafortunadamente, la proteína en el gluten, la gliadina, se asemeja a nivel molecular a algunos de los propios tejidos del cuerpo. Los anticuerpos de la gliadina atacan a menudo erróneamente otros órganos y sistemas, desde la piel hasta la tiroides y el cerebro. Este proceso, llamado mimetismo molecular, es el causante de que muchas personas que son sensibles al gluten también sean sensibles a otros alimentos, como las proteínas de los productos lácteos, que se asemejan al gluten.

El gluten está causando que te cuerpo se ataque a sí mismo, a veces en múltiples frentes. El hecho de que un alimento te esté causando un problema fuera del sistema digestivo, como la artritis reumatoide o la tiroides autoinmune, es la razón de que muchas personas pasan tanto tiempo sin darse cuenta de que tienen un problema con esta proteína. Si tú tienes una enfermedad autoinmune debes hacerte la prueba de sensibilidad al gluten, y si eres intolerante al gluten debes hacerte la prueba para la autoinmunidad.

2. Comer gluten puede causarte problemas en la piel

La inflamación generalizada que causa esta proteína, aparece en diferentes sistemas corporales, incluyendo el órgano más grande: la piel.

Entre las causas del acné están las fluctuaciones hormonales. Cuando comes gluten, el cuerpo responde a la irritación constante subiendo la producción de la hormona del estrés cortisol. Los altos niveles de cortisol pueden causar aumento de peso, falta de sueño y, lo has adivinado: acné.

3. Problemas del gluten con tu cerebro

Un intestino sano es crucial para un cerebro sano. Esto se debe a que el 90-95% de nuestra serotonina, el neurotransmisor clave responsable de regular el estado de ánimo, se hace en nuestro intestino. Una deficiencia de serotonina causa depresión y ansiedad en algunos, de hecho, la mayoría de los antidepresivos actúan bloqueando los receptores de serotonina del cerebro, dejando más de la química para permanecer presente en el cerebro.

El gluten inhibe la digestión ya que daña el intestino y porque es en sí es mal digerido. Las partículas de alimentos no digeridos que persisten en nuestros intestinos sirven como alimento para las bacterias y levadura. Cuando hay un sobrecrecimiento bacteriano, se crea una capa sobre los intestinos causando la supresión de la producción de neurotransmisores como la serotonina. Las bacterias producen sustancias químicas que en realidad imitan nuestros propios neurotransmisores, que viajan desde el intestino al cerebro y causan desequilibrios del estado de ánimo como irritabilidad, depresión, ansiedad y cambios de humor.

¿Cómo puedes saber si eres sensible al gluten?

Las más sencillas maneras para determinar si tienes un problema con el gluten es ir a través de una dieta de eliminación y quitarlo de tu dieta durante al menos 2 a 3 semanas y luego reintroducirlo. Ten en cuenta que el gluten es una proteína muy grande, y puede tomar meses e incluso años para borrarla de tu sistema. Cuanto más tiempo puedas eliminarlo de tu dieta antes de la reintroducción, mejor. La mejor manera de darse cuenta es que si te sientes significativamente mejor sin el gluten o te sientes peor cuando lo reintroduces, entonces el gluten es probablemente un problema. Con el fin de obtener resultados precisos de este método de prueba, debes eliminar el 100% del gluten de tu dieta.

Investigación y redacción: Vida Lúcida