Carga tóxica | Cómo dejar de lamentar el pasado

Si los recuerdos te atormentan y no te permiten vivir en paz, entonces ha llegado el momento de deshacerte de esta carga tóxica: aprendemos del pasado, perdonemos nuestros errores para soltar esta carga tóxica, y no lo creamos una teoría, pongámoslo en práctica hoy mismo.

Cómo soltar la carga tóxica del pasado

Aprender del pasado

Cuando sientas que has cometido un error en el pasado, necesitarás encontrar algún beneficio en la situación para que no sea tan ofensiva. Pregúntate qué lección se puede aprender de lo sucedido. Analiza las respuestas, saca conclusiones y para consolidar los resultados anótalos en un cuaderno. Esto ayudará no solo a aliviar el tormento, sino también a evitar que se repita el error en el futuro.

Aprende a perdonarte a ti mismo y a los demás

Puedes reprocharte sin cesar por un acto incorrecto o una oportunidad perdida. Por lo tanto, es importante saber perdonar a otras personas y a uno mismo. No seas cruel contigo mismo: todos pueden equivocarse, incluso tú, y esto es normal, porque solo el que no hace nada no se equivoca. La vida no es un juego de computadora en el que puedes reiniciar y comenzar desde un momento guardado.

Trabaja en los errores

Hay errores fatales en la vida que no se pueden corregir. Sin embargo, esto es algo raro: las relaciones se pueden mejorar con la ayuda de disculpas y buenas acciones, y un error en el trabajo se puede compensar simplemente con un trabajo mejor logrado las próximas veces.

Ten esto en cuenta cuando te reprendas a ti mismo por portarte mal y con el fin de aliviar con esa carga tóxica que enferma. Gasta la energía de la reflexión en corregir el error: piensa en la mejor forma de hacerlo y ponte manos a la obra.

Recuerda por qué lo hiciste de esta manera

Pasado un tiempo después de haber cometido un error, parece que lo lógico sería hacer lo contrario, por lo que nos reprochamos sin piedad los errores. Olvidamos que en el pasado actuamos sobre la base de las circunstancias en las que nos encontrábamos, y de todas las opciones posibles, probablemente elegimos la solución más lógica. Recuerda esto cuando te reproches a ti mismo: recuerda por qué hiciste eso y, muy probablemente, verás que tomaste la decisión que podías en ese momento.

No exageres tu culpa

Mucha gente se considera el centro del mundo y sus propios errores les parecen catastróficos. Sin embargo, la mayoría de las veces, en realidad no da tanto miedo. Trata de ver tu error con una mente abierta: ¿Has ido toda tu vida cuesta abajo debido a un error y no se puede arreglar? ¿O ha tenido consecuencias nefastas para otras personas? Es poco probable que esto sea cierto, lo que significa que no debes dedicar mucho tiempo a arrepentirte.

Mírate desde fuera

Tendemos no solo a simpatizar con los seres queridos y amigos, sino también a perdonar mucho a los demás. Valdría la pena tratarse a sí mismo de la misma manera para aliviar la carga tóxica de la culpabilidad y el resentimiento.

Mírate a ti mismo con los ojos de un buen amigo, di palabras de consuelo y verás que el error se ha inflado a la escala de una catástrofe solo en tu cabeza, y a cualquier otra persona no le parecerá tan abarcador. Esto aliviará la culpa interior y te ayudará a ver la situación con seriedad.

Recuerda que todo es posible en el futuro

Cuando parezca que el mundo se ha derrumbado debido a un error incorregible, piensa que todavía queda tiempo por delante. Seguro que puedes arreglar muchas cosas en tu vida, porque rara vez nos encontramos en situaciones desesperadas. Esto requerirá esfuerzo y trabajo, pero es mejor gastarlo en logros futuros que en culparse a sí mismo. Lo principal es aprender a mirar hacia adelante de manera realista, y no a través del prisma de oportunidades ya perdidas o decisiones equivocadas.

Aceptación radical

Si ningún método te ha ayudado a lidiar con el dolor de pensar en errores pasados y soltar esa carga tóxica, prueba la aceptación radical. A veces, ningún truco de la mente puede ayudar a explicar tu comportamiento pasado.

Entonces solo queda un paso: aceptar y amar tu vida como un todo, con todas sus victorias y fracasos.

Aceptar que también esos errores son parte de nuestra vida, y no son algo extra que nos ha manchado, nos ayudará a abrazar de manera amplia toda nuestra existencia, con lo bueno y lo malo que podamos ser.