En nuestro cuerpo existen varias hormonas que entre sus funciones tienen la tarea de controlar nuestro peso, de una manera u otra tienen participación en el aumento o disminución de peso, para hacer que algunas de ellas funcionen de la manera correcta, debes cuidar lo que comes y tu actividad física, sigue leyendo y conoce las hormonas que controlan tu peso.
Nuestro cuerpo es como una máquina perfecta, donde cada órgano tiene una función específica, si todo funciona de la manera correcta, somos personas saludables, enérgicas y vitales, cuando se habla de mantenerse en el peso ideal, firmes y ágiles, las hormonas juegan un papel importante, sigue leyendo y entérate de qué hormonas intervienen en este proceso.
Es importante señalar que el desequilibrio hormonal, puede ser consecuencia de varias condiciones de salud como así también la edad y algunos padecimientos, por ello, no es tan simple comprender cómo lograr un equilibrio hormonal satisfactorio, a menos que llevemos un recuento y cuidado más profundo de nuestra salud.
Hormonas principales en el control del peso
Muchas personas piensan que la pérdida de peso es sólo cuestión de dejar de comer y hacer más ejercicio para bajar los kilos de más. Pero no todo está bajo nuestro control y determinación, como en el caso de las hormonas que juegan un rol muy importante en la regulación de nuestro peso. Conoce a continuación cuales son las principales hormonas que pueden estar impidiendo que bajes de peso.
Las personas que tienen su nivel de cortisol, tiroides, insulina, estrógenos y testosterona en perfecto equilibrio, rara vez son las personas que necesitan perder peso. Esto tiene una explicación, y a continuación conocerás cuál es su rol.
Resistencia a la insulina:
La insulina es una hormona anabólica constructora de músculos, segregada por el páncreas, se encarga de controlar los niveles de azúcar, sobre todo los generados por los carbohidratos, por eso es aconsejable comer pocos carbohidratos ya que el exceso de ellos se convierte en grasas en el cuerpo.
Cuando las células se vuelven insensibles a la insulina, éstas depositan la grasa en un lugar muy específico: nuestro vientre, la cual posteriormente utilizarán como combustible. Conoce cómo tratar la resistencia a la insulina, en nuestra nota.
Glucagón
Es la hormona opuesta a la insulina, esta aumenta los niveles de azúcar en la sangre, la insulina almacena el exceso de carbohidratos convirtiéndolos en grasa, mientras que el glucagón rompe los depósitos de grasa y hace que se queme de manera más rápida. Cuando existe un déficit en la producción de glucagón, el cuerpo quema grasas pero de una manera más lenta. Esta hormnona puede retomar una función regular manteniendo una correcta ingesta de carbohidratos, y va de la mano con el tratamiento para la resistencia a la insulina.
Leptina
Es la hormona que avisa al cerebro cuando ya estamos satisfechos y debemos parar de comer, es generada por las células de grasa de nuestro cuerpo, mientras más grasa tenemos más leptina se genera, pero esto no es bueno si hay exceso de grasa, cuando eso sucede existe un exceso de la hormona leptina y el cerebro se hace «sordo» ante las señales de la misma, lo que nos hace comer más de lo necesario. Una de las maneras de regular los niveles de leptina es mediante la dieta hipocalórica, y durante algún día de la semana, hacer lo que se conoce como «el día de trampa», aumentando la ingesta de calorías, pero debe hacerse con cuidado, de lo contrario, podremos ocasionar un aumento muy elevado de esta hormona, con las consecuencias negativas ya mencionadas.
Cortisol
El cortisol es una glándula que repercute negativamente en los músculos en situaciones de estrés o por exceso de entrenamiento, para controlar esta hormona es necesario dormir al menos 8 horas diarias. Los altos niveles de cortisol son la principal causa del aumento de grasa en la zona abdominal. Además de causar estragos en la salud, los niveles de cortisol muy elevados también ocasionan otros desequilibrios hormonales, ya que en el caso de las mujeres el cortisol repercute en la tiroides y los estrógenos.
En este caso, una de las maneras más comunes de tratar el cortisol elevado, es disminuir los niveles de estrés a los que estamos expuestos, así como también regular nuestras horas de sueño y conseguir el aumento de la serotonina, un neurotrasmisor que estimula el bienestar y el buen humor.
Tiroides
Un metabolismo lento es otro de los enemigos de la pérdida de peso. Tanto el estrés como los altos niveles de cortisol pueden ralentizar la tiroides, también pueden causar esta disminución de la hormona tiroidea la deficiencia de vitamina D y la intolerancia al gluten. Los síntomas de un bajo funcionamiento de la tiroides incluyen el aumento de peso, fatiga, confusión mental y depresión.
Bajos niveles de estrógenos
El bajo nivel de estrógeno estimula el apetito. Los investigadores de Yale encontraron que el estradiol utiliza las misma vías bioquímicas en el cuerpo como la leptina, una hormona liberada por la grasa que, cuando es activada, activa la sensación de hambre, haciendo que comamos más de lo habitual. Para nivelar el estrógeno, te invitamos a leer nuestro artículo que menciona como actuar en caso de la dominancia de los estrógenos y como nivelarlo.