Hepatitis – Sus causas, síntomas y modos de tratamiento

El hígado es parte de los órganos más importantes de todo nuestro organismo, debido a todas las funciones que realiza de manera constante. El hígado es el órgano encargado de asimilar toda la sangre que proviene del estómago y el intestino para transformar todas las toxinas, medicamentos, drogas y nutrientes en distintos compuestos, para que así el organismo los asimile o expulse de una forma más fácil y rápida.

Hepatitis en el hígado

El hígado también se encarga de la síntesis de la bilis que es una sustancia que se aloja en la vesícula biliar, esta se encarga de facilitar la digestión y asimilación de las grasas. Cuando el hígado se hincha (hepatitis) se comprometen todas sus funciones.

La hepatitis es la inflamación del hígado cuyas causas pueden variar, siendo las más comunes las que están listadas a continuación.

¿Qué causa la hepatitis?

Entre las causas de la hepatitis podrían encontrarse:

  • Infecciones por virus.
  • Infecciones por bacterias.
  • Infecciones por parásitos.
  • Traumatismos.
  • Fibrosis quísticas.
  • Enfermedad de Wilson.
  • Interrupción de la irrigación sanguínea normal del hígado.
  • Trastornos de autoinmunidad.
  • Presencia de drogas y toxinas en el organismo.

Existen otras causas de hepatitis las cuales la medicina no ha logrado identificar, lamentablemente el número de enfermos a los cuales la medicina no es capaz de identificarle la causa de hepatitis no es nada bajo.

Las distintas causas de hepatitis también se dividen en 3 categorías, las cuales son:

  • Agentes tóxicos o fármacos.
  • Agentes vivos.
  • Desconocida

¿Cómo tratar la hepatitis?

También, existen varios tipos de hepatitis y cada una se trata de manera distinta como:

La hepatitis A:

Es producida por el virus de la hepatitis A (o VHA). Este virus puede contraerse al ingerir agua y alimentos que han sido contaminados por agentes fecales que contienen el virus. También se contagia de persona a persona, especialmente cuando la higiene es escasa.

Los síntomas de la hepatitis A, son:

  • Ictericia (piel amarilla),
  • Falta de apetito.
  • Nauseas.
  • Vómitos.
  • Orina de color obscuro.

Usualmente estos síntomas son muy leves y a veces hasta puede llegar a no diagnosticarse, sobre todo cuando hablamos de niños, ya que en adultos lo síntomas son un poco más fuertes. Además la hepatitis A, no evoluciona ni lesiona el hígado de manera permanente, sin embargo a veces puede complicarse y pasar a ser hepatitis fulminante, cuya principal característica, como su nombre lo indica, es ser mortal.

La hepatitis A suele desapareces sola al pasar de las semanas, sin embargo hay ciertos cuidados ideales que tener como la rehidratación y el descanso. La mejor manera de prevenir la hepatitis A es con vacunas contra la hepatitis.

La hepatitis B:

La hepatitis B o sérica se contrae gracias al virus de la hepatitis B (oVHB). Está enfermedad se contagia por fluidos del cuerpo infectado, como sangre, saliva, semen, orina o lágrimas.

Los síntomas de la hepatitis B, son:

  • Dolor abdominal.
  • Fatiga.
  • Pérdida del apetito.
  • Nauseas.
  • Liquido abdominal.
  • Ictericia (piel amarilla)
  • Orina obscura.

La hepatitis B si evoluciona o tiende a volverse crónica, se considera hepatitis aguda cuando la enfermedad se cura antes de los 6 meses y crónica si luego de ese tiempo el virus permanece en el cuerpo.

Para tratar la hepatitis B usualmente se recetan antivirales y para prevenirla la vacuna contra la hepatitis B.

La hepatitis C:

gráfico hepatitis C en el cuerpo

La hepatitis C se contrae directamente por la sangre donde se aloja el virus, esto puede suceder por agujas infectadas, transfusiones de sangre por la hemodiálisis, por el parto donde la madre se lo contagia al bebe.

Los síntomas de la hepatitis C, son:

  • Dolor abdominal.
  • Fiebre.
  • Ictericia (piel amarilla)
  • Cansancio, letargo.
  • Pérdida de apetito.
  • Pérdida de peso.

Es muy fácil que la hepatitis C se convierta en crónica, ya que la misma puede permanecer sin síntomas hasta el momento en que provoque una cirrosis o un cáncer hepático.

El tratamiento dependiendo el caso puede ser antiviral o cirugía de trasplante de hígado.

La hepatitis D:

Es la más grave de todas las hepatitis, ya que se contagia de la misma manera que la hepatitis B, por lo tantos si un paciente posee hepatitis D también tiene hepatitis B.

Los síntomas son los mismos pero un poco más agudos.

Este tipo de hepatitis tiene tendencia a ser crónica, ya que posee las dos hepatitis al mismo tiempo, por lo tanto tiende a ocasionar con el paso de los años cirrosis y cáncer de hígado.

El tratamiento dependiendo el caso puede ser antiviral o cirugía de trasplante de hígado.

  • La hepatitis autoinmune:

Es una enfermedad que se desconoce su origen, se da más que todo en las mujeres. Las células autoinmunes en el hígado no reconocen las células hepáticas y las destruyen.

Sus síntomas son los mismos y el tratamiento según el paciente es de inmunosupresores y esteroides.

  • La hepatitis de origen toxico:

El exceso de drogas en el organismo produce la alteración de la enzima citocromo P-450, esto impide que las drogas se digieran y causa la hinchazón.

Los síntomas son los mismos y el tratamiento es según el caso suspender la ingesta de dicha toxina o trasplante de hígado.