Boston, Estados Unidos, 6 de agosto de 2025 – Investigadores de la Universidad de Harvard han revelado un hallazgo revolucionario que podría cambiar el panorama del tratamiento del alzhéimer: la deficiencia de litio en el cerebro juega un rol esencial en el desarrollo de la enfermedad, y su suplementación podría no solo prevenirla, sino también revertir síntomas en etapas tempranas.

Este descubrimiento, publicado en la revista Nature el 6 de agosto de 2025, demuestra que el litio endógeno –presente de forma natural en el cerebro– actúa como un protector contra la acumulación de proteínas tóxicas como el beta-amiloide y la tau, responsables de la degeneración neuronal en el alzhéimer.
El estudio, liderado por científicos como Rudy Tanzi y Do-Yeon Kim, analizó muestras post mortem de cerebros humanos y experimentos en ratones, confirmando que niveles bajos de litio correlacionan con un mayor riesgo de deterioro cognitivo. En modelos animales, la administración de litio en dosis bajas revirtió signos de demencia, reduciendo la inflamación cerebral y promoviendo la eliminación de placas amiloideas.
Este avance ofrece un frente esperanzador para millones de pacientes, ya que el litio, un mineral abundante y económico, podría integrarse en terapias preventivas sin efectos secundarios graves cuando se usa correctamente.
La deficiencia de litio como factor clave
El alzhéimer afecta a más de 55 millones de personas en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y su incidencia aumenta con la edad. El nuevo estudio revela que el litio es dinámicamente regulado en el cerebro durante el envejecimiento, contribuyendo a la preservación cognitiva. En pacientes con deterioro cognitivo leve o alzhéimer, los niveles de litio eran consistentemente más bajos comparados con individuos sanos.
En experimentos con ratones genéticamente modificados para simular el alzhéimer, los investigadores observaron que mantener niveles estables de litio desde edades tempranas previno el inicio de la enfermedad. Cuando se suplementó litio en etapas avanzadas, se logró revertir síntomas, como la pérdida de memoria y la acumulación de placas. El mecanismo involucra la modulación de la autofagia, un proceso celular que limpia proteínas tóxicas, y la reducción de la inflamación crónica, un sello distintivo del alzhéimer.
Un aspecto destacado es que el litio se acumula en las placas amiloideas durante el declive cognitivo, actuando como un “escudo” natural que se agota con el tiempo. Rudy Tanzi, coautor del estudio, explicó en una entrevista con Harvard Gazette: “Este hallazgo sugiere que el litio podría ser un tratamiento preventivo, especialmente en poblaciones con deficiencia natural, como en regiones con agua baja en litio”.
Implicaciones para el tratamiento y la prevención

Este descubrimiento abre un frente esperanzador para el desarrollo de terapias accesibles. A diferencia de tratamientos actuales como los anticuerpos monoclonales (ej. lecanemab), que son costosos y con efectos secundarios como hemorragias cerebrales, el litio en dosis bajas (similares a las usadas para trastornos bipolares) ha mostrado seguridad en ensayos previos. Un meta-análisis de 2024 en The Lancet ya indicaba que el litio reduce el riesgo de demencia en un 30% en pacientes psiquiátricos.
En Japón, donde el envejecimiento poblacional es un reto, investigadores de la Universidad de Tohoku habían reportado en 2024 que acidificar astrocitos cerebrales previene memorias traumáticas, un hallazgo complementario. Ahora, el estudio de Harvard propone ensayos clínicos en humanos para 2026, enfocados en suplementos de litio en personas con factores de riesgo genético como el APOE4.
Expertos como Eric Topol, en su newsletter Ground Truths del 9 de agosto de 2025, calificaron el hallazgo como “potencialmente transformador”, ya que el litio no solo reduce el beta-amiloide, sino que promueve la neurogénesis (formación de nuevas neuronas). Para pacientes con TEPT, donde recuerdos traumáticos comparten mecanismos con el alzhéimer, esto podría extenderse a terapias combinadas con optogenética.
Reacciones de la comunidad científica y médica
La publicación en Nature ha generado entusiasmo global. Medical News Today reportó el 3 de agosto de 2025 que la deficiencia de litio podría ser un biomarcador temprano para el alzhéimer, permitiendo detecciones preventivas mediante análisis de sangre o líquido cefalorraquídeo. En CNN Health del 6 de agosto, expertos advirtieron que, aunque prometedor, el litio debe usarse con precaución para evitar toxicidad en dosis altas.
Organizaciones como la Alzheimer’s Association han expresado optimismo, destacando que este es el primer estudio que vincula el litio endógeno directamente con la patogénesis de la enfermedad. MedPage Today del 6 de agosto citó muestras post mortem que confirman litio bajo en cerebros con alzhéimer, respaldando la hipótesis.
En regiones con agua rica en litio, como partes de Argentina y Texas, estudios observacionales de 2023-2025 muestran tasas más bajas de demencia, apoyando el rol protector del mineral. Sin embargo, críticos como Samantha Lawler en The Conversation del 15 de agosto enfatizan que se necesitan ensayos en humanos para validar los resultados en ratones.
Un camino hacia la esperanza
Este descubrimiento no solo ilumina el papel esencial del litio en la salud cerebral, sino que abre un frente esperanzador para tratamientos accesibles y preventivos. Con el alzhéimer proyectado para afectar a 152 millones de personas para 2050, según la OMS, intervenciones como suplementos de litio podrían reducir la carga global. Los investigadores de Harvard planean colaboraciones con instituciones europeas para ensayos fase 1 en 2026, enfocados en seguridad y eficacia.
Para pacientes y familias, este avance representa una luz al final del túnel. Como señaló Do-Yeon Kim: “El litio podría ser la clave para no solo tratar, sino prevenir el alzhéimer, preservando la calidad de vida en la vejez”. Mientras la ciencia avanza, este hallazgo nos recuerda que incluso en enfermedades complejas, soluciones simples como un mineral natural podrían marcar la diferencia.