¿En qué consiste el síndrome de ingesta nocturna?

¿En alguna ocasión te has despertado por la noche sólo para ir a asaltar la nevera? ¿O no has podido irte a dormir sin antes comer algo? Si esto te ha sucedido de manera esporádica no debes alarmarte. Sin embargo, si ya es algo común para ti, vale la pena que sigas leyendo. Ya que, podría ser un indicador de que estás sufriendo del síndrome de ingesta nocturna.

Qué es el síndrome de la ingesta nocturna

¿Qué es el síndrome de ingesta nocturna?

Tal como lo indica su nombre, el síndrome de ingesta nocturna es básicamente un trastorno alimenticio en el cual suelen consumirse de manera descontrolada considerables cantidades de alimentos durante periodos nocturnos.

Este es un problema mucho más común de lo que se puede llegar a creer. Ya que, el mismo ha llegado a afectar a una gran cantidad de personas alrededor del mundo, convirtiéndose así en una problemática social.

¿Quién lo planteó?

Este síndrome, también conocido como ‘SAN’ por sus siglas (Síndrome de alimentación nocturna), fue planteado a mitad del siglo pasado por el Doctor Albert Stunkard. Sin embargo, dicho trastorno vino a ser aceptado de manera oficial a partir del año 1.999.

Además, tal ha sido el impacto que ha tenido este desorden alimenticio, que se estima que el mismo puede llegar a afectar aproximadamente hasta al 2% de la población mundial. Incluso, también se dice que una gran cantidad de personas que padecen de obesidad también sufren de este síndrome, o al menos lo llegaron a padecer con anterioridad.

¿Cuáles son sus causas?

A pesar de que no existen causas específicas relacionadas con este trastorno, se cree que éste puede ser ocasionado debido a algunas alteraciones del sistema neuroendocrino. Ya que, el resultar afectadas algunas hormonas que juegan un importante papel en el organismo, se puede generar la aparición de este síndrome.

Un ejemplo puede verse si se presenta la alteración de cortisol, también conocida como ‘la hormona del estrés’.  Ya que, al existir durante el periodo nocturno mayores niveles de estrés, de manera automática quien lo padezca buscará calmarlo a través de distintos medios, encontrándose entre ellos, la ingesta desproporcionada de alimentos.

Asimismo, pueden llegar a presentarse situaciones similares en los casos en los cuales se sufre de trastornos relacionados tanto con la ansiedad, así como con la depresión.

Además, también se dice que el síndrome de ingesta nocturna puede estar relacionado con otro tipo de factores, tales como pueden ser:

  • Factores relacionados al entorno.
  • Factores culturales.
  • Predisposición genética.

Algunos de sus síntomas

Existen distintos síntomas que pueden indicar la presencia del síndrome de ingesta nocturna, encontrándose principalmente entre algunos de ellos los siguientes:

  • Se comienza con la primera comida del día de manera tardía (por lo general no se desayuna).
  • Se consumen mayor cantidad de calorías durante la noche.
  • Constante ansiedad y nerviosismo (en algunos casos puede llegar a presentarse depresión).
  • Problemas de insomnio o trastornos del sueño.

Cabe destacar, que presentar estos síntomas de manera esporádica no es un signo muy alarmante. Sin embargo, si los mismos  ya se han convertido en hábitos y suelen aparecer de manera recurrente, lo más probable es que se esté sufriendo de este trastorno. En tal caso, lo recomendable es acudir con un profesional de la salud que pueda evaluar tu situación e indicarte el tratamiento adecuado a seguir para tu recuperación.

¿Cómo puede tratarse?

Lo principal ante la sospecha de estar padeciendo de este trastorno, es acudir con un profesional de la salud que pueda brindar la asistencia médica adecuada, tal como se mencionó anteriormente.

No obstante, también existen algunas otras recomendaciones básicas a tener en cuenta a fin de tratar de manera más efectiva la aparición de este síndrome, tales como:

  • Intentar alimentarse bien durante el día, respetando las respectivas horas en que deben consumirse los alimentos.
  • Arreglar el periodo de sueño, durmiendo las 8 horas diarias recomendadas, evitando trasnochar.
  • Incluir en las meriendas del día distintos tipos de frutas.
  • Incluir el consumo de avena dentro de la dieta.
  • Realizar ejercicio diariamente.
  • Evitar ingerir durante la noche líquidos o alimentos que puedan alterar el sistema nervioso.

Es importante detectar y tratar el síndrome de ingesta nocturna de manera temprana. Ya que de lo contrario, el mismo puede contribuir con la aparición de distintas enfermedades, encontrándose entre ellas principalmente la obesidad.