La infección del oído medio o la otitis media, es una de las infecciones más comunes de la infancia, afectando hasta el 90 por ciento de los niños al menos una vez antes de la edad de 10 años. En la mayoría de los casos, las infecciones del oído desaparecen fácilmente por su cuenta y presentan pocas consecuencias a largo plazo.
Sin embargo, en algunos niños, las infecciones se vuelven crónicas, lo que puede describir una infección de oído que no se cura o infecciones de oído recurrentes en un corto período de tiempo. Esto puede causar pérdida temporal de la audición, lo que también supone un riesgo potencial para el desarrollo del habla.
Es esta última preocupación, lo que a menudo a los médicos les mueve recomendar tubos de ventilación para el niño, pero investigaciones en cuanto a su efectividad, sugiere que los beneficios a largo plazo de esta cirugía pueden ser insignificantes o incluso inexistentes.
Qué es la infección del oído
Si el niño tiene dolor, enrojecimiento o pus en el oído, junto con fiebre, estos son signos de infección aguda del oído, que puede ser causada por bacterias o virus. En algunos casos, los antibióticos pueden ser útiles para el tratamiento de estas infecciones, pero no siempre.
Un segundo tipo de infección del oído se llama otitis media con efusión (OME), y es este tipo, en el que a menudo se recomiendan tubos de ventilación. A diferencia de las infecciones agudas del oído, la otitis media con derrame usualmente no causa dolor; su principal síntoma es la acumulación de líquido en el oído medio.
La OME es causada a menudo por infecciones respiratorias superiores virales, como los resfriados. Así como tu hijo agarra una secreción nasal, el oído medio puede llenarse de líquido, pero no se puede drenar fácilmente como lo hace desde la nariz. El líquido puede infectarse y puede permanecer en el oído medio por un mes o más, lo que lleva a problemas con la audición.
Mientras la OME normalmente desaparece por sí sola, ha aumentado la preocupación de que la pérdida temporal de la audición que causa, podría suponer un riesgo para el habla de los niños pequeños, causando retrasos en el desarrollo.
Es por esto que los médicos pueden aconsejar un procedimiento quirúrgico para colocar tubos en los oídos del niño para ayudar a drenar el líquido. Una nueva investigación sugiere, sin embargo, que esto puede tener poco impacto en el habla a largo plazo, generando dudas sobre sus beneficios.
¿Pueden las infecciones del oído ser prevenidas?
Las infecciones del oído a menudo se pueden prevenir, y las alergias a los alimentos son el número uno de de las causas modificables, especialmente si tu hijo tiene una infección crónica. Muchos niños encontrarán alivio a través de:
- Siguiendo un plan de nutrición y de eliminar de la dieta los granos y azúcares (incluyendo refrescos y zumos de frutas).
- Evitar la leche pasteurizada. El consumo de productos lácteos, en particular productos lácteos pasteurizados, es un culpable para muchos niños.
- Evitar los azúcares y jugos de frutas comerciales, lo que perjudicará la respuesta inmune de tu hijo y los hace más susceptibles a este tipo de infecciones.
- Si tu hijo está consumiendo productos de trigo, podrías considerar la eliminación de ellos si han tenido infecciones recurrentes, la intolerancia al gluten subclínico, puede ser un factor que contribuye a este problema. El trigo y el gluten son especialmente problemáticas para la mayoría de los niños y la eliminación de ellos muchas veces milagrosamente cura el problema.
Además, la lactancia materna durante al menos seis meses se ha relacionado con un menor número de infecciones del oído en los niños y los bebés. La exposición al humo de cigarrillo de segunda mano también aumenta el riesgo de infecciones del oído en los niños, así que asegúrate de que tus hijos se mantengan alejados del humo del cigarrillo. Además, si das biberón a tu bebé, házlo sólo en posición vertical. La alimentación con biberón mientras se está acostado, se asocia con un mayor riesgo de infecciones del oído.
Opciones naturales para el tratamiento de la infección del oído
Las siguientes opciones naturales funcionan muy bien en el tratamiento de infecciones agudas del oído:
Hacer gotas para los oídos con ajo
Las gotas óticas que incluyen extractos de ajo puede ayudar a reducir el dolor de las infecciones del oído medio en los niños. Puedes hacer tu propio remedio en casa aplastándo un diente de ajo crudo y fresco y disolviéndolo en un poco de aceite de oliva, déjalo reposar de 24 a 48 hrs. Después de este tiempo colar la mezcla muy bien. Usa una botella de gotas para oídos, poner unas gotas de aceite en el oído doloroso y mantenerse en esa posición 5-10 minutos. Repetir el procedimiento por lo menos 3 veces al día.
Utiliza leche materna para gotas para los oídos
Si tienes acceso a la leche materna, poner unas gotas de leche materna en el canal auditivo cada pocas horas. Esto generalmente funciona para eliminar la infección de 24 a 48 horas y es mucho más seguro, menos costoso y una solución mejor que poner a su hijo bajo tratamiento con antibióticos.
Utiliza gotas aceite de coco para los oídos
El aceite de coco tiene propiedades antimicrobianas y anti-virales que son ideales para contrarrestar las infecciones en los oidos. Colocar un par de gotas de aceite de coco en cada canal auditivo. Si el aceite de coco se ha solidificado, se puede fácilmente derretir mediante la colocación de una pequeña cantidad en una copita u otro recipiente pequeño y colocarlo dentro de una taza de agua caliente.
Considera la quiropráctica
Muchos, pero no todos los quiroprácticos están capacitados en los ajustes que realmente pueden abrir la trompa de Eustaquio y permitir que drene correctamente. Esto alivia la acumulación de presión y el dolor, y permite que las condiciones que causan la infección en el oído se disipen. Algo similar a drenar un pantano y la epidemia del mosquito desaparece.
Aplicar una cataplasma de cebolla
La aplicación de calor detrás de la oreja se puede utilizar para movilizar la cadena linfática post-auricular y la vasculatura y para sacar la congestión lejos de la zona inflamada del oído medio. Para ello, calienta la mitad de una cebolla en un horno tostador por unos minutos hasta que esté caliente pero no insoportablemente caliente.
Podrías probar aplicando en tu propio oído o parte interna del antebrazo durante varios segundos. A continuación, envolver la cebolla en una gasa o paño fino, y aplicar el lado mayor (el lado del corte, para el área máxima de superficie) a la zona de detrás de la oreja.
Redacción: equipo de Vida Lúcida