Hay personas que dedican su vida a emitir críticas malintencionadas a los demás. No tienen una vida propia que manejar, su única tarea es vivir a través de alguien más y juzgar cada una de sus decisiones, emitir juicios de valor y tratar de afectarlos de alguno u otra forma.
Estas críticas, aunque la persona se dé cuenta que son con un doble sentido, tarde o temprano terminan afectando la autoestima, pues comienzas a reconsiderar si todo el mundo te ve de la misma forma.
Las críticas suelen venir de personas con vida vacía
A estas personas puedes tratar de ignorarlas, pero siempre, de una u otra forma va a traspasar la barrera y hacerte enojar. Puedes tratar de hacerlas entender que lo que hacen está mal, pero generalmente la mejor opción es alejarse, dejar que se consuman en su red autodestructiva, por la salud emocional de uno mismo.
Un problema de envidia
La única valoración que importa es la tuya, y mientras estés cómodo con tu vida, no hay porque hacer caso o pedirle opinión a alguien más. Muchas veces la envidia hace que dichas personas en vez de alentar o felicitar, simplemente se dediquen a destruir todo lo que otros hacen.
Solo importa lo que tú ves
Los juicios y críticas de los demás pueden hacerte reconsiderar si lo que estás proyectando a los demás es lo que ellos te dicen, pero eso no importa, pues la manera en como ellos te ven es su realidad, no la tuya. Lo único que interesa es cómo te ves a ti mismo y en todo caso, estas críticas te pueden ayudar a afianzar lo que eres como persona.
“No esperes que los demás comprendan tu viaje, especialmente si nunca han tenido que recorrer tu camino”
Nadie que no haya estado en tus zapatos puede saber lo que has vivido y la razón de las decisiones que tomas. Una cosa es como te ven desde afuera, y otra lo que de verdad te ha tocado vivir y hacerte ser quien eres.
Es por esto que cuando alguien comienza a criticar tu vida, lo primero que tienes que pensar es que nadie es perfecto, y por lo tanto, nadie puede decirte cómo debes o no debes llevar tu propia vida.
Rodéate de lo bueno
Somos nosotros quien le damos validez a las palabras, entonces si aplicas los tres filtros de la psicología a esas palabras, lograrás dejar pasar todo lo que nos hace daño y conservar únicamente lo bueno. “Si no es verdad, ni bueno ni necesario, sepultémoslo en el olvido”, esta es la regla que hay que aplicar o todos los comentarios que sean dudosos. No vivas para darle satisfacción a los demás, vive solo para ti y así lograrás ser feliz.
Aléjate de todas aquellas personas cuyo único propósito es hablar mal de todas tus acciones, y rodéate de aquellas que de verdad aportan buenos valores a tu vida. Deshazte de todas aquellas palabras y personas que sólo busquen destruirte como persona y ábreles paso a todos los que de verdad te apoyan y ayudan.
Hay que fijarse siempre que las personas que se acercan a nosotros sean completamente sinceras, que te apoyen sin buscar hundirte en el proceso. Las personas infelices son las que se preocupan por lo que piensan los demás, por eso vive tu vida lejos de la mala intención y busca siempre solo tu propia aprobación.