Riesgos de quedar embarazada después de los 35 años

En la actualidad es cada vez más frecuente escuchar hablar sobre embarazos tardíos, o lo que es igual, embarazos en mujeres mayores de 35 años.

Los riesgos de quedar embarazda después de los 40 años

La independencia laboral de la mujer y la igualdad de géneros ha llevado a la búsqueda de mejores oportunidades de profesionalización de la mujer, lo que conlleva a un posible retraso o postergación de los deseos de maternidad, siendo un hecho totalmente válido pero que a su vez puede incrementar ciertos riesgos y desventajas con respecto a las gestantes menores de 35 años.

Lo primero que hay que tomar en cuenta es que, desde la etapa embrionaria y fetal, una vez que se determina el sexo, se suceden una serie de eventos que derivan en la generación y formación de un número finito de folículos ováricos, que una vez alcanzada la pubertad serán los que se ovulen con cada ciclo menstrual.

Sin embargo, a medida que la edad avanza la calidad de estos óvulos va en detrimento, por lo que uno de los principales obstáculos a superar es el propio hecho poder quedar embarazada.

Riesgos posibles de embarazos tardíos

Los problemas de fertilidad en mujeres mayores de 35 años se incrementan exponencialmente teniéndose muy bajas tasas de embarazo espontáneo a los 40 años o más edad, principalmente debido a la falla o baja reserva ovárica.

A pesar de que la edad representa un factor de gran importancia en la infertilidad, no solo depende de ella. Al ser considerada multifactorial, en la infertilidad también intervienen otros factores como: la genética, antecedentes personales y familiares como la edad de la primera menstruación, enfermedades,  cirugía pélvicas, entre otros datos relevantes.

El tema de riesgos en embarazos en edad avanzada no solo se resume en los problemas derivados de la incapacidad del óvulo para ser fecundado, también se refiere a la  disminución de las tasas de implantación del embrión en la cavidad uterina y al aborto precoz (en las primeras 8 semanas de embarazo) debido a alteraciones genéticas cromosómicas, inmunológicas u otras.

Aparte de los riesgos ya mencionados, existen otros de igual importancia como, por ejemplo:

  1. Aumento del riesgo de cromosomopatías y aneuploidías, como Síndrome de Down, Patau o Edwards, así como malformaciones congénitas morfológicas estructurales o funcionales (como cardiacas, renales, esqueléticas, neurológicas, etc., incluyendo la asociación de varias anomalías de aparición simultánea).
  2. Aumento del riesgo de abortos espontáneos, lo que equivale a decir, pérdidas de la gestación con menos de 20 a 22 semanas sin causas aparentes. Igualmente, mayor riesgo de pérdidas de la gestación en embarazos superiores a las 20 semanas.
  3. Aumento del riesgo de parto prematuro de los embarazos en edad avanzada comparados con las gestantes más jóvenes, con las complicaciones fetales que conlleva la prematuridad, que aumentan las tasas de morbimortalidad perinatal.
  4. Mayor riesgo de cursar en el embarazo con endocrinopatías como Diabetes Gestacional, hipotiroidismo e hipertiroidismo, e incluso de patologías hipertensivas como preeclampsia – eclampsia, hipertensión gestacional, Síndrome de HELLP, etc.
  5. Los embarazos tardíos pueden tener mayor riesgo de bajo peso al nacer o restricción del crecimiento fetal.
  6. Complicaciones postparto, como hemorragias postparto, secundarias a hipotonía uterina (disminución de la contracción del uterino), acretismo placentario (adherencia anormal de la placenta al miometrio), cesáreas previas, entre otras.

Como se puede evidenciar son múltiples los riesgos y son parte de todas las etapas del embarazo, ya sea antes de concebir, en las primeras semanas o al final del embarazo y posterior al parto, sin embargo, todo aumento del riesgo es siempre relativo y será mas significativo conforme se sumen factores, como malos hábitos de vida, extremos en la edad (mayor de 35 años pero también menores de 15 años), antecedentes personales y familiares de riesgo, multiparidad, analfabetismo, mal control del embarazo, condiciones de insalubridad en el sector de vivienda, hacinamiento, entre otros.

Recomendaciones

Finalmente, como recomendación general, si bien se deben tomar en cuenta la existencia de mayores riesgos y complicaciones en embarazos tardíos, no se debe desistir completamente de buscar un embarazo en edad avanzada si esto se hace de manera responsable.

Lo primero que se debe hacer es buscar información y asesoraría médica sobre las ventajas y desventajas de cada caso. Paralelamente, la comunicación entre la pareja es fundamental y se debe estar seguro de la decisión a tomar.

Si decides buscar un embarazo tardío, la consulta preconcepcional es  indispensable para disminuir ciertos riesgos que pueden ser modificables y prevenidos, con medidas como el control de peso, tratamiento de enfermedades preexistentes, cambio de malos hábitos como el tabáquico o alcohólicos, el ejercicio diario, la alimentación saludable, examinar y determinar alteraciones que puedan repercutir sobre la fertilidad tanto del hombre como la mujer.

Una vez conseguido el embarazo se debe mantener un control periódico con tu obstetra, de manera que puedan ser detectada cualquier alteración que pueda complicar la gestación, llevando así a feliz término un niño sano a casa junto a sus padres.