Nada sucede por casualidad, todo tiene un motivo

En nuestro viaje por la vida pensamos que las cosas suceden sin razón y nos podemos sentir perdidos, sin embargo, todo tiene un motivo y que no lo sepas ver ahora, no significa que no exista.

hombre interactuando con todo a su alrededor y modificándolo

A veces alguna persona pueden entrar en tu vida y tu sabes enseguida que estaban destinados a estar allí, para servir a algún tipo de propósito, para enseñarte una lección o para ayudarte a averiguar quién eres o quién quieres ser.

Nunca se sabe quiénes son estas personas (posiblemente puede ser tu compañero de habitación, un vecino o maestro, tu hermano o hermana fraternal, algún amigo perdido, amante, o incluso un completo extraño), pero cuando entablas una relación con ellos, identificas o sabes que en ese momento afectarán tu vida de alguna manera profunda. También puede suceder con otros motivos como la música, un libro, el cine o algo con lo que interactuemos.

A veces pueden suceder cosas que pueden parecer horribles, dolorosas e injustas al principio, pero en la reflexión podrás encontrar que sin superar esos obstáculos nunca habrías aumentado tu potencial, fuerza de voluntad o haber aumentado tu sensibilidad al abrir tu corazón.

¿Por qué las cosas tienen un motivo?

Todo sucede por una razón, nada sucede por casualidad o por medio de la buena suerte. Enfermedades, lesiones, amor, momentos perdidos de verdadera grandeza y pura estupidez ocurren para probar los límites de tu propia vida.

Sin los pequeños ensayos, cualesquiera que sean, la vida sería como un camino pavimentado y recto sin obstáculos. Sería seguro y cómodo, pero aburrido y totalmente inútil, lo que no se podría considerar como vida, sino como una cinta de película.

Las personas que conoces y que afectan tu vida, o el éxito y las caídas que experimentas, ayudan a crear lo que eres y forma parte del impulso de aquello en lo que te conviertes. Incluso las malas experiencias pueden ser aprendizajes que nos imponemos (por creencias o miedos), pero de hecho, son probablemente las más conmovedoras e importantes lecciones que vamos a vivir.

Por más que haya motivos, tu puedes poner puntos finales

persona triste

Si alguien te lastima, te traiciona o rompe tu corazón, puedes ver además de la situación viva, una enseñanza que tomarás de ello. Claro que no se trata de agradecerles y brindarles un espacio en tu vida por ser tus maestros, y aquí debes tener mucho cuidado.

Aquello que haya perjudicado tu vida, merece que lo expulses fuera de tu camino y que sepa cuanto te ha afectado, nunca debes agradecerle por lo que ha hecho, al contrario, lo que debes hacer es no guardarte nada porque finalmente aquello que callas te termina enfermando por dentro. Sin embargo, de cualquier mala experiencia podemos tomar un aprendizaje, y con ello es con lo que debes quedarte, con la lección.

Perdona pero pon límites

Es tan importante saber perdonar con el corazón como también saber poner límites a la estupidez de los demás. En el amor no solo hay aprendizajes, se deben vivir experiencias que nos eleven y nos hagan ser mejores que antes, no que nos hagan sentir que estamos viviendo una lección de superación personal.

Atrae las oportunidades

mujer se abre a un mundo lleno de oportunidades

Debes saber apreciar cada momento y tomar de esos momentos todo lo que puedas, ya que posiblemente no vuelvas a experimentarlo otra vez. Habla con personas con las que nunca has hablado antes y escúchalos. Debes estar preparado para tomar las experiencias que llegan y poder vivirlas también como un espectador de tu vida, alivianando la carga.

Mantén la cabeza levantada porque tienes todo el derecho. Comienza a creer en ti mismo, porque si no crees en ti mismo, será difícil para otros creer en ti, de esa manera atraerás mejores oportunidades que te harán explorar más a fondo tu vida.

Puedes hacer de tu vida lo que quieras. Lo que es más importante, si amas a alguien, díselo, porque nunca sabrás lo que puede tener el mañana. Y, por último, disfruta con ganas de aprender una nueva lección cada día y disfrutar del viaje, ya sabiendo que no hay casualidades, sino que todo tiene un motivo que debes saber apreciar.