Se puede aprender a ver la vida de una manera más positiva y con mayor optimismo, esto se puede aprender o más bien, se puede desaprender los malos hábitos que nos nos permiten pensar en positivo para mejorar la calidad de vida.
Aprende a pensar en positivo
La mejor forma de conseguir el bienestar emocional y de mejorar nuestra fuerza vital, es pensar en positivo.
Cuando los pensamientos negativos se presentan en la mente, trabajemos combatiéndolos hasta lograr bloquearlos. De esta manera podremos conseguir modificar su importancia para nosotros mismos y lograr que tenga más eficacia la práctica de la buena actitud ante las adversidades.
El simple hecho de esbozar una sonrisa elimina la tensión corporal y difumina la negatividad. Así que, cuando te sientas triste sonríe. El cambio no se producirá de un día para otro, pero tenemos la enorme suerte de que la mente es muy «plástica» por lo que cuando te quieras dar cuenta la positividad te vendrá de manera casi automática y el bloqueo emocional habrá desaparecido.
Evita las quejas continuas. Las reclamaciones asiduas atraen, como un imán, las cargas negativas de tus propios pensamientos y emociones adversas.
Prácticas para pensar en positivo
- Muchas de las percepciones que tenemos de que algo no va bien, comienzan a hacerse notar cuando nos lamentamos, esta es la primer señal de que hemos comenzado a pensar negativamente, quejarnos de las cosas, para modificarlo ahora deberemos encontrar una solución a aquello por lo cual nos lamentamos y pensar de manera positiva ya que el problema nos llevará a encontrar una mejor manera de salir de donde estábamos.
- Sé libre de pensamiento y emoción. No dejes que interferencias externas se acumulen en tu vida diaria.
- Libérate de la negatividad que te envuelve, rumores, lamentaciones, comentarios malintencionados, etc. y da prioridad a aquello que te hace sentir bien.
- Rodeate de gente optimista, la positividad se contagia. Déjate guiar por tu intuición.
- No te enfades con facilidad ni le des importancia a las pequeñas cosas que en un momento dado te pueden hacer sentir mal. Cuando nos irritamos somos como el veneno de una serpiente que invade nuestro cuerpo y nuestra mente, convirtiéndonos en nuestro peor enemigo.
- Procura dar espacio a la serenidad y cuando te sientas superado practica la relajación para controlar la explosión de emociones negativas.
- Vive el presente. El pasado no se puede cambiar ni el futuro adivinar, de esta manera eliminaremos el rencor del primero y la ansiedad del segundo. Lo mejor es estar presente, haciendo que el día valga la pena. Las preocupaciones y las lamentaciones lo único que te aportarán es una somatización física que desembocará en una enfermedad.
Calmar la mente usando la naturaleza
Aprovecha los recursos que la naturaleza te ofrece, para cargarte de energía:
Agua
El agua purifica. Siempre que tengas ocasión acércate a la playa, un río o una cascada, y déjate inundar por esa sensación placentera que transmite el contacto de tu piel con el llamado elixir de la vida. Si no puedes hacerlo tanto como quisieras, métete bajo la ducha de casa con los ojos cerrados e imagina que la negatividad que acarreas y el cansancio físico y mental que la determinan, se van escurriendo de tu cuerpo conforme el agua se desliza.
Tierra
Camina descalzo cuando puedas sobre tierra pura (arena de la playa, césped, etc.), de tal manera que ésta misma ejerza una especie de masaje sobre la planta del pie. Si no tienes opción masajéate los pies con alguna crema tras un largo día de trabajo y disfruta de esa sensación de alivio.
Escuchar música
Escucha música que te haga bailar y cantar, evitando aquella que te remonte a momentos tristes. La vibración de la música hace emerger nuestra alegría dando paso a la manifestación de otras emociones positivas.
Por: Ciara Molina