Las manchas de óxido son antiestéticas y pueden hacer que un fregadero o una bañera que de otro modo estarían limpios se vean sucios y descuidados. Además, la permanencia del óxido puede estropear los objetos.
Si has intentado eliminar estas manchas en el pasado sin éxito, puedes estar convencido de que no se pueden eliminar. Así que tenemos sugerencias para ti para que las manchas de óxido sean cosa del pasado.
¿Qué origina la aparición de óxido en la bañera o el lavabo?
Las manchas de óxido son difíciles de eliminar y pueden volverse permanentes con el tiempo. Pero, ¿cuáles son las posibles causas de la oxidación? La plomería en mal estado, un calentador de agua oxidado o desgastado, o las tuberías oxidadas pueden hacer que entren partículas de óxido en el suministro de agua.
Además de dañar nuestro hogar, este es un problema de salud que debe ser abordado lo antes posible por un plomero profesional. Si el problema proviene de tuberías oxidadas o de un calentador de agua, se deben reemplazar.
¿Cómo quitar las manchas de óxido de forma natural?
El éxito en la eliminación de manchas de óxido dependerá de factores tales como el material del que está hecha su superficie (acrílico, porcelana o esmalte) y cuánto tiempo ha estado allí la decoloración y el óxido.
En casos de tinción crónica, el color puede grabarse permanentemente en la porcelana, haciendo que sea imposible eliminarlo. Antes de intentar cualquiera de los métodos enumerados a continuación, realiza una prueba en un área discreta del lavabo, la bañera o el inodoro para evitar daños.
Formas de eliminar el óxido del fregadero y la bañera.
Limón y sal
Usa jugo de limón y agrega suficiente sal para formar una pasta líquida y aplícala en el área oxidada. Si bien esta solución es ideal para superficies planas, también puedes tener éxito en la taza del inodoro, aunque la aplicación puede ser difícil.
Una vez aplicada, deja reposar la mezcla durante varias horas o toda la noche antes de frotar con un cepillo de dientes o un paño de microfibra y enjuagar con agua limpia.
Bicarbonato de sodio
Haz una pasta de bicarbonato de sodio y agua y aplícala en el área oxidada. Deja reposar la mezcla durante la noche y frota con un cepillo de dientes o un paño de microfibra y enjuaga con agua limpia.
Papa y líquido para lavar los platos
Corta una papa por la mitad y colócala en el líquido para lavar platos. Aplica la mezcla sobre el óxido hasta que desaparezca por completo.
Precaución: existen muchos productos de limpieza en el mercado diseñados para eliminar las manchas, incluido el óxido. Evita los productos que contengan lejía, ya que esto puede empeorar el problema.