Una nutrición adecuada y equilibrada, que es la clave de la salud junto con un buen estilo de vida, es de gran importancia, sobre todo en edades medias y más avanzadas. Aquí hay 6 nutrientes esenciales presentes en alimentos que no deben faltar después de los 35 años.
Ser conscientes de lo que comemos y bebemos nos afecta más de lo que pensamos, a cualquier edad, pero especialmente una vez superada la barrera de los 40 años. Algunos comenzarán a notar cierto descenso a los 35 y otros a partir de los 45, para cada quien peude resultar diferente.
Notamos como nuestro pelo está más débil, que el frío nos afecta más y es más insoportable, como nos cuesta más perder los kilitos de más, como nuestra piel se vuelve más dura y menos elástica, como nuestras digestiones empiezan a hacerse más pesadas.
Pero no solo debemos controlar lo que comemos y las cantidades y combinaciones, sino también asegurarnos de que lo que comemos sea lo más saludable y nutritivo posible. Por supuesto, no todo en la vida son macronutrientes. Hay vida más allá de las proteínas, las grasas y los carbohidratos. Por lo tanto, el carro de la compra debe estar lleno de toda la variedad.
Estamos hablando, por supuesto, de vitaminas y minerales. Pero al mismo tiempo también se deben consumir antioxidantes, aminoácidos y una serie de nutrientes que previenen o al menos crean cierta barrera contra las enfermedades y nos protegen por dentro.
6 alimentos que no deben faltar en tu dieta si estás cerca de los 40 años
A partir de los cuarenta, algunos problemas de salud te persiguen. Hipertensión, sobrepeso, diabetes, osteoporosis, artritis, cáncer, entre otras. Por ello, debemos controlar lo que comemos y procurar que nuestra dieta actúe como elemento protector y nunca como agresor.
1. Aceite de oliva virgen extra
Nuestro ‘oro líquido’, que es el pilar de la dieta mediterránea, debe ser consumido regularmente. Sí, es grasa, pero si se consume en cantidades razonables, es un aceite bueno para la salud del corazón. Se estima que la cantidad saludable no supera los 40 gramos (alrededor de 37 mililitros) por día, lo que equivale a unas cuatro cucharadas.
Según estudios, el consumo de aceite de oliva reduce el riesgo de diabetes e hipertensión, y también tiene que ver con la salud sexual.
El aceite de oliva también se asocia a un menor deterioro cognitivo gracias a la presencia de antioxidantes como los polifenoles, además de disminuir el riesgo de depresión y enfermedades del corazón.
2. Repollo, col y kale
Los expertos han clasificado la col como un superalimento en los últimos años. Es rica en calcio y también en el famoso ácido graso omega-3.
Además de todo esto, contienen mucha vitamina K, que es beneficiosa para la coagulación de la sangre y la fijación del calcio en los huesos, por lo que las mujeres con osteoporosis no deben pasarlo por alto. Y también son ricas en betacaroteno, un antioxidante que no solo protege la vista sino que también fortalece el sistema inmunológico.
Los nutrientes y las propiedades beneficiosas se conservan mejor si comemos la col lo más cruda posible, o si la salteamos o la hervimos ligeramente.
3. Salmón
Una fuente de proteína fácilmente digerible con alto valor nutritivo, el salmón es también una gran fuente de ácidos grasos omega-3. Es muy importante para la salud cardiovascular.
Para ello se debe consumir salmón cultivado en mar abierto porque su sabor es más ligero, sus grasas son más naturales y su versatilidad gastronómica permite utilizarlo en la cocina, a la parrilla o en ensaladas.
También es rico en hierro, zinc, otro importante antioxidante y vitamina D, que ayuda a absorber el calcio y fortalece los dientes y los huesos.
4. Nueces
Las nueces, avellanas, almendras, anacardos o pistachos son frutos secos saludables y deben formar parte de la dieta. Sin embargo, para que sean verdaderamente saludables, todos deben consumirse crudos y sin sal.
Por supuesto, también se debe ajustar la cantidad. Para conseguir las grasas insaturadas, tan solo un puñado (unos 25 gramos) al día nos aporta la cantidad diaria recomendada de omega-3 (1,6 gramos para los hombres, 1,1 gramos para las mujeres).
Además, las nueces son ricas en antioxidantes y vitaminas del grupo B como la B1 (tiamina) y B6 (piridoxina), siendo la primera necesaria para la obtención de energía, y la segunda para estabilizar la concentración de azúcar en sangre. Es un gran alimento en la lucha contra la diabetes.
5. Tomates
Es mejor en su temporada, pero otro alimento que no debe faltar en nuestras mesas durante todo el año es el tomate. Por supuesto, no importa la edad que tengas, pero los tomates son importantes para la salud del corazón, especialmente después de los 40 años.
Su color indica que es rico en betacaroteno, cuyo antioxidante es parte esencial del licopeno. Su presencia está ligada a un menor riesgo de cáncer, y en particular de cáncer de próstata.
Es un producto rico en vitamina C y además es diurético gracias a su alto contenido en agua. Por eso, las personas con problemas de retención de líquidos pueden contar con él.
También es rico en vitamina A, especialmente necesaria para reducir los problemas oculares irreversibles a partir de los cierta edad.
6. Brócoli
No hay brócoli malo, hay brócoli mal cocido. Es posible hacer que el brócoli, que no tiene un sabor muy popular, sea más delicioso. Basta con cocerlo al vapor o hervirlo rápido para que no se ablande demasiado, quedará bastante sabroso.
Más allá de su sabor, contiene un reducto de fibra que nos permite mejorar el tránsito intestinal y, sobre todo, saturar nuestro organismo con una alta dosis de hierro.
También es una buena ayuda contra el cáncer, ya que contiene glucosinolatos, muy comunes en las verduras crucíferas (col, coliflor, col, brócoli…).
Este es uno de los alimentos principales que no debería faltar en tu dieta.