La dominancia de estrógenos en la mujer como causa de melasma en la cara

El melasma es una afección dermatológica caracterizada por la aparición de manchas oscuras en la piel, principalmente en el rostro. Afecta con mayor frecuencia a las mujeres que a los hombres y se ha vinculado con diversos factores, incluidos los hormonales. Entre estos, la dominancia de estrógenos en la mujer se destaca como un factor relevante.

Este artículo explora, de manera extensa y clara, cómo la dominancia de estrógenos puede ser una causa de melasma en la cara, basándose en fuentes auténticas y haciendo el tema accesible para el lector promedio.

¿Qué es el melasma?

El melasma es una condición cutánea que produce manchas marrones o de color gris oscuro en la cara. Estas manchas suelen aparecer en la frente, las mejillas, el labio superior y la barbilla.

Aunque no es dañino, puede afectar significativamente la autoestima de quienes lo padecen. El melasma es más común en mujeres que en hombres, y a menudo se asocia con cambios hormonales.

Entendiendo la dominancia de estrógenos

La dominancia de estrógenos ocurre cuando hay un desequilibrio entre el estrógeno y la progesterona, dos hormonas sexuales principales en las mujeres. Este desequilibrio puede ser absoluto, con niveles altos de estrógeno, o relativo, por niveles bajos de progesterona.

También se debe a una deficiencia del hígado para metabolizar esta hormona que, al no poder hacerlo, tampoco se elimina adecuadamente al evacuar (por afectación también a nivel intestinal) y queda transitando por el torrente sanguíneo causando una serie de síntomatologías como ciclos menstruales irregulares, hinchazón, cambios de humor, y, como se investiga en este contexto, el melasma.

Si quieres profundizar más este tema, te invitamos a leer las causas subyacentes de la dominancia de estrógenos.

La conexión entre estrógenos y melasma

Los estrógenos, especialmente «la dominancia» de ellos, influyen en el funcionamiento del hígado para metabolizarlo, causando directamente pigmentación cutánea, elevando el riesgo de desarrollar melasma en mujeres, sobre todo, en la mediana edad.

Influencia hormonal en la pigmentación de la piel

Los estrógenos tienen un papel significativo en la regulación de la pigmentación de la piel. Estimulan los melanocitos, las células responsables de producir melanina, el pigmento que da color a nuestra piel.

En situaciones de dominancia de estrógenos, esta estimulación puede llevar a una producción excesiva de melanina, resultando en la aparición de manchas oscuras características del melasma.

Factores de riesgo asociados

Varios estudios indican que las mujeres en etapas de cambios hormonales significativos, como el embarazo, el uso de anticonceptivos orales y/o terapia de reemplazo hormonal, transiciones como la perimenopausia y la menopausia, son más susceptibles al melasma.

Estas etapas implican fluctuaciones o incrementos en los niveles de estrógenos, lo que refuerza la conexión entre la dominancia de esta hormona y la afección cutánea.

Síntomas de la dominancia de estrógenos

No solo el melasma es parte de la dominancia de estrógenos, hay otros síntomas que se debe prestar atención, como:

  • Ansiedad, cambios de humor y/o depresión, incluida la depresión posparto.
  • Disminución del deseo sexual.
  • Ojos y/o piel secos.
  • Aumento de grasa, especialmente alrededor del abdomen, las caderas y los muslos.
  • Fatiga o poca energía.
  • Problemas de fertilidad, incluyendo endometriosis, síndrome de ovario poliquístico y/o fibromas uterinos.
  • Dolores de cabeza.
  • Insomnio u otros problemas para dormir.
  • Períodos dolorosos, irregulares y/o abundantes, a menudo con síndrome premenstrual pronunciado y que comienzan a una edad temprana.
  • Tono muscular pobre.
  • Cara hinchada e hinchazón.
  • Dolor de garganta, específicamente antes de la ovulación.

Otros síntomas adicionales también pueden incluir:

  • Aceleración del proceso de envejecimiento, incluidas arrugas y estrías.
  • Agotamiento suprarrenal.
  • Síntomas de alergia (asma, urticaria, erupciones cutáneas, congestión sinusal).
  • Trastornos autoinmunes (fibromialgia, lupus eritematoso, tiroiditis de Hashimoto, enfermedad de Sjögren).
  • Niebla mental y pérdida de memoria.
  • Sensibilidad en los senos o senos fibroquísticos.
  • Cáncer de mama o de útero (o de próstata en los hombres).
  • Displasia cervical.
  • Enfermedad de la vesícula.
  • Pérdida de cabello.
  • Hipoglucemia.
  • Aumento de la coagulación sanguínea y riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares.
  • Deficiencias de nutrientes, incluidos magnesio y zinc.
  • Pérdida ósea premenopáusica y osteoporosis.
  • Disfunción tiroidea.

Cómo arreglar el dominio del estrógeno:

Un aspecto fundamental es mantener una dieta equilibrada rica en proteínas orgánicas, grasas saludables, muchas verduras y frutas, especialmente las crucíferas. Además de evitar a toda costa los alimentos procesados incluyendo la eliminación del gluten, los lácteos y el azúcar.

Este paso es increíblemente beneficioso para el equilibrio hormonal. Incorporar actividad física regular, incluso ejercicios moderados como caminar o bailar, también resulta beneficioso.

Algunas mujeres exploran remedios naturales como suplementos a base de hierbas, como el DIM (Diindolilmetano) y el D-glucorato de calcio para el dominio del estrógeno, que resultan ser uno de los remedios más funcionales para este caso, solo que, se debe entender que sin verdaderos cambios de hábitos, estos suplementos no rinden el efecto deseado.

Para eso, es crucial consultar a un profesional de la salud integral para que, junto con una dieta adecuada, los consejos específicos para manejo de estrés y cambios de hábitos en general, se pueda revertir este y otros problemas causados por la dominancia de estrógeno usando estos suplementos y otros.

Por qué los médicos no suelen mencionar esta relación estrógenos-melasma

La omisión de la relación entre la dominancia de estrógenos y el melasma en consultas médicas puede deberse a varios factores más estructurales y pragmáticos en la práctica médica. Primero, hay una tendencia en la medicina convencional a enfocarse en tratamientos sintomáticos en lugar de investigar exhaustivamente las causas subyacentes, especialmente para condiciones no amenazantes para la vida como el melasma.

Esto puede llevar a una preferencia por prescribir tratamientos tópicos o procedimientos estéticos que aborden directamente las manchas sin profundizar en el desequilibrio hormonal como factor causante, causando una recurrente situación de melasma que para muchas mujeres se vuelve estresante.

Segundo, el tiempo limitado en las consultas puede restringir la capacidad de los médicos para realizar una evaluación holística de las condiciones de salud que requieren un enfoque más detallado y personalizado. La dominancia de estrógenos, al ser una condición que implica el equilibrio hormonal general, requeriría una conversación más amplia sobre el estilo de vida, la dieta, y posiblemente, exámenes específicos, lo que puede ser difícil de abordar en una consulta estándar que comúnmente se lleva a cabo con un dermatólogo.

Tercero, puede haber una falta de conocimiento actualizado o de consenso en la comunidad médica sobre la importancia de los desequilibrios hormonales como causa de problemas dermatológicos. Aunque hay evidencia científica que sugiere un vínculo entre los estrógenos y el melasma, el campo de la dermatología hormonal es complejo y aún está evolucionando, lo que podría llevar a algunos médicos a priorizar enfoques de tratamiento más tradicionales y ampliamente aceptados.

Finalmente, el enfoque en tratamientos farmacológicos en lugar de preventivos o naturales puede estar influenciado por la formación médica que enfatiza soluciones basadas en evidencia, lo que a menudo se traduce en medicamentos y procedimientos más que en cambios de estilo de vida o ajustes hormonales naturales.

La industria farmacéutica también juega un papel en la promoción de ciertos tratamientos, lo que puede afectar las opciones de tratamiento discutidas entre médicos y pacientes.

Conclusión

La dominancia de estrógenos en la mujer desempeña un papel crucial en el desarrollo del melasma, una afección dermatológica que afecta principalmente el rostro. Comprender la conexión entre los desequilibrios hormonales y la pigmentación de la piel es fundamental para prevenir y tratar esta condición.

Aunque el melasma puede ser desafiante de manejar, existen varias estrategias de tratamiento y prevención que pueden mejorar significativamente la calidad de vida de quienes lo padecen. La consulta con profesionales de la salud y la dermatología es esencial para abordar esta condición de manera efectiva.