Consejos para prevenir las rabietas infantiles

A cuantos padres les ha pasado, que han tenido que enfrentar las rabietas que sufren sus hijos, no solo en casa, incluso en la calle ante la vista atenta de las personas, ligeras para criticar.

Cómo prevenir las rabietas infantiles

Se convierten en situaciones complicadas, el hecho no poder controlar a tu hijo en un episodio de rabia. Lo único que pensamos los padres ante esta circunstancia es como solucionar el asunto.

Sin embargo, aún cuando nos encontremos ante el escrutinio de la gente, la estrategia es una vez concluida la rabieta hablar con el pequeño sobre la situación que le causó molestia, tratar de comprenderlo y ayudarle a enfrentar la situación de la manera más adecuada para su edad, siempre haciendo hincapié, que la rabieta no es el camino para darse a entender.

Es importante que reconozcas que la rabieta infantil es un acto de estrés, al no sentirse comprendido o no poder expresar el descontento ante una situación. Una estrategia es no agobiarte por los comentarios de la gente, tu único objetivo es lograr comprender que causó o desencadenó la rabieta, para que de esta manera logres evitar o prevenir rabietas futuras .

Siempre saber actuar

La rabieta infantil, también la puede desencadenar una orden que diste o que indicaste y que el infante no quiere ejecutar, recuerda que el adulto eres tú, conoces a tu pequeño y es por ello que debes dar órdenes o hacer peticiones siempre en un marco de amabilidad, comprensión y quizá un poco de complacencia; al fin de cuentas a nadie le gusta que le den ordenes por las malas.

No acorrales al infante con imposiciones absurdas, no utilices palabras como “no lo hagas” “te prohíbo”, porque quizás tendrás que sufrir la frustración de que no hicieron las cosas como las ordenaste. Analiza y adecua tu lenguaje al momento de realizar peticiones. El lenguaje hostil, puede desencadenar momentos bochornosos que quizá luego no puedas controlar.

Evita hacer promesas que sabes que no vas a poder cumplir, ya que, tu hijo o hija además de que va a pensar que eres un mentiroso, puedes estar provocando un momento incomodo, ya que, para un niño o niña lo prometido es deuda, y para él o ella habrás perdido toda credibilidad. Además, no atenderá a razones del porqué no cumples lo que prometes. No hay justificación que sirva para algo con lo que finalmente no has cumplido tu palabra.

Piensa y anticípate para lograr su bienestar

Si sabes que tú hijo o hija se aburre mientras vas de compras, vas al banco o a realizar cualquier obligación, piensa en actividades que quizá le puedas ofrecer mientras vas a estos lugares. Es importante que también le hagas pasar momentos agradables: lleva su libro o juguete favorito, lleva alimentos, agua, etc. Tú conoces a tú hijo y sabes de qué actividades puede disfrutar más.

No olvides felicitarlo y reforzarlo por su buen comportamiento. Llénalo de elogios hazle sentir que gana mucho más cuando sabe comportarse, que las cosas no se consiguen con rabietas, que al hablar y hacer las cosas bien ganan todos.

Cuando presientas que tu hijo está a punto de iniciar una rabieta habla con él o ella sobre algún tema de su preferencia, veras que conseguirás su atención, y al mismo tiempo lo mantendrás entretenido e interesado en la conversación.

Pregúntale sobre sus amigos, amigas, sus nombres, cómo le fue en el colegio, en el entrenamiento, sobre su dibujo animado favorito, en fin, tú sabrás cual tema puede ser el más atractivo.

Otra manera de evitar rabietas, es no prestar atención, recuerda que el principal objetivo de la rabieta es robar tu atención, no lo mires y quizá el infante logre entender que con rabia, furia y mal comportamiento no va lograr nada contigo. No refuerces las conductas indeseables.

Hay que entender y tener en cuenta que la principal estrategia para evitar las rabietas infantiles, es conocer a tu hijo y de esta manera evitar situaciones que provoquen estrés en el infante, ten siempre presente que el adulto eres tú y eres quien razona y tiene el control, no permitas que tú hijo o hija tome el control sobre ti, porque si pierdes el control dejas de ser su guía y autoridad.