¿Alguna vez tu hijo o estudiante le preguntó: «¿Qué es la confianza?» ¿Fuiste capaz de explicarlo de una manera que pudieran entender? A menudo hablamos sobre la importancia de la confianza, pero a veces es difícil articular una definición clara y práctica.
Entonces, ¿qué es exactamente la confianza? ¿Y cómo podemos ayudar a los niños a comprender la confianza e integrarla en sus vidas?
Qué es la confianza
La confianza es la creencia de que eres capaz. Significa ver los errores como oportunidades de aprendizaje, decir «yo puedo» en lugar de «no puedo» y creer que puedes enfrentar los desafíos de la vida y tener éxito.
Al definir la confianza, también es útil hablar sobre lo que no es la confianza. La confianza no es:
- Ser arrogante o pensar que eres mejor que los demás.
- Hacerlo bien cada vez; siendo perfecto.
- Enterrar tus emociones; fingiendo que nunca estás nervioso o asustado.
- No es una constante: ¡todos tenemos momentos en los que no nos sentimos seguros y eso está bien!
Cómo ayudar a los niños a entender la confianza
Hay muchas estrategias que puedes usar para desarrollar la confianza de un niño. Pero, ¿cómo puedes ayudar a un niño a comprender conscientemente cómo se ve y se siente la confianza?
Explica la confianza en un lenguaje amigable para los niños
Comienza explicando la confianza usando un lenguaje amigable para los niños. Por ejemplo, di: «Confianza es cuando crees que puedes hacer algo, incluso si es difícil». O, «Tener confianza significa que eres lo suficientemente valiente como para probar cosas nuevas y seguir adelante después de cometer un error».
También es útil dar ejemplos, especialmente de la propia vida del niño. Piensa en un momento en que el niño tuvo la confianza suficiente para intentar una tarea desafiante, aprender de un error o enfrentar un miedo (por ejemplo, hablar frente a la clase o unirse a un nuevo equipo de fútbol).
Modela la confianza
La mejor manera de que un niño entienda y emule la confianza es pasar tiempo con adultos confiados. Si tu confianza necesita un impulso, concéntrate primero en desarrollar tu propia confianza. No es un proceso que sucederá de la noche a la mañana, pero comienza por evitar los comentarios autocríticos frente a tus hijos o estudiantes.
Practica el diálogo interno positivo, rodéate de personas positivas y deja de compararte con los demás. Trátate con amabilidad y cuida tu salud física y mental. Enfrenta tus miedos y prueba nuevos pasatiempos y reflexiona sobre tus logros, fortalezas y talentos.
Cuando puedas hacer este trabajo de fomento de la confianza por ti mismo, te resultará mucho más fácil ayudar a los niños a hacer lo mismo. Naturalmente, enseñarás confianza a través de modelos e interacciones directas con los niños en tu vida.
Identificar ejemplos de confianza en libros y películas.
Los ejemplos de libros y películas son otra forma de ayudar a los niños a aprender un concepto abstracto. Busca lista de películas con mentalidad de crecimiento para ver muchas películas que demuestran confianza. Estas películas tienen que ver con perseguir nuestros sueños, superar obstáculos y nunca rendirte.
Algunos libros para enseñar confianza incluyen:
- La pequeña locomotora que sí pudo de Watty Piper
- ¡Me gusta como soy!, por Karen Beaumont
- Un caso grave de rayas por David Shannon
- La cabeza bien alta Molly Lou Melon de Patty Lovell
- Las jirafas no pueden bailar de Giles Andreae
Cuando leas con los niños, pregúntales qué lecciones aprendieron sobre la confianza. Pídeles que escriban y/o ilustren citas o momentos favoritos, luego cuélgalos en tu casa o en el salón de clases si eres maestro. Consulta tus películas o libros favoritos sobre la confianza cuando necesites un recordatorio sobre la confianza.
Reconocer y celebrar la confianza
Cuando los niños demuestren confianza, asegúrate de reconocerlo y celebrarlo. Demostrar confianza puede incluir probar algo nuevo, mostrar esfuerzo y persistencia, y tener una actitud positiva acerca de cometer errores.
Estas celebraciones pueden ser tan simples como “¡Choca esos cinco! Eso requirió mucha confianza” o “Tenías la confianza suficiente para probar algo nuevo, ¡buen trabajo!”. Usa también variaciones de afirmaciones de confianza en ti mismo, como, “¡Mírate! ¡Puedes hacer cosas difíciles!”
Habla acerca de cómo se siente practicar la confianza
Finalmente, ayuda a los niños a reconocer el valor de la confianza discutiendo cómo se siente practicarla. ¿Cuáles son los resultados de abordar los desafíos y situaciones de la vida con confianza?
Cuando los niños muestren valentía, persistencia y la capacidad de superar los errores, pregúntales cómo se sintieron durante la experiencia. ¿Estaban orgullosos? ¿Contentos? ¿Entusiasmados? ¿Incluso más seguros que antes? Explica cómo cuanto más practicamos la confianza, más confiados nos volvemos.
Cómo ayudar a los adolescentes a desarrollar la confianza
Incluso los niños que entienden y practican la confianza pueden comenzar a tener dificultades en la adolescencia. Los años de la adolescencia están llenos de desafíos, cambios y comparaciones. He aquí hay una descripción general de algunos consejos:
- Déjale en claro a tu hijo adolescente que lo amas incondicionalmente. Tu amor no depende de sus calificaciones, talento o comportamiento.
- Tengan conversaciones abiertas sobre el fracaso y los errores. No protejas a tu adolescente del fracaso o del pánico cuando comete errores.
- Celebra el crecimiento, la perseverancia, el trabajo duro y el esfuerzo. Concéntrate no solo en los resultados positivos, sino también en el proceso de alcanzarlos.
- Ayuda a los adolescentes a adquirir habilidades nuevas y faltantes y descubre sus pasiones y talentos.
- Enseña a los adolescentes acerca de la asertividad y los límites. Recuérdales que no son malas personas por dejar atrás amistades o relaciones tóxicas o por negarse a tolerar el comportamiento hiriente de los demás.
- Crea un espacio seguro para que tu adolescente hable sobre situaciones difíciles. Escucha y ofrece compasión. Involucra a los adolescentes en el proceso de resolver sus problemas en lugar de simplemente decirles la respuesta.
- Adopta una mentalidad de crecimiento en tu hogar y modela la confianza que te gustaría que tuviera tu adolescente.