Este hábito diario podría ayudarte a controlar más la diabetes

¿Cuál es la inesperada «herramienta terapéutica» que se puede incluir en la vida diaria de los diabéticos según una nueva investigación científica?

La ducha caliente y sus beneficios para la diabetes

El baño caliente ayuda a controlar la diabetes, según una nueva investigación científica del Dr. Hisayuki Katsuyama del Hospital Kohnodai en Japón, que se presentó durante la conferencia en línea de la Sociedad Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD).

Un baño caliente diario puede ayudarte a controlar la diabetes

Según el estudio, la exposición al calor a través de un baño caliente tiene un efecto beneficioso sobre los factores de riesgo cardiovascular de la diabetes tipo 2, incluida la hemoglobina glicosilada (HbA1c), cuyo valor es un indicador del control de la glucosa en sangre en los pacientes.

También la sauna y el jacuzzi podrían ser beneficiosos

Estudios anteriores han demostrado que la terapia de calor, como la sauna y el jacuzzi, mejora el control del azúcar en sangre y el porcentaje de grasa corporal, y, por lo tanto, podría ser una herramienta terapéutica en la vida diaria de los pacientes con diabetes tipo 2.

Sin embargo, hasta la fecha no se han realizado estudios en una gran muestra de pacientes que examinen el efecto sobre los parámetros metabólicos de los pacientes en un entorno real.

¿Qué encontró la investigación?

Los investigadores estudiaron la correlación entre la frecuencia de los baños calientes (en Japón, la mayoría de los hogares tienen una bañera de hidromasaje) y las mediciones antropométricas y los análisis de sangre de 1.297 personas con diabetes que visitaron regularmente el hospital entre 2018 y 2019.

Los pacientes se dividieron en tres grupos según la frecuencia con la que tomaban un baño caliente: cuatro o más a la semana, entre uno y cuatro, y menos de uno.

El análisis estadístico mostró que la frecuencia promedio fue de 4.2 veces por semana y la duración promedio del baño fue de 16 minutos. La reducción del peso corporal, el índice de masa corporal, la circunferencia de la cintura, la presión arterial diastólica y la hemoglobina glicosilada se asociaron con una mayor frecuencia de baños calientes.

Un análisis estadístico adicional determinó la frecuencia del baño como un determinante importante de la hemoglobina glicosilada después de ajustar por edad, sexo, índice de masa corporal, dosis de insulina y medicación oral, con diferencias significativas entre los grupos. El primer grupo (con la mayor frecuencia de baño caliente) tuvo un valor de hemoglobina glicosilada promedio de 7,10%, el segundo grupo 7,20% y el tercer grupo 7,36%.

El baño caliente también emergió como un factor independiente en el índice de masa corporal después de ajustar por edad y sexo, y el primer grupo tuvo el IMC promedio más bajo. Se encontró una correlación igualmente beneficiosa en la reducción de la presión arterial diastólica.