La obesidad es una enfermedad que hoy en día es catalogada como epidemia en todo el mundo, y millones de personas mueren cada año debido a los problemas de salud que ésta ocasiona. Antes se consideraba una enfermedad de países con alto ingreso, pero actualmente ya forma parte también de los países con bajos y medianos ingresos. México es el país número uno en obesidad tanto en adultos, como en niños y hasta bebés.
Etapas de la obesidad
En las etapas tempranas, la obesidad se considera un síntoma «normal» de exceso de alimentación o bien, manifestación de la poca o nula actividad física.
En etapas avanzadas, es considerada una enfermedad de la cual se derivan otras. Algunas enfermedades asociadas con la obesidad en adultos de entre 40 y 70 años que rebasan su peso en un 30% son: problemas de corazón, de hipertensión, dificultades respiratorias como la apnea del sueño, la diabetes, trombosis, problemas en la piel, problemas en el sistema locomotor, riesgo de cáncer, disfunciones sexuales, problemas psicológicos, y más. A continuación se presenta las principales causas, además de los principales tratamientos para el combate y prevención.
Según índices del IMC (índice de masa corporal), el cuerpo humano, en condiciones normales, contiene un porcentaje de entre 15% y 18% de tejido adiposo. Cuando se realiza el cálculo del IMC y se encuentra un 120% superior al porcentaje normal, el estado entonces es de evidente obesidad.
Causas de la obesidad
Entre las causas de la obesidad se encuentra un exceso de tejido adiposo que concluye con un estado físico inadecuado. Pero el desarrollo de la obesidad, a lo largo de los años en la vida de una persona, se relaciona con diversas causas. Sin embargo, en algunos casos es posible definir una única causa predominante que ha puesto en marcha el desbalance energético. Entre los orígenes más frecuentes encontramos:
Sedentarismo
Hacer poca o nula actividad física se considera sedentarismo. Los expertos en fisioterapia y nutrición sugieren que una persona de entre 13 y 45 años, realice ejercicio tres veces por semana. Pero no se trata únicamente de realizar actividad física, se debe incluir una dieta que pueda ayudar a contribuir con nutrientes esenciales al cuerpo humano, llámese estos vitaminas, minerales y fibra. Además, se sugiere que cada día de ejercicio se realice no menos de 30 minutos que incluyan rutinas cardiovasculares.
Genética
El papel de la herencia genética en la obesidad es cada vez más importante. La predisposición a éste estado de salud puede ser provocado si el papá o la mamá han padecido de este problema o generaciones anteriores. Se ha demostrado que los cromosomas guardan información que es trasladada a las próximas generaciones, es ahí en donde entra en función este tema. Con exámenes específicos de sangre que recomendaría el doctor sería suficiente para descartar o no esta posibilidad.
Factores nutricionales
La obesidad también puede surgir a causa de la sobrealimentación, misma que puede tener lugar en cualquier época de la vida. Además, si se inicia a edades tempranas la influencia puede llegar a ser mayor. Por otra parte, las dietas ricas en grasas y en carbohidratos pueden favorecer a la obesidad de una persona. Bajo este contexto, se recomienda realizar una dieta equilibrada que permita gozar de una salud óptima sin llegar a los rangos de sobrepeso que indica el IMC.
Factores neurales
El aumento de peso va más allá de problemas de sedentarismo o una mala alimentación, existen factores neurológicos que afectan el cuerpo humano. Investigación reciente señala que una de las principales causas de la obesidad se debe a la alteración del metabolismo inducido por la serotonina. Esta se conjuga con la leptina, una hormona que es secretada por los adipocitos. Cuando existe una alteración metabólica por razón desconocida, la leptina aumenta de manera considerable y esta a su vez genera un reacción en cadena que estimula la serotonina. Estas instrucciones llegan al hipotálamo y es aquí donde ocurre el proceso final que genera obesidad.
Cómo prevenir la obesidad en niños y adolescentes
Jóvenes y niños por lo general son obesos cuando no hacen suficiente ejercicio y tienen malos hábitos alimenticios. También juegan un importante rol, el estilo de vida y en algunos casos la genética para que un niño tenga sobrepeso.
Seguir los siguientes pasos puede ayudar a prevenir la obesidad en estas etapas de la vida.
- En lugar de centrarse en el peso, se debe trabajar a paso lento pero seguro para cambiar los hábitos alimenticios y los niveles de actividad.
- Los padres deben ser un ejemplo a seguir. Empiecen comiendo alimentos saludables y haciendo actividad física para que aumente en sus hijos la probabilidad de que harán lo mismo.
- Empújalos a hacer actividad física. Los niños deben tener una hora de actividad física moderada la mayoría de los días de la semana. Eso promueve la pérdida de peso y mantenerse después.
- Reduce el tiempo frente a la televisión y la computadora a menos de dos horas al día.
- Anima a los niños a comer sólo cuando tiene hambre, y comer lentamente.
- Evita utilizar la comida como recompensa o retención de alimentos como castigo.
- Mantén el refrigerador con leches vegetales como de avena o arroz en vez de lácteos, y fruta fresca y verduras en lugar de refrescos y bocadillos con alto contenido de azúcar y grasa.
- Sirve al menos cinco porciones de frutas y verduras al día.
- Anima a los niños a beber agua en lugar de bebidas con azúcar, como refrescos, bebidas deportivas y jugos de frutas.
Cómo prevenir la obesidad en adultos y alimentos adecuados
Si sigues estrategias para perder peso y te mantienes, ayudará en mucho a prevenir la obesidad. Cambiar tu manera de comer y hacer más ejercicio, es de vital importancia. Procura lo siguiente:
- Adquiere el hábito de consumir de cinco a seis porciones de verduras y frutas diariamente. Una porción de fruta es media taza de jugo de fruta, por ejemplo; también puede ser una una pieza de fruta fresca pequeña o mediana, o un cuarto de taza de fruta seca. Una porción de vegetales equivale a una taza de verduras crudas o media taza de cocidas, también equivale a media taza de jugo de vegetales.
- Ve por los alimentos enteros o integrales como el pan de trigo o de otro cereal integral, también escoge el arroz integral en vez del blanco.
- Evita las grasas saturadas, los alimentos industrializados y todo lo que contenga azúcar y harina blanca refinada.
- Avanzas mucho cuando escoges las opciones adecuadas en tamaño, así es que procura medir y pesar lo que comes.
- Consumir más calorías de las que puedes quemar para obtener energía, hará que aumentes de peso.
- Elimina los alimentos que tienen muchas calorías en una pequeña porción de comida.
- Suda. Haz media hora de actividad de intensidad moderada diariamente. Camina media hora, trabaja en el jardín, sube escaleras, etc.
Afortunadamente hoy día es posible prevenir la obesidad. Es importante entonces que se siga un estilo de vida saludable basado en una alimentación equilibrada y sana. Entre las ventajas de seguir una dieta equilibrada para la obesidad, encontramos que se puede seguir por tiempos prolongados sin que estos ocasionen ningún efecto negativo a nuestra salud. En concreto, si añadimos estos consejos a una rutina de ejercicios regular, es probable que el aumento de peso no sea un problema en la salud.
Investigación y redacción de Vida Lúcida
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