El deseo de muchas personas al formar una relación de pareja es prosperar y crecer, sin embargo, algunos tipos de relación se vuelven tóxicas, asfixiantes y dependientes.
Las relaciones enfermizas son un tipo de interacción que, muchas veces, no es tratada como se debe, haciendo que alguno de los dos la pase verdaderamente muy mal.
Algunas personas son víctimas del abuso dentro de las relaciones, otras veces son ellas las que promueven una relación enfermiza, por no saber cómo llevarse con su pareja. Sea como sea el entorno, estas conexiones también pueden ser un caldo de cultivo para problemas.
Si bien las amistades y las relaciones familiares presentan sus propios problemas, hacer que una relación romántica funcione más allá de la fase de «luna de miel» puede ser extremadamente difícil.
En algunas relaciones enfermizas, el tratar de rescatarla puede ser incluso el peor camino, ya que al no aumentar los conflictos, la persona puede verse seriamente afectada, psicológica, física y económicamente.
Señales de una relación enfermiza
Detectar las señales de alerta a tiempo de una relación enfermiza, puede ahorrarte tiempo y problemas, y ahorrarte incluso la cordura. Sigue leyendo para conocer las 5 señales de que tu relación es demasiado enfermiza.
1. Cuando quieres hablar de los problemas te sientes sola/o
Entramos en relaciones románticas con diferentes ideas sobre temas que van desde a qué restaurantes ir y con qué frecuencia visitarnos, hasta cómo dividiremos la cuenta y si nos quedamos o salimos los fines de semana. Cuando las diferencias se relacionan con pequeños problemas, es probable que los resuelvan sin más problemas.
Pero esta no siempre es una opción cuando se trata de los grandes temas, como tus opiniones políticas, tus opiniones sobre la igualdad de género en las relaciones, tus opiniones sobre la monogamia y tus preferencias con respecto al matrimonio, las mascotas., niños y dónde vivir, por mencionar solo algunos.
Si en esta relación cambias tus preferencias, sitúas tu atención muy fuera de ti, llevas tus gustos, deseos e inquietudes apuntadas hacia los gustos y placeres de tu pareja, la relación no será sana, estarás sujeta y cambiarás tu vida por la de la otra persona, siendo presa de una relación enfermiza que, al querer cambiarla, podría ser como detonar una bomba.
2. Tu pareja es inmadura, se irrita con facilidad y tiende a ser violenta
Algunas personas tienen problemas para dominar las habilidades básicas para la vida: cuidarse a sí mismas, administrar sus finanzas y su espacio personal, conservar un trabajo y hacer planes para su vida y su futuro.
Las pequeñas crisis que rodean la forma en que viven su vida diaria pueden consumir mucho tiempo y energía. Si es así, es posible que le quede poco tiempo y energía para llevar una relación sana.
Es posible que estas personas todavía estén trabajando para crecer, y en medio de los problemas comunes que se presentan al convivir con otra persona, se vuelve muy tóxicas y agresivas, volviendo una convivencia sana en una relación muy enfermiza.
3. Tu pareja decide a quien ves, como te vistes y dónde vas
La persona dominante en la pareja puede intentar controlar de a poco a su víctima, hasta que pueda controlar casi todo lo que ella haga, abriendo una brecha entre tu y otras personas importantes en tu vida.
Pueden estar celosos de tus relaciones continuas con estas personas o simplemente sentir la necesidad de controlar a dónde vas y con quién trabajas, hablas o tus amistades, limitando tu mundo para permitir solo lo que es relevante para el que domina.
A veces, pueden hacer que se los elija sobre otras personas importantes como una expresión de «amor».
4. Exagera e incomoda con sus expresiones
Cuando alguien expresa sentimientos muy extremos y un comportamiento exagerado, se siente abrumador. Las cosas se ponen demasiado intensas si sientes que alguien está acelerando el ritmo de la relación (se vuelve demasiado fuerte) y parece obsesivo por querer verte y estar en contacto constante.
Por otro lado, cada vez que le sea posible, mostrará ese «amor desmedido» hacia ti, pero de formas exageradas, frente al público, y vanagloriándose hacia sí mismo mientras simula estar compartiendo lo que siente.
5. Manipula y domina
Una relación saludable —que no es enfermiza— debe servirnos para crecer y poder crear lazos que nos motiven a mejorar nuestra vida, para que así la vida en pareja sea una celebración, a pesar de los peños problemas que todos debemos afrontar. Sin embargo, en una relación enfermiza, la otra persona intentará controlar tus decisiones, acciones o emociones.
La manipulación es a menudo difícil de detectar, porque puede expresarse de manera sutil o pasivo-agresiva. Sabes que estás siendo manipulado si alguien intenta convencerte de que hagas cosas con las que no te sientes cómodo, te ignora hasta que se sale con la suya o intenta influir en tus sentimientos.
Una relación enfermiza se caracteriza, principalmente, porque ambos están siendo afectados, uno se nutre del otro y generan una atmósfera que no permite la paz, ni el crecimiento personal.
Si sabes y sientes que tu relación no va por buen camino, debes expresarlo, si no puedes hacerlo con tu pareja, quizás sea hora de pensar en salir de un tipo de relación tóxica que no traerá nada bueno en el futuro, ni en el momento presente.