¿Cómo puedes detectar si lo que te sucede es porque tienes intolerancia al huevo?

Los huevos son un alimento muy nutritivo y versátil, pero algunas personas pueden tener problemas para digerirlos o reaccionar de forma alérgica a ellos.

En este artículo te explicamos qué es la intolerancia al huevo, cuáles son sus síntomas y cómo puedes evitarlos.

¿Qué es la intolerancia al huevo?

La intolerancia al huevo es una condición que se produce cuando el organismo no puede procesar adecuadamente las proteínas del huevo, especialmente las de la clara.

Esto puede causar molestias digestivas, como gases, hinchazón, dolor o diarrea, después de consumir huevos o productos que los contengan.

La intolerancia al huevo no debe confundirse con la alergia al huevo, que es una reacción del sistema inmunitario a las proteínas del huevo. Los síntomas de la alergia al huevo pueden ser más graves y afectar a otras partes del cuerpo, como la piel, la nariz o los pulmones.

Además, la alergia al huevo puede provocar una reacción anafiláctica, que es una emergencia médica que requiere atención inmediata.

¿Cuáles son los síntomas de la intolerancia al huevo?

Los síntomas de la intolerancia al huevo suelen aparecer entre 30 minutos y 2 horas después de ingerir huevos o alimentos que los contengan. Los más comunes son:

  • Gases.
  • Hinchazón abdominal.
  • Dolor o cólicos estomacales.
  • Náuseas o vómitos.
  • Diarrea.

Estos síntomas pueden variar en intensidad y duración según la cantidad de huevos consumidos y la sensibilidad de cada persona. Algunas personas pueden tolerar pequeñas cantidades de huevos o solo las yemas, mientras que otras pueden tener reacciones más severas con cualquier exposición.

¿Cómo se diagnostica la intolerancia al huevo?

Si sospechas que puedes tener intolerancia al huevo, lo mejor es consultar con tu médico para descartar otras posibles causas de tus síntomas, como una infección, una enfermedad inflamatoria intestinal o una alergia alimentaria. El médico puede realizar algunas pruebas para confirmar el diagnóstico, como:

  • Un test de intolerancia alimentaria, que consiste en medir los niveles de anticuerpos IgG frente a diferentes alimentos en una muestra de sangre.
  • Una prueba de eliminación y reintroducción, que consiste en eliminar los huevos y los productos que los contengan de tu dieta durante un periodo de tiempo y luego volver a introducirlos gradualmente para observar si se producen síntomas.
  • Una prueba de hidrógeno espirado, que consiste en medir la cantidad de hidrógeno que se produce en el aliento después de consumir una solución que contiene proteínas del huevo.

¿Cómo se trata la intolerancia al huevo?

El tratamiento más efectivo para la intolerancia al huevo es evitar el consumo de huevos y los productos que los contengan.

Esto puede ser difícil, ya que los huevos se encuentran en muchos alimentos procesados, como panes, pasteles, galletas, salsas, mayonesa, helados o embutidos. Por eso, es importante leer las etiquetas de los ingredientes y buscar posibles sustitutos del huevo en las recetas.

Algunos ejemplos de sustitutos del huevo son:

  • Puré de plátano
  • Compota de manzana
  • Semillas de lino o chía molidas y mezcladas con agua
  • Yogur vegetal
  • Leche vegetal con vinagre o limón
  • Harina de garbanzo con agua
  • Agua con gas

Además, es conveniente llevar siempre contigo un medicamento antidiarreico por si accidentalmente consumes algún producto con huevo y sufres una reacción. También puedes tomar probióticos o enzimas digestivas para mejorar tu salud intestinal y reducir los síntomas.

La intolerancia al huevo es una condición que se produce cuando el organismo no puede digerir adecuadamente las proteínas del huevo, especialmente las de la clara. Esto puede causar molestias digestivas, como gases, hinchazón, dolor o diarrea, después de consumir huevos o productos que los contengan.

La intolerancia al huevo no es lo mismo que la alergia al huevo, que es una reacción del sistema inmunitario a las proteínas del huevo que puede afectar a otras partes del cuerpo y provocar una reacción anafiláctica.

Para diagnosticar la intolerancia al huevo, el médico puede realizar algunas pruebas, como un test de intolerancia alimentaria, una prueba de eliminación y reintroducción o una prueba de hidrógeno espirado.

El tratamiento más efectivo para la intolerancia al huevo es evitar el consumo de huevos y los productos que los contengan. Esto puede ser difícil, ya que los huevos se encuentran en muchos alimentos procesados. Por eso, es importante leer las etiquetas de los ingredientes y buscar posibles sustitutos del huevo en las recetas.

Si sufres una reacción por consumir huevos, puedes tomar un medicamento antidiarreico, probióticos o enzimas digestivas para aliviar los síntomas.