Cómo saber si el exceso de riego está afectando a tus plantas

¿Regamos demasiado una planta? ¿Qué síntomas indican que nuestra planta recibe un riego excesivo? En este artículo veremos qué síntomas provoca el riego excesivo de las plantas, así como útiles consejos para salvarlas y mantenerlas en buen estado.

Cómo saber si demasiado riego está matando tus plantas

El riego es un cuidado básico que necesitan todas las plantas y es la causa más común de problemas, sobre todo para las plantas de interior y las plantas que tenemos en macetas en el jardín y en el balcón.

El riego excesivo suele ser el resultado de un cuidado incorrecto que inicialmente pensamos que ayudará al mejor crecimiento de una planta. Así, muchas veces regamos nuestras plantas sin que ellas lo necesiten o añadimos una mayor cantidad de agua, por lo que aparecen síntomas característicos que indican que nuestras plantas están sufriendo.

Cada planta tiene diferentes necesidades de agua

El riego se ajusta de acuerdo con el crecimiento de la planta, qué tan caliente es el ambiente, cuánta luz recibe y en qué suelo se planta. La humedad excesiva del suelo se ve reforzada por el drenaje deficiente del suelo y la aireación reducida.

Estas condiciones son más acusadas en macetas donde no hay agujeros en la base para drenar el agua.

¿Qué problemas crea el riego excesivo para las plantas?

En ocasiones, un riego excesivo puede provocar los siguientes síntomas negativos en nuestras plantas de jardín y balcón:

1. El exceso de agua provoca la pudrición de la raíz

El exceso de humedad en el suelo crea pudrición en las raíces de las plantas debido al ataque de diversas enfermedades fúngicas y bacterianas. El problema en las raíces aparece paulatinamente con diferentes síntomas en las hojas y en el crecimiento general de la planta.

2. El riego excesivo provoca manchas negras en las hojas

El exceso de agua en el suelo puede causar un característico pardeamiento de la parte interior de las hojas o un ennegrecimiento en forma de manchas, por lo que la actividad fotosintética disminuye y la planta se debilita.

3. Hojas más amarillentas

El riego excesivo hace que las hojas se vuelvan amarillas. Un síntoma característico del exceso de humedad en el suelo es la aparición de hojas amarillas.

Vale la pena señalar que las hojas amarillas en las plantas no deben preocuparnos cuando aparecen en las hojas inferiores, lo que es un signo de maduración y es un proceso normal para la formación de hojas nuevas a medida que la planta crece.

4. El riego excesivo hace que las hojas se caigan

Si regamos nuestras plantas más de lo normal, es muy probable que poco a poco veamos caer algunas hojas. El fenómeno es más pronunciado en algunas plantas de interior.

5. El riego excesivo provoca un retraso en el crecimiento de la planta

En condiciones de humedad excesiva en el suelo, las plantas muestran un crecimiento problemático y una reducción en la aparición de hojas nuevas.

Si notamos problemas en el crecimiento de la planta, es probable que se deba a un exceso de riego.

Cómo salvar una planta en maceta con exceso de agua

Si hemos regado demasiado una planta en maceta, poco a poco iremos notando la aparición de algunos de los signos característicos del exceso de riego.

Cuanto más seguimos regando, más intensos se vuelven los síntomas. Antes de que el problema vaya más allá, debemos tomar medidas concretas para salvar nuestra planta.

Para abordar los problemas causados ​​por el exceso de agua: Deja de regar inmediatamente y muevw la maceta a un lugar relativamente cálido y semisombreado para secar gradualmente el suelo y evitar que las raíces de la planta se pudran.

Si nuestra maceta no tiene agujeros, inmediatamente abrimos agujeros para drenar el exceso de agua del exceso de riego que hicimos en la maceta.

Cuando la tierra de la maceta permanece húmeda y no se seca, trasplantamos la planta a otra maceta un poco más grande usando tierra nueva sin humedad. A la hora de trasplantar, comprobamos si ha aparecido pudrición de la raíz y retiramos con cuidado las partes podridas de la raíz con una podadora.

Después del trasplante, regamos las plantas con cobre para asegurar la desinfección del sistema radicular y la protección contra enfermedades fúngicas.