La adolescencia no solo es una etapa difícil por todos los cambios que los jóvenes experimentan, también es una etapa donde el joven se aísla y las relaciones familiares con sus padres pueden salir perjudicadas de manera leve o incluso de manera grave, aunque no tiene que ser así, por el contrario, se puede (y se debe), trabajar para generar una sana relación y evitar el deterioro de los lazos familiares.
Al ser la adolescencia un periodo donde todas las experiencias pasadas se acentúan, las relaciones familiares que hayan tenido en el pasado con sus padres van a determinar en gran medida su comportamiento hacia ellos.
Para generar confianza en tu hijo ¿Por dónde empezar?
Los hijos adolescentes se vuelven más aislados de los padres, son poco comunicativos y menos expresivos, esto dificulta acercarse a ellos y poder generar confianza, sin embargo, es posible conseguirlo si sabemos acercarnos a ellos sin invadirlos.
Se debe entender que la madurez emocional y mental de un adolescente no es la misma que la de un niño, y aunque cueste a los padres, es lo primero que deben entender, un adolescente empieza a cuestionar a sus padres, sobre su forma de actuar, que tan correctos y coherentes son, y si encuentran fallas comienzan sus procesos desafiantes, esto es normal dentro de la independencia y objetividad que como persona adulta deben adquirir.
De la misma manera los adolescentes ya no se van a someter tan pacíficamente a las órdenes unilaterales de sus padres, ellos se sienten grandes (y lo son) y desean debatir y negociar, llegar a un acuerdo mutuo con sus padres, igualmente desean sentir libertad y confianza por parte de sus progenitores, donde ellos puedan ser y hacer las cosas que les agradan.
Negociando con los hijos
Cuando los hijos son pequeños, negociar siempre es una opción, y por lo general ellos deben hacer lo que sus padres mandan, en la adolescencia negociar no es una opción, sino una obligación, se trata de personas autónomas que pronto serán independientes y que ahora necesitan debatir.
Cuando los padres deciden no negociar con sus hijos adolescentes, sino someterlos por obligación sin darles posibilidad de expresar y pedir lo que ellos desean, (si, “mientras vivas en mi casa haces lo que yo diga”, te hablamos a ti), estarán deteriorando la relación con sus hijos, perdiendo su confianza, logrando hijos que posiblemente desarrollen actitudes de rebeldía, y peor aún, que en el futuro cuando sean adultos vean a sus padres con recelo e incluso algo de rencor.
Por eso en la adolescencia los padres deben reemplazar las reglas de solo dos opciones, el “si” y el “no”, y empezar a aprender a negociar con sus hijos, poniendo límites y diciendo hasta donde se les permitirá llegar y hasta donde no, pero dejando en medio un gran abanico de posibilidades para que los hijos elijan y tengan su tan preciada libertad e independencia al alcance de su mano.
Mejorando la comunicación
Además de mucha paciencia, los padres deben buscar en gran medida la comunicación con sus hijos, aquellos padres que desde temprana edad acostumbraron a sus hijos a dialogar con ellos lo tendrán un poco más fácil que aquellos que nunca desarrollaron este hábito y ven ahora que es el único camino para saber llevar a sus hijos.
Es la comunicación la que permite negociar a padres e hijos, es muy importante también que los padres pregunten exhaustivamente y al detalle, una especie de interrogatorio sutil, es a veces el mejor camino para descubrir que problemas preocupan y afectan a los hijos, sobre todo cuando a ellos se les dificulta expresarse.
Como se puede observar, ganarte la confianza de tu hijo adolescente es una mezcla entre comunicación sana y darles la libertad que buscan, poniendo límites en vez de reglas y dándoles un poco de confianza.