La técnica de automasaje es muy efectiva y rápida de aplicar cuando estamos en situaciones de tensión, por eso cuando tus músculos están tensos y no tienes tiempo para visitar una oportunidad profesional, esta técnica simple de auto-masaje te relajará rápidamente para que así recuperes tu estado de calma.
Automasaje para relajar hombros y cuello
revisa los siguientes pasos para aliviar las tensiones de los hombros, cuello y espalda de una manera sencilla, efectiva y al alcance de tus propias manos.
1.- Relájate
Relaja tus músculos con una ducha caliente. Sumerge tu cuerpo en una tina con sales Epsom, eso te ayudará a aliviar el dolor muscular. Si no tienes tina de baño, simplemente con un baño caliente es suficiente.
2.- Usa una toalla tibia
Sécate con una toalla tibia que puedes calentar con la secadora.
3.- Manténte sin ropa
Evita usar ropa, ya que el contacto de piel con piel es más efectivo que darte masaje a través de la ropa. Usa una loción especial para masajes (o cualquier loción). Esto ayudará a reducir la fricción. También puedes usar una pomada deportiva como el Bálsamo del Tigre, la cual te ayudará a relajar los músculos.
4.- Masajea cuello y hombros
Suavemente pero con firmeza, desliza tus dedos con movimientos circulares. Comienza por la parte de atrás de tu cabeza y dirígete hacia tus hombros. Continúa bajando por tus hombros y brazos hasta que te encuentres masajeando tus manos. Cuando sientas un nudo, masajea con movimientos circulares con tus dedos.
Mantén bien lubricados tus dedos y respira suave y profundamente. Una vez que hayas trabajado en todos tus nudos estira tus hombros “abrazándote a ti mismo”.
Ten cuidado de no “tronarte” tus hombros.
5.- Espalda baja
Puedes usar ropa para trabajar en esta área. Enrolla una gran manta o una toalla. Esto funciona mejor con una estera de yoga enrollada. Colócala en el suelo y acuéstate boca arriba en la parte superior de la misma.
Posiciona la espalda baja sobre el rodillo, para que los hombros y las nalgas toquen el suelo. Con el rodillo, el cuerpo debe formar una «t» minúscula. Extiende hacia fuera los brazos desde los hombros y respira profundamente.
Si es necesario, utiliza los pies para rodar tu espalda baja sobre el rodillo. Dirígete a las pequeñas zonas de la espalda, usa un rodillo en vez de una manta.
Entra en la pose del niño para estirar la espalda a la inversa: siéntate en tus rodillas. Inclínate hacia adelante hasta que tu pecho descanse sólidamente sobre tus muslos.
Estira los brazos hacia delante o dóblalos y apoya la cabeza sobre tus manos. Coloca una pequeña toalla de manos enrollada detrás de las rodillas para que esta posición sea más cómoda.
6.- Masajea los pies
Presiona con tus pulgares con un movimiento circular en las plantas de los pies. Por el otro lado, comienza con el tobillo y frota tu pulgar hacia el exterior en la parte superior de sus pies y hacia abajo hasta el dedo pulgar. Mueve tus pies para estirar tus tobillos. Acuéstate sobre tu espalda en el suelo y coloca los pies encima de una pared (no hacia arriba). Estira los brazos sobre la cabeza.