Si bien la enfermedad cardíaca a menudo se considera una enfermedad de los hombres, el hecho es que mata a más mujeres que el cáncer de mama.
Las mujeres posmenopáusicas tienen casi dos veces y media más probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares que sus hermanas premenopáusicas.
El cardiólogo y asesor médico jefe de la Heart Foundation, el profesor Garry Jennings, dice que la enfermedad cardíaca a menudo se considera una enfermedad de la vejez, pero que el daño puede comenzar mucho antes en la vida. Es algo de lo que las mujeres deben ser conscientes y tomar medidas para evitarlo.
1. Realiza un chequeo para conocer tu estado de salud actual
A medida que el riesgo de enfermedad cardíaca aumenta con la edad, tomar medidas ahora puede mantener el corazón latiendo durante las próximas décadas.
El riesgo de enfermedad cardíaca aumenta después de los 50, por lo que el período cercano a la menopausia es un momento excelente para hacer un balance de nuestra salud. Pedirle a un médico un chequeo de salud cardíaca ahora puede predecir las posibilidades de tener un evento coronario, y se puede hacer como parte de un chequeo anual.
Incluye hablar sobre el historial de salud familiar y el estilo de vida actual del paciente, haciendo un balance del peso, la presión arterial, azúcar en sangre y nivel de colesterol.
Los problemas relacionados con el corazón suelen ser silenciosos
Muchos factores de riesgo de enfermedad cardíaca son silenciosos, por lo que, a menos que los revises activamente, no sabrás que hay un problema.
2. Haz un plan de salud para el corazón.
Una vez que hayas identificado y evaluado su riesgo, desarrolla un plan de tratamiento con tu médico de cabecera para asegurarte de que te mantienes saludable. Esto puede incluir fijarse metas de actividad física y comer una dieta adecuada, además de llevar un registro regular de tu presión arterial y colesterol.
Si bebes, hazlo con moderación y habla con un profesional de la salud sobre dejar de fumar si aún no lo has hecho. En cuanto a la dieta, es una cuestión de equilibrio y variedad. Evita la sal y el azúcar refinada y limita los alimentos con grasas trans.
3. Mantenerse sano
Trabaja con tu médico para prevenir o tratar afecciones médicas en curso que pueden provocar enfermedades cardíacas, como presión arterial alta, colesterol alto y diabetes. Es necesario señalar estas enfermedades en sus primeras etapas y controlarlas porque muchas son progresivas con síntomas silenciosos.
Con las enfermedades cardíacas, los orígenes de la enfermedad comienzan incluso décadas antes, pero existe la posibilidad de cambiar las cosas y evitar que provoque un ataque cardíaco.
La diabetes es uno de los factores de riesgo más importantes asociados con las enfermedades cardíacas, pero muchas mujeres no se dan cuenta de que están en riesgo. Sabemos que hay tantas personas con diabetes no diagnosticada como diagnosticadas.
Lo más adecuado es cambiar los hábitos en la dieta, quitando por completo los azúcares refinados, evitar en lo posible el gluten, incluir mucha fibra y realizar actividad física.
4. Acelera tu metabolismo
Los cambios en el metabolismo de la mediana edad a menudo están relacionados con la falta de actividad física, los efectos de la menopausia y el envejecimiento general.
Es posible que se experimente un aumento de peso durante esta etapa, especialmente alrededor de la cintura.
La grasa del vientre es el tipo de grasa más peligroso porque se asienta alrededor de los órganos principales. Mantener una cintura esbelta mediante la dieta y el ejercicio puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.
Muchos centros comunitarios ofrecen clases de acondicionamiento físico para personas mayores, que pueden ser una forma divertida y social de mantenerse en forma.
Nunca es demasiado tarde para empezar y ver los beneficios, pero tiene que ser agradable para seguir así.
5. Podrías considerar la terapia hormonal
Aunque la menopausia es un proceso biológico natural, una disminución de los niveles de estrógeno puede provocar cambios físicos que aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca.
Los cambios más comunes incluyen un aumento de la presión arterial, aumento de la resistencia a la insulina y niveles elevados de colesterol malo o lipoproteínas de baja densidad.
Los cambios en los vasos sanguíneos también aumentan las posibilidades de que se formen coágulos sanguíneos, lo que contribuye aún más con el riesgo de padecer algún problema cardíaco.
La terapia de reemplazo hormonal (TRH) puede ayudar a compensar los cambios cardiovasculares en la menopausia. Este tipo de decisiones y alternativas deben ser consultadas con el médico para poder encontrar la mejor opción para cada caso en particular.