Alrededor de 60 millones de personas tienen el Síndrome del Intestino Irritable (SII o IBS por sus siglas en inglés). Estas personas luchan con síntomas muy molestos, a menudo discapacitantes como hinchazón, calambres, diarrea, estreñimiento y dolor. Existen varios factores que contribuyen con este síndrome que también es conocido como colon irritado, entre ellos el estrés y la dieta. Las buenas noticias es que puede ser aliviado de varias formas, destacando la medicina funcional y los remedios naturales.
Causas del colon irritado
Numerosos factores contribuyen al Síndrome de Intestino Irritable. El desgaste de recubrimiento en los intestinos debido al estrés; demasiados antibióticos o medicamentos antiinflamatorios como la aspirina o Advil; esteroides; infecciones intestinales; un bajo nivel de fibra, una dieta alta en azúcar; el alcohol e incluso la cesáreas (que han tenido un aumento dramático en los últimos años).
Estas y otras cosas accionan y activan una respuesta inmune, provocando alergias a los alimentos y agravando tu segundo cerebro (el sistema nervioso entérico), creando un caos que conduce al colon irritado. No es sólo tu intestino el que puede resultar afectado, sino también tu estado de ánimo, tus niveles de energía, y una serie de otros problemas que pueden conducir incluso a padecimientos de índole autoinmune como la fibromialgia.
Muchos doctores ven al colon irritado como una condición psicológica. Sin embargo la ciencia demuestra que esto es totalmente erróneo. Desafortunadamente, los médicos convencionales a menudo dicen a los pacientes que no existe cura, que todo está en su cabeza, o los prescriben con antidepresivos, sedantes y otros fármacos que potencialmente podrían empeorar el problema.
Esta no es la respuesta. Para tratar el colon irritado, es necesario abordar las causas subyacentes de por qué tu digestión no está funcionando correctamente. Ahí es donde entra la medicina funcional.
En la medicina funcional se sabe que una enfermedad puede tener muchas causas (o que una causa puede crear muchas enfermedades, como por ejemplo el gluten). Si ponemos a cinco personas con colon irritado, las causas pueden ser muy distintas entre cada persona, por lo que uno se centra en cada persona individualmente para conseguir la causa de la enfermedad.
Las alergias e intolerancias a alimentos como causas del colon irritado
Investigaciones nos dicen que dos de las mayores causas del intestino irritable son las alergias a los alimentos y el crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado. Puede haber otras, incluyendo la falta de enzimas digestivas, los parásitos que viven en el intestino, deficiencia de zinc o magnesio, y la toxicidad de metales pesados.
Es por eso que se vuelve tan críticamente importante personalizar el tratamiento en base a las circunstancias únicas que existen para cada persona que sufre de colon irritado. La solución, sin duda alguna no es una talla única para todos, pero las soluciones se pueden encontrar si observamos cuidadosamente las causas subyacentes y las tratamos.
Un artículo de referencia publicado en la prestigiosa revista médica británica Gut, encontró que la eliminación de alimentos que fueron identificados a través de pruebas de alergia (anticuerpos IgG), dieron lugar a importantes mejoras en los síntomas del colon irritado.
Lo que este y otros estudios revelan claramente es que ciertos alimentos pueden irritar el intestino y el sistema digestivo. Estas sensibilidades a los alimentos no son una verdadera alergia, como una alergia al cacahuete o alergia a los mariscos, sino más bien una sensibilidad a los alimentos más leve pero que puede causar síntomas terribles.
Sensibilidad al gluten, lácteos y otros alimentos
De las muchas sensibilidades a los alimentos comunes, la del gluten tal vez es la más frecuente. Incluso si tu médico te dice que tus pruebas de anticuerpos de gluten o celíaca son normales, todavía puede haber una reacción severa.
Los productos lácteos, que contienen proteínas como la caseína y suero y pueden irritar e inflamar el intestino, son otro culpable común.
Hay otros, incluyendo la soja, el maíz y los huevos. Las reacciones a estos alimentos pueden causar algo más que problemas intestinales. También pueden llevar a la obesidad, la depresión, y el acné.
Tu médico de medicina funcional puede realizarte algunas pruebas para evaluar la sensibilidad a los alimentos y las reacciones al gluten.
Desequilibrios intestinales y las bacterias malas
La superficie del intestino delgado, donde se absorbe el alimento, es aproximadamente del tamaño de una cancha de tenis. Esa zona también alberga alrededor del 60 por ciento de tu sistema inmunológico.
Este sofisticado sistema inmune-intestinal, está a sólo una capa de células de distancia de una alcantarilla tóxica: todas las bacterias y partículas de alimentos no digeridos en el intestino.
Si ese revestimiento se rompe, tu sistema inmune estará expuesto a partículas extrañas de alimentos, bacterias y otros microbios.
En pocas palabras, el ecosistema microbiano intestinal debe estar sano para que tú también lo estés. Cuando tus bacterias intestinales están fuera de equilibrio – cuando tienes demasiadas bacterias patógenas y no hay suficientes bacterias saludables – es probable que te puedas enfermar.
Detente a pensar en esto por un minuto: Tienes más de un kilo y medio de bacterias – 500 especies – en tu intestino. De hecho, hay más ADN bacteriano en tu cuerpo que el mismo ADN humano. Entre toda esa bacteria intestinal, se encuentran las buenas, las malas y las muy malas.
Si las malas toman el control, o si se mueven en áreas en las que no deben estar (como el intestino delgado, que es normalmente estéril), pueden comenzar la fermentación de los alimentos que digieres, especialmente alimentos con azúcar o almidón.
Los desequilibrios en el ecosistema intestinal pueden desencadenar o agravar el colon irritado si incluyen el intestino permeable, el sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO), y el crecimiento de hongos. Mientras la fijación de estos y otros problemas intestinales por lo general se convierten cada uno en un tema individual, la clave para revertirlos a todos ellos consiste en reiniciar el intestino mediante la eliminación de las cosas malas y poniendo las cosas buenas.
El cambio más grande que puedes hacer para tratar el colon irritado
Si sufres de colon irritado o Síndrome de Intestino Irritado, es comprensible que desees un alivio rápido. El cambio más grande que puedes hacer para obtener resultados impresionantes, casi inmediatos consiste en cambiar tu dieta.
Para ello, tendrás que intentar con una sencilla dieta antiinflamatoria baja en alérgenos, carbohidratos refinados, azúcares y alimentos procesados.
Llévala muy simple y mantén un diario para registrar cómo te sientes después de cada comida. También puede ser que desees considerar la eliminación de los alimentos que son difíciles de digerir para el intestino, tales como granos y frijoles.
Remedios para eliminar el colon irritado
Debido a los numerosos problemas subyacentes que pueden contribuir a este padecimiento intestinal, las pruebas y el trabajo con un profesional de la medicina funcional o medicina alternativa, probablemente, se conviertan en la opción más eficaz. Dicho esto, la simple aplicación de las siguientes herramientas en la dieta y otras estrategias pueden ayudar a neutralizar o prevenir el intestino irritado y crear buena salud intestinal.
Comer proteínas
Para evitar los desequilibrios de azúcar en la sangre que alimentan a las bacterias intestinales malas, come proteínas en cada comida, incluso en el desayuno. Esto ayudará a evitar aumentos repentinos en el nivel de azúcar en la sangre. Toma un buen desayuno a base de proteína todos los días. Come proteínas limpias de animales, como el pescado, pavo, pollo y cortes magros de carne de cordero, siempre optando por las que son de libre pastoreo o criados sosteniblemente; también come un montón de proteínas vegetales como las nueces, legumbres y semillas.
Come alimentos ricos en fibra
Los granos enteros, verduras, frutos secos, semillas y frutas contienen mucha fibra beneficiosa. No tengas miedo de la grasa saludable. Aumenta los ácidos grasos omega-3 con el consumo de salmón salvaje de agua fría, sardinas, arenque, semillas de lino, e incluso algas. Utiliza más productos de animales alimentados con hierba o productos orgánicos.
Elimina la grasa hidrogenada
Elimina toda la grasa hidrogenada por ejemplo, la margarina, manteca y aceites procesados, así como muchos productos horneados y alimentos procesados. En su lugar utiliza aceites saludables, como el aceite de coco, aceite de oliva (aceite de oliva virgen extra sobre todo), sésamo prensado en frío, y otros aceites de frutos secos.
Come frutas y verduras diariamente
Come por lo menos de 8 a 10 porciones de frutas de colores y verduras al día, que contienen vitaminas que luchan contra las enfermedades, minerales, fibra, fitonutrientes, antioxidantes y moléculas antiinflamatorias.
Evita las gaseosas
Evita toda la comida basura procesada, incluyendo los refrescos, zumos y bebidas de dieta, que impactan al azúcar y metabolismo de los lípidos. Las calorías del azúcar líquido son el mayor contribuyente a la obesidad, la diabetes y las enfermedades del corazón.
Ve por los suplementos
No solo te deshagas de las cosas malas que contribuyen a un intestino irritado, sino que también puedes reemplazarlas con cosas buenas. El zinc, vitamina A, glutamina, grasas omega-3 (aceite de pescado), y el aceite de onagra son algunos de los nutrientes que ayudan a reparar el revestimiento del intestino.
También puedes utilizar hierbas como la quercetina y la cúrcuma para reducir la inflamación y curar un intestino permeable.
Toma probióticos
Repoblar el tracto digestivo con buena bacteria. Toma probióticos de alta potencia dos veces al día durante uno o dos meses. Comienza lentamente y observa cómo los probióticos afectan el intestino. En algunos casos, ciertos individuos pueden necesitar retrasar el consumo de probióticos hasta que su intestino está en mejores condiciones. El consumo de alimentos fermentados como el kimchi son también grandes maneras para repoblar la flora intestinal.
Reduce el estrés, duerme bien y ejercita
La meditación, la respiración profunda y el yoga son excelentes maneras de reducir el estrés. La falta de sueño engorda y conduce a la depresión, al dolor, las enfermedades del corazón, diabetes y otros tantos problemas.
Haz ejercicio regularmente. Incluso 30 minutos de caminata vigorosa pueden ayudar, y si quieres algo más intenso, trata con un entrenamiento de alta intensidad a intervalos o resistencia de peso.
Redacción de Vida Lúcida
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