Cómo saber si estás en una relación abusiva

Los abusadores son expertos en concentrarse y aprovecharse de la vulnerabilidad. Una relación abusiva tiene ciertas características que nos permiten identificarla sin temor a equivocarnos.

Una relación abusiva

La violencia en las relaciones consiste en actos y creencias que rompen la conexión y la confianza. Así como la trampa encapsula la experiencia de las víctimas y sobrevivientes, el derecho caracteriza la experiencia de los abusadores.

Como sociedad, toleramos las excusas de los abusadores que perpetúan la trampa para las mujeres, excusas que incluyen la percepción de provocación de la víctima.

Diferentes formas de una relación abusiva

El abuso puede adoptar muchas formas, entre las que se incluyen:

  • Físico: golpear, patear, morder, tirar del cabello, empujar, agarrar, bloquear salidas, destruir propiedad y objetos preciosos como reliquias familiares.
  • Emocional: insultos, juegos mentales, amenazas.
  • Sexual: incluye asalto y violación, así como coerción, presión, amenazas y negociación sexual por cosas a cambio.
  • Financiero: poner a alguien en deuda, cerrar cuentas sin consentimiento, dar dinero a cambio de favores despreciables.
  • Negligencia emocional: retener el afecto y la atención.

El abuso es dañino en varios niveles: el cuerpo, la psique, el corazón, el espíritu, el núcleo moral de uno, la billetera, etc.

El abuso y la violencia no son aspectos naturales e inevitables de las relaciones íntimas. El abuso y el control están incrustados en el tejido de nuestra sociedad y en los patrones de relaciones sociales que parecen naturales.

Así procede el abuso en una relación de pareja

Comportamientos dentor de una relación abusiva

El abuso no es episódico; está modelado. Lo que existe entre lo que llamamos «episodios» es lo que mantiene a la víctima seducida por el patrón de violencia. Lo que existe en medio son a menudo las disculpas, los obsequios, las soluciones rápidas y las promesas, que son un medio de manipulación y extorsión para que la víctima no se aleje.

En una relación abusiva, una persona es tratada como menos valiosa que la otra y luego las necesidades, deseos e intereses de esa persona también se subordinan a la otra. Las relaciones abusivas implican poder y control; el abuso no se trata tanto de tácticas de ira o conflicto, sino de tácticas de control.

El abuso consiste en obligar a alguien a hacer algo en contra de su voluntad, así como en impedir que alguien haga lo que quiere hacer. La violencia ejerce un control social, lo que significa que incluso quienes nunca han sido víctimas de violencia saben que deben temerla.

Una de las principales tácticas de abuso es el aislamiento, lo que hace que sea muy difícil o imposible que alguien vea y hable con sus amigos, persiga metas como la escuela o viaje y llegue a donde necesita ir, si tu pareja destruye, dificulta o esconde medios que te permitirían alejarte de su persona, es una señal clara de que está ejerciendo el abuso y control sobre tu persona.

Otros ejemplos de aislamiento incluyen no transmitir mensajes, interceptar el correo y el correo de voz, etc. Es importante comprender que estar celoso de alguien o algo es una emoción normal, pero actuar en consecuencia siendo posesivo no lo es, y menos cuando forma parte de la constante en una relación abusiva.

Un abusador con frecuencia lleva a cabo la violencia en la escuela o el lugar de trabajo de su pareja y eso revela mucho sobre cómo ve y percibe a las mujeres. Este acoso a menudo hace que las mujeres pierdan sus trabajos o provoque una gran interrupción en la búsqueda de una educación.

Cuando los hombres abusivos y violentos afectan a sus parejas en el trabajo, violentan la independencia de sus parejas y restringen su movimiento en organizaciones en las que ella podría tener acceso al poder y los recursos. El abuso crea una red de miedo en la víctima y la sensación de caminar sobre cáscaras de huevo, y genera una baja autoestima y ambivalencia.

Ante cualquiera de estos tipos de manifestaciones y señales de una relación abusiva, lo recomendable es confiar en una persona ajena a la pareja, la cual podría intervenir de manera neutral, ya sea reportando los hechos o derivar a quien pueda brindar una asistencia segura, sobre todo para mujeres que están aterradas por su pareja.