¿Con qué frecuencia se piensa en la salud de los senos? Es decir, ¿realmente piensas en ellos? No si hay demasiada grasa en los senos, si son demasiado pequeños, demasiado grandes, demasiados flácidos o si hay que reafirmar los senos caídos, o si estás mostrando mucho escote, sino de cómo se mantienen de salud.
Le damos muchas vueltas a nuestro aspecto físico, pero no muy a menudo le damos el tiempo para considerar cómo nuestros tejidos están funcionando, nuestras glándulas, mejorar la circulación, todas las cosas que no podemos ver en el espejo.
Cuando se trata de proteger la salud de los senos, no hay garantías. Y mientras que exámenes son importantes para la detección precoz, no hacen su trabajo hasta que tú realmente encuentras un problema.
7 cosas que debes hacer a diario para unos senos saludables
Así que, en lugar de quedarte quieta, aboga por tomar medidas y hacer cosas ahora que te facultarán para recuperar y ayudar a mantener tu salud. Aquí están algunas medidas básicas que puedes tomar todos los días para apoyar la salud de tu busto.
1. Realiza un masaje regular en tu busto
No nos referimos a los autoexámenes mensuales, sino sólo masajes activos que comienzan en la axila, te vas por el lado del cuerpo para terminar masajeando el pezón. Esto ayuda con el flujo linfático y trae sangre fresca al tejido mamario. Investigaciones de la Universidad de California en Berkeley, también revelan que la acción mecánica de compresión puede ayudar a prevenir el crecimiento de células cancerosas en los senos.
2. Medita
Encuentra una práctica de meditación diaria que puedas sostener, y aferrarte a ella. Estudios muestran que meditar ayuda a suprimir los genes que promueven la inflamación, que puede ser un precursor de muchos problemas de salud, incluido el cáncer. Si quieres saber qué es exactamente meditar, no te asustes, no significa nada dogmático ni de alguna religión rara, para eso te invitamos a leer nuestro artículo: Qué es meditar, ahí encontrarás una definición clara y elocuente para que empieces a hacerlo tú misma.
3. Muévete diariamente
Haz ejercicio regularmente para evitar el estancamiento en el cuerpo, ya que esto puede impedir que nuestro sistema linfático haga su trabajo y que haya una eliminación adecuada de toxinas no deseadas de nuestros cuerpos.
Según el Instituto Nacional del Cáncer, el ejercicio físico puede reducir el riesgo de cáncer en cualquier parte del 20 a 80 por ciento. El ejercicio libera hormonas que pueden proteger contra el cáncer de mama, además de que nos ayuda a mantener un peso saludable – lo que ayuda aún más a reducir nuestro riesgo.
4. Suda
Suda las toxinas, ya sea a través del ejercicio o en el baño sauna. Estudios muestran que esto puede ayudar a nuestra desintoxicación del cuerpo y a que nuestro sistema inmunológico funcione de manera más óptima.
5. Bebe agua pura
El agua es un combustible para nuestras células, entrega importantes vitaminas, minerales, y los mensajeros químicos en todo el cuerpo, y nos ayuda evacuar mejor (una forma crucial para deshacerse de las toxinas).
Sin embargo, muchas fuentes de agua, como el agua del grifo, pueden contener cloro, flúor, y trazas de medicamentos que son perjudiciales para la buena salud. Instala filtros de agua en tu cocina y ducha para minimizar el riesgo, o encuentra una buena fuente de agua de manantial para beber.
6. Brilla naturalmente
También es importante que reduzcas tu exposición a sustancias químicas en tu hogar y lugar de trabajo, incluyendo los productos de limpieza, ropa y maquillaje.
Investigaciones sugieren que el uso de productos de cuidado personal para mujeres- y disruptores hormonales y carcinógenos conocidos dentro de ellos, como los parabenos y ftalatos – están relacionados con un mayor riesgo de cáncer de mama. Opta por las versiones de productos no tóxicos y libres de químicos que usas todos los días.
7. Elige orgánico
Los productos químicos utilizados en los alimentos convencionales pueden aumentar nuestra carga tóxica. Siempre que sea posible, elige alimentos más limpios, alimentos orgánicos, sobre todo cuando se trata de manzanas y espinacas.
Nuestras acciones cotidianas, incluyendo los alimentos que comemos, las relaciones que llevamos, cómo dormimos, el ejercicio, y nuestras prácticas de estilo de vida diarias, nos mueven hacia vivir una vida más saludable. Cada elección cuenta.
Investigación y redacción de Vida Lúcida
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